lunes, 20 de enero de 2025

Entre Caos y Cosmos. Naturaleza en la antigüa Grecia


 
El cosmos en una mano
En la mentalidad griega, una polis no puede existir sin una moneda propia. A pesar de los cambios que, con el tiempo, se sucedieron en el espacio griego, este principio fundamental nunca varió.
   Las monedas sirven para medir las cosas y los trabajos en el desempeño de la vida, pero también reflejan el universo que nos rodea y la propia identidad de la sociedad griega, su estructura, sus creencias y sus dioses. En el plano simbólico, la acuñación es un acto político, una manipulación de la naturaleza, y genera un espacio ordenado, incluso sagrado.
 
 

Las islas Cícladas
Hacia 3000 a.C., son numerosos los asentamientos de las islas centrales del mar Egeo, las Cícladas, marineros, negociantes de metal, aceite y vino, maestros talladores de pequeñas figuras femeninas y de vasos de mármol blanco hacen prosperar las islas, al favorecer sus contactos comerciales con la Grecia continental. El mar y el comercio se definen desde entonces como un rasgo clave en la cultura griega.
   A partir del año 2000 a.C., son escasos los centros que permanecen habitados. Se inicia un período de gran inestabilidad en todo el Mediterráneo, también en Grecia continental y en las costas de Asia Menor. Es el declive de la cultura cicládica y el inicio de la historia griega. 
 
 

La identidad griega
La definición de su propia identidad constituye la esencia del discurso ideológico, ético, social y político de la cultura griega, al basar en ellas sus estructuras sociales, lo civilizado frente a lo salvaje, su sistema de género, lo masculino frente a lo femenino, y su concepto de identidad étnica, lo griego frente a lo bárbaro.
   El modelo griego ideal es el varón frente a sus contra modelos -el animal, la mujer y el extranjero-, que encarnan los aspectos negativos y transgresores de las normas divinas y humanas. En consonancia, el varón ejerce un dominio total; afirma sus propios valores y niega sus opuestos; legitima su superioridad y perpetúa la exclusión de lo diferente. No obstante, esta estructura excluyente fue una construcción intelectual que, con frecuencia, la vida se encargó de desmontar.
 


El siglo de la democracia
A comienzos del siglo V a.C., Atenas encabeza la guerra y la victoria que unen a tosa Grecia contra el imperialismo persa. La consolidación de la democracia y el gobierno de Pericles le otorgaran el liderazgo político y la supremacía cultural sobre todas las ciudades griegas. El Partenón es el símbolo de su poder. Fidias esculpe a los dioses, Sócrates los cuestiona.
   Es el momento de esplendor de la pintura de vasos ática y de la técnica de figuras rojas. La nueva concepción armónica de la figura humana acompaña la exaltación de los nuevos ideales estéticos y ciudadanos.
   Acaba el siglo y las guerras del Peloponeso ponen fin al predominio de Atenas. Treinta años de guerra contra Esparta la dejan derrotada y arruinada.
 

 
Los vasos griegos se exportaron durante los siglos VIII al IV a.C., por todo el Mediterráneo, desde Oriente Próximo al Atlántico, y desde el Mar Negro a Egipto. Culturas muy diferentes adquirieron estos vasos y los dotaron de una nueva vida, a veces similar a la que tuvieron en Grecia, pero normalmente ajena a sus funciones y significados.
   La Península Ibérica nos ofrece una rica ilustración de este proceso. Desde el siglo VIII al IV a.C. llegaron, a través del comercio fenicio o del griego, vasos de diferentes fábricas. El mundo ibérico transformó su uso en hábitats y necrópolis. Así, la cratera, el vaso ateniense del simposio, se utilizó como urna cineraria. La acumulación de vasos e imágenes griegas se convirtió en un signo de prestigio social.
   La colección del Museo Arqueológico Nacional se inicia en el siglo XVIII con los vasos que Carlos III y Carlos IV trajeron de Nápoles, recibiendo aportes significativos en el siglo XIX con las colecciones del marqués de Salamanca, Tomás Asensi, Teodoro Stützel o las piezas recogidas por la expedición de la fragata Arapiles al Mediterráneo oriental y, ya en el siglo XX con la adquisición de la colección de José Luis Várez Fisa.
 

El mito de Heracles loco en el teatro
 
Entrenamos a nuestros jóvenes para ser buenos guardianes de la ciudad y que vivan en libertad unos con otros...
En la paz echamos mano de ellos para actividades positivas...
La felicidad en la ciudad consiste en esto, una juventud preparada para la paz y para la guerra y esforzada en lograr los objetivos más nobles. Luciano, Anacarsis, 30
 

Symposion. El banquete
Las relaciones sociales de los varones griegos giran en torno a la bebida en común, la fiesta del simposio. Centro de ocio colectivo masculino, el simposio reúne a varones de una misma clase social, para compartir amistades, intereses y placeres. Tiene carácter lúdico, religioso y político.
   Después de la cena, la primera copa de vino aromatizado es bebida entre los convidados en honor de Dionisio, dios de las viñas y del vino. Da comienzo entonces el rito de la convivialidad. Las reuniones se prolongan hasta el amanecer entre cantos, poesía, charlas de filosofía y política. Las heteas, cortesanas, amenizan el banquete. Ellas son también parte del ocio masculino. Y las madrugadas, disuelta la reunión, serán con frecuencia tiempo de desafueros, el otro fruto del vino.
 
