martes, 1 de julio de 2025

"Tiempo, sueño, olor". Jonathas de Andrade.


"Tiempo", "sueño" y "olor" son tres de las palabras que ponen en escena los habitantes de Várzea Queimada, una población rural del interior de Piauí con cerca de 900 habitantes y un elevado número de sordomudos. El acceso al agua y las inversiones públicas es escaso, así como la posibilidad de aprendizaje del lenguaje de signos oficial. 
 
 

En la pieza titulada Juegos Dirigidos, se registra el vocabulario creado por esta comunidad de personas sordas que, olvidadas por las instituciones del estado, han inventado su propia lengua de signos. Si muchas veces se ha dicho que las palabras definen las cosas, en este caso es el gesto el que toma la medida de la realidad. Nos encontramos ante un lenguaje que acota, evoca y crea recuerdos, no desde la abstracción mental del signo sino desde la experiencia y, además, lo hace desde la autodeterminación de una acción colectiva.
 
Columbófilos, 2023

La Asociación de Columbófilos do Porto, en la ciudad portuguesa de Oporto, organiza las carreras de palomas mensajeras, de gran popularidad en Portugal. Jonathas de Andrade propuso a los miembros de esta agrupación, con quienes colaboró, que lanzaran las palomas directamente con sus manos, en lugar de hacerlo desde el sistema de camiones con puertas mecánicas con el que suelen hacerlo. El artista, interesado por la interacción más íntima entre el hombre y el ave, revela en algunos gestos y miradas, matices psicológicos que pasan a ocupar un primer plano.
 
 
En esta ocasión, Jonathas de Andrade invitó a un grupo de jóvenes que trabajaban en un zoo privado a protagonizar una serie de escenas interactuando con serpientes a su cuidado. las imágenes van ganando gradualmente intensidad narrativa a través del uso del zoom, que "rebota" sobre distintas partes del cuerpo, enfatizando los cinco sentidos del cuerpo humano. El montaje de las escenas cada vez más ágil, culmina en escenas documentales de desastres ecológicos que parecen recordarnos la desconexión de la humanidad con la naturaleza.
 


El levantamiento, 2013. La ciudad de Recife cuenta con una red de carreteros que trasladan los restos de comida y verduras de los mercados, trayectos competitivos que se hacen a toda velocidad. Sin embargo, la legislación de esta ciudad del noroeste brasileño prohíbe la tenencia de animales para usos rurales. De esta manera, el contraste de este tipo de actividad comercial no solo choca con los proyectos de desarrollo, con su intenso tráfico y las nuevas torres de viviendas, sino que además sucede al margen de la legalidad como sino tuviera lugar ante los ojos cínicos del poder público. Solo se les permite el paso por la ciudad con motivo de una procesión que se realiza cada fin de año.
   
 
 

Centro Cultural Conde Duque 
 
Del 30 de mayo al 20 de julio 
 
 
Carlos IV con uniforme de Guardia de Corps

 Cuartel de los Guardias de Corps (1717- 1841)
Real Cuerpo de Guardias de Corps o de Guardias de la Persona del Rey
 
Creado por Felipe V el 12 de junio de 1704 como una unidad esencialmente aristocrática destinada a la seguridad inmediata del Rey y de la Familia Real, era el primero y más preeminente de todos los cuerpos de la Casa Real y del Ejército, gozaba de total autonomía -sin otra dependencia que la directa del rey- y de un fuero privado con cláusulas específicas. 
Además de guardar la persona del Soberano con la mayor inmediación en palacio, en la corte, en viaje y en campaña como cuerpo de Caballería, el real Cuerpo tenía como cometido el contribuir al lustre y esplendor del Trono y, servir de modelo y ejemplo a todo el Ejército, siendo los primeros en concurrir "a todas las acciones de guerra y fundar su mayor distintivo en el aura de preferirse a los riesgos y todo lo que sea real servicio".
 
Manuel Godoy , joven guardia de Corps

Los miembros del Real Cuerpo, cuyo coronel era el Rey, recibían pagas y gratificaciones superiores a todos los demás cuerpos, los oficiales y guardias disponían de criados a su servicio y ostentaban grados en el escalafón, con equivalencias muy superiores a los del ejército regular. Los exentos, grado específico del Real Cuerpo inferior al alférez y superior al brigadier (suboficial) equivalente a coronel de caballería en el ejército, eran ayudantes de los capitanes en la vigilancia de la seguridad del Rey y usaban un bastón con puño de oro cuando no estaban de cuartel, en cuyo servicio se distinguían por usar un bastón negro y blanco.
En 1814, Fernando VII cambia su denominación, pasando a llamarse "Guardias de la Persona del Rey".
El 3 de agosto de 1841 es definitivamente disuelto por el gobierno del Regente del Reino, el general Espartero. Propiciando su desaparición las exageradas prerrogativas de que disfrutaba, sin que el verdadero prestigio ganado por brillantes acciones militares o las cualidades sobresalientes de sus individuos los distinguiesen de los demás cuerpos.