jueves, 14 de marzo de 2024

La Piedad. Francisco de Goya y Lucientes

 

El Museo del Romanticismo  está situado en la calle San Mateo, en el Barrio de Justicia en el Distrito Centro de Madrid. Se ubica en un palacete cuyo propietario fue el marqués de Matallana, es de estilo clásico y fue construido por el arquitecto Manuel Rodríguez García.La
 

Benigno de la Vega-Inclán, II Marqués de la Vega-Inclán (1858-1942), fundó el Museo y lo donó al estado en 1921. la inauguración del Museo tuvo lugar en 1924.
 
La Piedad. Óleo sobre lienzo 1772-1774

Francisco de Goya y Lucientes, obra de juventud, pintó La Piedad en Zaragoza, donde trabajó entre 1771 y 1774, tras su estancía de formación en Italia y antes de su marcha a la Corte, verdadero arranque de su exístosa carrera profesional.
 
Durante esta etapa, Goya fue definiendo su estilo a través de importantes encargos, como los de la basílica del Pilar o la cartuja de Aula Dei, y también de pequeños cuadros de temática religiosa destinados a la devoción particular. Entre ellos, La Piedad, encargo de algún eclesiástico o comitente de la burguesía zaragozana.

La obra, que había permanecido inédita y fue dada a conocer en 2011, se ha puesto en estrecha relación con los trabajos realizados en esos años, tanto por la manera de abordar la composición como por el tratamiento de las figuras.

 
La escena destaca por su sencillez compositiva, al tiempo que posee un claro sentido escenográfico. Toda la atención y el dramatismo se concentran en el rostro y las manos de la Virgen, de una expresividad contenida. El cuerpo de Cristo reposa extendido sobre el sudario, mostrando las heridas del suplicio. En el primer término Goya pintó los símbolos de la Pasión la corona de espinas, los clavos y la cartela con el INRI. las figuras aparecen fuertemente iluminadas, sobre un sencillo fondo de paisaje en penumbra y dotadas de una gran rotundidad escultórica.
 
esta obra del genio de Fuendentodos, recientemente adquirida para la colección del Museo Nacional del Romanticismo, está llamada a dialogar con la otra pintura de sus pinceles, San Gregorio Magno, Papa, que cuelga en una sala de este museo desde sus orígenes, dando buena prueba del papel de Goya como precursor del romanticismo.
 
Jardín del Museo


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