miércoles, 26 de mayo de 2021

Catedral de Toledo.


Catedral de santa María



 
La Puerta del Reloj, es la más antigua de las portadas góticas y se abre en el testero norte del crucero hacia la calle de la Chapinería, (lugar donde se fabricaban y vendían los chapines). A lo largo del tiempo se la ha llamado puerta de la Feria (porque daba salida a la calle donde antaño se celebraba la feria), de las Ollas ( por la representación del milagro de la conversión de agua en vino), de los Reyes y del Niño Perdido. Su nombre actual y más común es el de Puerta del Reloj, no solo por el que hoy puede verse sobre su portada, sino por la derribada torre que tenía encima (derribada en 1889), con reloj y campanas reloj, tal y como recogen viejos grabados y fotografías.
 
 
El primer monarca visigodo de la península ( Atanagildo, 555/567), ya situó la capitalidad de su reino en Toledo. Y el rey Recaredo (586/601) ordenó la construcción en la ciudad de una basílica en honor a santa María y convirtió a la diócesis toledana en el primer reino visigodo-católico de la Península Ibérica. Esa primacía episcopal se mantuvo a pesar de los casi 300 años de ocupación árabe de la ciudad y fue confirmada por el Papa Urbano II en 1227.
 
 
La Catedral de Toledo, tiene cinco puertas  que permiten el acceso del público, la de los Reyes, la de los Leones, y en la fachada principal, la "Puerta del Perdón", la de "La Torre" (o del Infierno) y la de "Escribanos" (o del Juicio).




Puerta de los Leones, con relieves alusivos en los remates de las seis columnas que sostiene la verja de 1646 y que forma un espacio abierto a modo de atrio que protege la portada. También conocida como Puerta de la Oliva o de la Alegría (por los relieves de la Asunción de la Virgen celebrada por ángeles, santos y profetas), o Puerta Nueva (por ser la última que se abrió en el templo en el siglo XVI).
 
Con la unificación de los reinos de la península bajo la corona de los Reyes Católicos, la urbs regia comienza la llamada "Edad de Oro" de la iglesia de Toledo, que se inicia con el episcopado del poderoso Alfonso Carrillo de Acuña (que acabó su vida retirado y defenestrado en Alcalá de Henares por apoyar las pretensiones a la Corona de Castilla de Juana la Beltraneja, sobrina de Isabel la Católica), que continuó con el Gran Cardenal y consejero de la reina Isabel, Pedro González de Mendoza (consejero de los Reyes Católicos y conocido como "el tercer rey" y con su sucesor, el cardenal Cisneros.
 
Rosetón de la Puerta del Perdón



Con la llegada de Carlos V a Toledo en 1527, donde instaló su Corte durante 34 años, supuso el culmen de esa época dorada en la que los obispos toledanos lo eran también de otras diócesis, y acumularon cargos eclesiásticos y gubernamentales como Inquisidores generales, Consejeros o Cancilleres de la corona, o, directamente, como virreyes y regentes.
 

La Primada Real, el vínculo entre los antiguos reyes españoles y la Catedral de Toledo llega a su auge con Isabel la Católica, que manda construir en la Primada unas dependencias privadas con un balcón sobre el crucero del templo para seguir las grandes celebraciones del Altar Mayor. Años después, los Reyes Católicos deciden ser enterrados en Granada para perpetuar la gesta de su Reconquista, y Felipe II ordena levantar un panteón real en el Monasterio de El Escorial, pero la monarquía ya había fijado su destino con la Dives Toledana, como lo demuestran las numerosas aportaciones y visitas que ha recibido de la Casa Real española.
 


A Mendoza y Cisneros les siguieron otros obispos con gran poder como Fonseca que sumó el cargo al del arzobispado de Santiago), Juan Pardo Tavera (fundador del Hospital de san Juan Bautista), Juan Martínez Silíceo (impulsor del Colegio de Doncellas Nobles y del Colegio de Infantes), Carranza (que pasó de arzobispo primado y consejero real a ser falsamente acusado por la Inquisición de relacionarse con el luteranismo castellano), Gaspar de Quiroga (artífice del primer Sacrarium de la Catedral que ha dado nombre y advocación a la Patrona de la ciudad, la Virgen del Sagrario), o Bernardo de Sandoval (que erigió la capilla del Sagrario y el Ochavo de la catedral).
 
