martes, 22 de octubre de 2019

Albarracín


  

  La ciudad de Albarracín es Monumento Nacional desde junio de 1961. En diciembre de 1996 recibió la medalla de oro al mérito en las bellas artes. Actualmente se encuentra propuesta por la UNESCO  para ser declarada Patrimonio de la Humanidad.

  En tiempos del dominio visigodo el nombre que se dio a la población fue Santa María de Levante. Albarracín pasó a ser un núcleo militar de primera magnitud. Entre los restos más significativos se encuentran el Torreón del Andador, la Alcazaba y la Torre del Agua. Albarracín se convertiría en capital del Taifato Independiente de los Ibn Razin siendo el primer rey Abu Meruan Abdelmélic del cual se conserva un esenciero de plata considerado como una de las mejores joyas de orfebrería del arte hispano-musulmán.
 
  En nombre de Albarracín viene de la dinastía musulmana Banu-Racín, soberanos que cambiaron su primitivo nombre cristiano. Fue un Señorío Independiente de Castilla y Aragón desde 1170 hasta 1285 cuando es conquistada por Pedro III de Aragón.Los Azagra fueron quienes dieron a la ciudad sus fueros. Pedro IV de Aragón la incorporó a sus dominios en el siglo XIII y su sucesor Juan II le concedió el título de ciudad.
 
  Albarracín tiene una arquitectura sencilla y de gran belleza. Las casas, de escasa altura son de piedra en la primera planta y en la segunda presentan entramados de madera. El otro elemento destacable es la forja que cubre las ventanas. Pasear por sus calles llenas de encanto admirando su arquitectura popular es un paseo en el tiempo.


 
  La aproximación de los tejados es fruto de la necesidad de ganar espacio habitable en la planta alta de la casa. En la planta baja están los animales, en la planta central las habitaciones de la familia y la parte alta se encuentra el granero, el almacén. Una forma de mantener la casa aislada del frío.



 
  La Plaza Mayor es oblonga y totalmente irregular, se sabe que fue diseñada en el siglo XI, aunque no es hasta el siglo XIII cuando pasa a tener su cometido actual. Está dominada por balcones corridos de las casonas permite ver el ayuntamiento renacentista, en la urdimbre de callejuelas tortuosas que la circundan y sus mansiones señoriales barrocas.






  Las murallas cuyos tramos más antiguos datan del año mil, están presididas por la Torre de La Engarrada y los restos del castillo de El Andador, supervivientes del magnífico sistema defensivo medieval, que en tiempos contó con tres fortalezas: la de Doña Blanca, la de El Señorio y el mencionado Andador. Se accede al interior de la ciudad por el Portal de Molina, o si se prefiere por el Portal del Agua, que custodian las moles cúbicas de sendas torres defensivas.

  La catedral de estilo gótico tardío fue erigida a instancias del obispo don Martín. Se reformó en el siglo XVI sobre la primitiva obra del siglo XIII. Tiene solamente una nave.
 
Retablo Mayor de la catedral de El Salvador.



Bóveda de crucería del coro.




Visitas guiadas a cargo de la Fundación Santa María












  Un día genial con: sol, bellos paisajes, rica gastronomía, una arquitectura muy pintoresca que nos traslada en el tiempo y sus gentes un cielo. 





 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario