Los reinos cristianos (siglos VIII - XV)
Entre los siglos VIII y XIII los reinos cristianos se van configurando con sucesivos cambios territoriales que concluyen con la hegemonía los reinos de Castilla y de Aragón, protagonistas del avance sobre los territorios en manos del poder musulmán. La batalla de las Navas de Tolosa (1212) representa un punto de inflexión y el cambio de fuerzas a favor de los reinos cristianos. El avance hacia el sur concluirá con la toma de Granada en 1492. Las órdenes militares se implicaron activamente en este último periodo.
Diversos hitos histórico-culturales tienen lugar en esta etapa, siendo de importancia crucial de la vertebración del Camino de Santiago, que alcanza la misma importancia que las peregrinaciones a los Santos Lugares y San Pedro en Roma.
Los siglos finales de la Edad Media traen una nueva apertura a Europa y al Mediterráneo: hacia Francia en el siglo XIII y hacia Italia y Flandes en los siglos XIV y XV, respectivamente.
Los monasterios y el Camino de Santiago
Los reinos cristianos peninsulares desarrollaron una gran actividad constructora, destacando los monasterios, muchos emplazados en la ruta jacobea.
Siguiendo la regla de san Benito, los monasterios, situados en lugares estratégicos y abastecidos de agua, constituyen microcosmos autosuficientes. En ellos se repite un tipo de iglesia de planta rectangular de tres naves y tres ábsides semicirculares.
Los peregrinos recorrieron las rutas a Roma (romeros), Jerusalén (palmeros) y Santiago de Compostela (jacobeos), entre otras. Compostela adquiere un carácter internacional bien definido a partir del siglo XI. Aunque con fines de penitencia, expiación o purificación y en cumplimiento de penas, el movimiento de los peregrinos permitió el intercambio económico, cultural y artístico, siendo una de las principales vías de transmisión del Románico.
Los tiempos modernos
Los cambios políticos, sociales y religiosos de las últimas décadas del siglo XV desencadenaron el inicio de una nueva etapa de la historia de Occidente, cuya modernidad respecto a la Edad Media fue percibida por los contemporáneos de los siglos XVI y XVII.
Hacia 1500, el Humanismo impulsó la renovación de la ciencia, las artes y las letras. Al frente del gobierno de los países de Europa Occidental se consolidaron dinastías hereditarias que aunaron el poder político y la administración de los reinos en un intento por centralizar el poder: nació así el Estado Moderno.
El descubrimiento de América en 1492 y la circunnavegación del globo terráqueo que finalizó en 1522, abrieron horizontes ilimitados a la expansión de la civilización europea.
La cerámica de Manises
La cerámica de mayor riqueza es la loza dorada, cuyos alfares más importantes se encontraban en la villa valenciana de Manises. Comenzaron a imitar la cerámica nazarí malagueña desde el segundo cuarto del siglo XIV, con decoración geométrica, atauriques y otros motivos, como escudos. La época de mayor esplendor corresponde a una gran parte del siglo XIV y XV, cuando la decoración islámica da paso a los elementos de carácter gótico. Hay motivos exclusivamente dorados o mezclados con azul cobalto.
En ocasiones figuran escudos de familias comitentes como , Despuig, Alanya, Nasi o Tedaldi.
La fundación del museo: de palacete a palacio (1867-1895)
Fondos fundacionales y comisiones científicas
Los fondos iniciales del Museo Arqueológico llegaron de tres instituciones: Museo de Medallas y Antigüedades de la Biblioteca Nacional, creada como Real Librería Pública por Felipe V en 1711; los objetos arqueológicos y etnográficos del Museo de Ciencias Naturales, procedentes del Real Gabinete de Historia Natural, creado por Carlos III en 1771; y los fondos existentes en la Escuela Superior de Diplomática.
Muy pronto, para enriquecer las colecciones, se constituyeron comisiones científicas integradas por personal del Museo, que recorrieron diversos lugares tanto de España como del extranjero. Destaca especialmente el viaje que en 1871 realizó la fragata Arapiles a Oriente, del cual regresó con una destacada colección de objetos arqueológicos de Sicilia, Atenas, Chipre, la antigua Troya o Constantinopla, entre otros lugares.
No hay comentarios:
Publicar un comentario