El cardenal Cisneros encargó construir el órgano del Emperador para conmemorar la llegada de Carlos I a la catedral.

Nos encontramos en una de las catedrales más imponentes de la geografía española, con 113 metros de largo, 56 metros de anchura y una altura máxima de 44 metros. De planta rectangular a la que se le añade una girola o cabecera circular, se halla dividida en 5 naves longitudinales. Las bóvedas de crucería que techan el recinto descansan sobre un total de 88 pilares.Mientras que por el perímetro se ubican pequeñas capillas, las más destacadas se disponen como capillas absidiales de la zona de la cabecera, siendo además las de mayor tamaño.
Queda fuera de esta delimitación la capilla Mozárabe, a los pies del templo, pero con la salvedad de que en origen dicho desplazamiento era ocupado por la sala capitular.
 
Cristo de la Vega

Los espacios de mayor relevancia de la Catedral son la Capilla Mayor, donde se celebra la eucaristía, el coro, lugar donde se reúne el Cabildo Catedral para el rezo y el oficio coral, y la nueva Sala Capitular que Cisneros mandó construir adherida al ábside. Una gran torre campanario hermosea los pies del templo, y en el lado norte queda adosado el claustro.
 





El Transparente, este prodigioso modelo de escenografía barroca en el que se fusiona la arquitectura, la escultura y la pintura, fue diseñado para iluminar con luz natural el Sagrario del Altar Mayor que queda tras el Retablo. El objetivo se consiguió rompiendo la bóveda medieval para abrir un amplio ventanal decorado con pinturas, mármoles y jaspes, en una espectacular escenografía que simboliza la exaltación eucarística, de acuerdo con el lugar y la finalidad del proyecto.
 


En 1672 Francisco Rizi ya presentó a la Catedral un primer boceto, pero fue el zamorano Narciso Tomé quien cautivó al arzobispo Diego de Astorga y Céspedes con un grandioso proyecto que dibujó y ejecutó personalmente Tomé entre 1720 y 1732.
 
El altar, situado detrás del Retablo Mayor, está presidido por una imagen de la Virgen María con el Niño en brazos, como Salvador Mundi, ofreciéndolo en primicia eucarística a todos los hombres. Y en el centro, un ventanal redondo en forma de óculo adornado con rayos solares por donde entra la luz hasta el Sagrario da a entender que el Santísimo Sacramento es la Luz que nos ilumina en nuestra vida.
 

 
Capilla de los Reyes Nuevos, fundada por el rey Enrique II en 1373

 
Capilla de Santiago, fundada por Álvaro de Luna, 1430.

Claustro





jueves, 20 de mayo de 2021

Toledo, Ciudad Imperial

 

Parador Nacional de Toledo
 
Fue el rey Alfonso XIII el encargado de elegir el lugar en el que abriría sus puertas, el 9 de octubre de 1928, el primer Parador de España, construido en piedra y pizarra en la Sierra de Gredos (Ávila). El día de su inauguración, cocineros y camareros del restaurante Lhardy de Madrid sirvieron el menú, y la decoración corrió a cargo de Zenobia Camprubí, esposa de Juan Ramón Jiménez. Presidido por una gran chimenea, el Salón del Silencio del parador albergaría años después, en 1978, la reunión de la que saldría el texto de nuestra actual constitución.

El parador de Toledo se encuentra situado en la zona de los Cigarrales.
 
Mucho antes de que Hemingway se alojara en el Parador de Manzanares y de que Charles de Gaulle escribiera sus memorias en el de Jaén, hubo otros ilustres huéspedes. Cuenta la historia que Abderramán I plantó la primera palmera de Europa en el jardín del Parador de Córdoba, y los Reyes Católicos mandaron construir el hostal de peregrinos de Santiago de Compostela en el que más tarde dormiría Mick Jagger. Carlos V vivió en el de Jarandilla de la Vera y Quevedo estuvo preso en la cárcel que en sus tiempos fue el Hostal de San Marcos (León).
 
 

 

 

 

 

 
El Parador de Toledo se encuentra a 4 km. del centro de la ciudad.