 

  Polis. La ciudad
La ciudad griega es el ámbito de integración masculina en la sociedad, donde el varón nace, vive e interactúa con sus iguales y donde construye su identidad, como sujeto de obligaciones y titular de derechos.
   Grecia es la civilización de la polis, de la ciudad como auténtico Estado. Es la polis la que define los límites de la identidad griega, personificada en el varón frente a la de sus opuestos -esclavos, mujeres y extranjeros-, que son los no ciudadanos.
   En la ciudad griega, y en Atenas como su mejor exponente, se desarrollaban las actividades ciudadanas propias del varón: la educación, el simposio, la política, el comercio, el conocimiento científico, la religión, el teatro, el deporte y, en relación con su defensa, la guerra: el más noble destino.
 

 Tenemos un régimen político que no envidia las leyes de los vecinos...
Recibe el nombre de democracia, porque se gobierna por la mayoría...
 
 
Conforme a la ley, todos tienen iguales derechos...
Nuestra ciudad es una lección para Grecia. Tucídides, historia de la guerra del Peloponeso, 2, 40
  
 En las pruebas de los certámenes ansiada gloria se labra aquel cuya cabellera han ceñido múltiples coronas por haber vencido con sus manos o con sus pies veloces. El valor de los hombres se somete al juicio de los dioses. Píndaro, Ístmica, V, 8-14
 

 
Thánatos. La muerte
La muerte es el desenlace definitivo, la última batalla perdida. Solo la ideología y el imaginario, o la esperanza, pueden dotarla de sentido. El ceremonial fúnebre escenifica el dolor y el recuerdo compartidos y permite asimilar la muerte.
   También, la muerte suscita el gran interrogante sobre lo que hay y sucede tras ella. Solo la especulación puede responder. Los griegos construyen a través del mito la compleja geografía del allende, el escenario en el que transcurre la vida de ultratumba.
   El ritual funerario propicia el tránsito del difunto a esa vida de ultratumba, y da prestigio y cohesión a su grupo social, ya que la forma y duración de las exequias, el monumento que señala la tumba y el ajuar en ella depositado son indicadores de su posición social.
 

 
Los hombres, ahora y desde el principio, comenzaron a filosofar al quedarse maravillados ante algo...en un primer momento ante lo que causa extrañeza y después, ante cosas de mayor importancia...Aristóteles, Metafísica,1,2, 11-20
 
 
 
 
Hades. El viaje al más allá
Aunque en Grecia no existe una doctrina oficial sobre el más allá es creencia extendida que la muerte separa el cuerpo del espíritu. El alma, entonces inicia el camino sin retorno hacia el Hades, el tenebroso reino de los muertos.
   El difícil viaje transcurre a través de un camino oscuro y desconocido. No puede realizarse sin ayuda. Solo Hermes, dios de las fronteras secretas y de los cambios puede hacerlo. Seres extraños y monstruosos, híbridos de un mundo cercano al caos, esfinges, sirenas, gorgonas o grifos ayudan en el tránsito. Las procelosas aguas que conducen al Hades se pueblan de habitantes marinos, delfines, tritones, hipocampos, Nereidas o el monstruo Escila, que ayudan a las almas a encontrar su destino. Eros, dador de vida, conoce la meta.
 
 
Donde cosechas generosas hacen crecer en abundancia toda clase de frutos, donde fluyen fuentes de aguas puras, donde variados prados ofrecen un aspecto de primavera...donde se celebran banquetes bien cuidados...una total ausencia de aflicción y una dulce existencia. No existe ni crudo invierno ni caluroso verano, sino que sopla un aire suave, atemperado por los rayos del sol. Pseudo-Platón, Axioco, 371 C-D
 

 Canto a Heracles, hijo de Zeus, el más excelente de los pobladores de la Tierra...Debió cumplir muchas acciones temerarias y muchos fueron también sus sufrimientos. Habita ya complacido en la hermosa sede del nevado Olimpo.
Himno Homérico XV, A. Hercles
 

¡Himen, soberano Himen!...
Por mis nupcias levanto la llama del fuego para que brille, para que resplandezca, para darte, Himeneo...luz al tálamo virgen...
¡Gritad a himeneo y a la novia con cantos y gritos de jubilo!
¡Vamos, hijas de bellos peplos frigios!
¡Cantad al esposo de mis bodas, al esposo señalado para mi cama! Eurípides, Troyanas, 308
 
Monumento a Eugenio d'Ors Rovira
 
Museo Arqueológico Nacional
C. Serrano, 13. Barrio de Salamanca. Madrid
 


 
 
 
 
 

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