 

 

 
Puerta  Nueva de Bisagra

De origen musulmán, de cuya época conserva restos en el segundo cuerpo interior. Su nombre deriva de la palabra árabe Bab-Shagra, que significa "Puerta de la Sagra". Fue totalmente reconstruida bajo los reinados de Carlos V y Felipe II, según las trazas de Alonso Covarrubias. Está formada por dos cuerpos, entre los que se intercala una plaza de armas.

Fachada interior

Puerta Antigua de Bisagra

 

 
 

Casa Museo del Greco
Paseo del Tránsito, s/n.
 
Las cuevas, un vestigio medieval de la judería. Estas cuevas se hallaban en el solar que adquirió el marqués de la Vega Inclán para completar su proyecto constructivo que incluía, además de la imaginativa reconstrucción de la Casa del Greco, la creación de un museo y un jardín.


Desde un punto de vista histórico son el único resto conservado del palacio que Samuel Leví, tesorero de Pedro I, construyó a mediados del siglo XIV en la judería. Las galerías abovedadas distribuidas en dos plantas constituyeron el sótano y semisótano del palacio, el resalte de este último sobre el nivel del suelo aumentó su altura e hizo de él un referente visual de la judería y de la ciudad. En él se instalaron una serie de almacenes y un importante baño ritual con sus correspondientes aljibes.
 
Palacio y cuevas despertaron la imaginación popular desde el inicio de su construcción y hasta su ruina, haciendo de las cuevas una referencia legendaria de la mítica ciudad de Toledo.
 
 

 



Recreando la Casa del Greco
 
El Greco en Toledo tiene una amplia y variada clientela. Es un extranjero, un "cretese", como subraya a menudo en su firma en letras griegas. No obstante, ha aprendido bien el castellano, hasta el punto de hacer de intérprete en 1582 en un proceso contra el sastre ateniense Michel Rizo Carcandil, acusado por la Inquisición de ser musulmán. Es uno de los hombres más cultos de Toledo, con su rica biblioteca que cuenta con libros griegos, latinos, italianos y en "lengua vulgar". Jenofonte, Demóstenes, Homero, Isócrates, Hipócrates, son los autores griegos que destacan en sus estanterías junto al Sínodo Tridentino, el Antiguo y el Nuevo Testamento, las Fábulas de Esopo, las Vidas de Plutarco, oraciones, homilías, textos satíricos, políticos, astrológicos. Entre los italianos, Petrarca, Tasso, Ariosto, tratados de pintura, vocabularios de gramática, libros de historia, de filosofía moral, de disciplina militar, de medicina, de arquitectura. Especialmente los Diez libros de la arquitectura de Vitruvio en la edición de Daniele Barbaro, hoy propiedad de Biblioteca Nacional de Madrid, llenos de notas y a menudo criticados: valiosas apostillas que permiten penetrar en el universo intelectual del Greco.
 
 
Raimundo de Madrazo. Sagrada familia, 1908.

La obra original pintada por el Greco se encuentra en The Hispanic Society of América (Nueva York). Esta copia fue realizada por Raimundo de Madrazo tras vender el original a la institución americana en un momento en que el mercado de obras de arte del greco estaba en plena pujanza, ya que los Madrazo, además de ser una de las dinastías artísticas más importantes e influyentes de su tiempo, fueron coleccionistas y marchantes de arte.
 

San Felipe, santo Tomás, san Bartolomé, san Mateo y san Juan Evangelista.

El Apostolado

El Apostolado es un conjunto de cuadros de los doce apóstoles presididos, a veces, por la imagen del Salvador. Estas series de apóstoles, mensajeros de Cristo, eran especialmente adecuadas para decorar sacristías, salas capitulares o aulas conventuales. En ellas se dispusieron, de forma casi ritual, seis figuras a un lado de Cristo, mirando a la izquierda, y seis al otro, giradas a la derecha, de modo que parecieran dirigirse o escuchar la palabra del Maestro, que suele estar de frente y bendiciendo.

Repetidos por el Greco y su taller para iglesias y comunidades religiosas, se conservan tres más o menos completos: el de la Catedral de Toledo, el que se exhibe en el Museo de Bellas Artes de Asturias y el que se expone aquí, procedente del Museo y Casa del Greco. Los Apostolados corresponden a una época tardía en la producción del pintor.
 


Con notable maestría, el Greco realzó las figuras situándolas en primer plano y destacando sus diferentes posturas sobre un fondo neutro, sin referencias espaciales y temporales. Las dotó de una gran monumentalidad valiéndose de los voluminosos ropajes que cubren sus cuerpos y las individualizó creando rostros bien diferenciados, siempre delgados, expresivos y de intensas miradas.  

 
San Pablo y Santiago el Mayor

(Detalle)

San Judas Tadeo y san Andrés.

Vista y mapa de Toledo (1608-1614)

Este fascinante cuadro procede del palacio arzobispal de Toledo, donde se encontraba todavía a comienzos del siglo XIX. El primer propietario fue probablemente Pedro Salazar de Mendoza, administrador del hospital Tavera y coleccionista del Greco. En la parte izquierda del lienzo destaca una alegoría del Tajo, mientras que en lo alto la Virgen se aparece a san Ildefonso para entregarle la casulla, según la antigua leyenda. Esta vista de Toledo, con abundantes significados alegóricos, refleja el gusto del Greco y de su culto comitente por el paisaje. Representa la ciudad en toda su grandiosidad. Torres, palacios, castillos, iglesias, el Alcázar, todos de austera piedra gris, rodeados por las viejas murallas, mientras entre puentes y huertos corre impetuoso el río. 
 
 
Retablo de san Bernardino

Techo de la sala.



 

Sabemos que El Greco atribuía más importancia al color que al dibujo. Dibujaba directamente con el pincel en vez de rellenando los contornos con color y sobre todo se preocupaba de los planos y los volúmenes que éstos definen. Siglos después, la técnica del maestro español sería descubierta por Cézanne y haría de él, en la luminosidad del impresionismo y de la pintura en plein air, un artista absolutamente personal.El Greco, 1951. H.Dumont
 
 

 

 
 Una fría, calculada pasión, el ir hasta el fondo del color para desentrañar lo que tiene de desentrañable, cierta sensación de haber sido sorprendidos por un aire de tormenta, le hacen original y único. El color ya no es fiesta. Dice su palabra despejada, honda, cortante a veces como un cuchillo, el cuchillo del alma que va descarnando las figuras, limpiándolas de pinturas innecesarias. El color es una preparación, una escala hacia los colores del juicio final. R. Gómez de la Serna. El Greco, visionario iluminado, 1955.
 
 

 

 
Es el pintor puro. No los hubo antes que él. después de él, solo Rembrandt y Van Gogh...Por su ingenio misterioso y su incomprensible maestría con el pincel, El Greco es el pintor de la era atómica. K. Ipser. El Greco, 1960.
 
 

 


 
Museo Sefardi. C/. Samuel Leví, s/n.

Los muros de la sala de oración.

Sinagoga del Transito 
 
En el año 711 tropas musulmanas mandadas por Tariq b. Ziyad atraviesan el estrecho de Gibraltar e inician un penetración en la Península que en pocos años acaba con el reino visigodo. Los judíos, tras más de un siglo de persecuciones, los reciben como liberadores y les ayudan en sus campañas. Aunque sometidos a tributos especiales (como dimmíes), gozarán de libertad religiosa y relativo bienestar.
Durante los primeros siglos de dominación musulmana se da un sensible desarrollo de las comunidades judías que se administran de manera autónoma. El emirato omeya de Córdoba (756-952) consolida el poder islámico y favorece el crecimiento de aljamas como las de Mérida y Córdoba. Con el califato de Abderramán III (912-961) se refuerza la unidad y el esplendor del estado, y Córdoba se convierte en el centro de la cultura y de las artes. Los judíos cordobeses conocen un gran florecimiento cultural impulsado por Abu Yusuf Hasday ben Saprut.
 
 

 



 
Biblia de Rabbí Moshen Arragel de Guadalajara (Biblia de Alba)

Yeserías







Parece legítimo concluir que, aunque El Greco fuera siempre un extraño en Toledo, no por ello su genio dejó de ser apreciado y conocido. Todavía merecen crédito, pues, los notables versos de Fray Hortensio Félix de Paravicino en su elogio de "el divino griego":
 
Creta le dio la vida y los pinceles,
Toledo mejor patria donde empieza
a lograr con la muerte eternidades.