viernes, 14 de abril de 2017

Castillo de Manzanares el Real.

Cuenca del Manzanares 
 

 A 50 km de Madrid por la Autovía de Colmenar Viejo, Manzanares el Real ofrece un interesante patrimonio histórico y natural. Enclavado en la vertiente meridional de la Sierra del Guadarrama en un entorno exclusivo en su triple vertiente de montaña, río y embalse, está protegido desde 1930 y fue declarado reserva de la biosfera en 1992.
 La singularidad de este paisaje radica en la magestuosidad de los canchos y riscos de La Pedriza que forman parte del Parque Nacional de la Sierra del Guadarrama.
 Este pueblo de base agrícola y ganadera encontró su auge cultural con los Mendoza, en los siglos XV y XVI. Después de este período comenzó uno de decadencia y aislamiento que se prolongó  hasta el siglo XX, concretamente hasta que en los años 60, la zona es revitalizada por el turismo de naturaleza.
 
Iglesia de Nuestra Señora de las Nieves (Finales del sigloXV)


 En 1985 se creaba la figura de protección del Parque Regional de al Cuenca Alta del Manzanares, 52.796 hectáreas que se extienden por 12 términos municipales, entre ellos Manzanares El Real. El Parque abarca todo el territorio que de sur a norte discurre entre las tapias del monte de El Pardo y la Cuerda Larga del Guadarrama, que desde el puerto de Navacerrada al de La Morcuera constituye una ruta clásica para cualquier montañero.
 
 La Pedriza, aunque no podemos olvidar su vegetación y fauna, lo fundamental en La Pedriza es la variedad de formas que adoptó el granito. Al fragmentarse las rocas en determinados planos, propios de los minerales que la constituyen, origina bloques muy variados en cuanto a formas y dimensiones.
 Estos no tardan en redondearse por la erosión del agua y el viento, dando lugar a un amplio repertorio de figuras. En las cotas más altas, la erosión es brutal, dando lugar a riscos y mogotes más abruptos y puntiagudos.
 En 1930 fue declarada de interés natural y nacional. En 1985, se protegió como espacio de gran belleza e interés. En 1992, La UNESCO la declara Reserva de la Biosfera. En 2013, La Pedriza es pieza fundamental del Parque Nacional de la Sierra del Guadarrama.
 







 El castillo de Manzanares El Real ocupa una posición estratégica de dominio de la Cañada Real Segoviana, que era utilizada por la Mesta para desplazar el ganado estacionalmente por España entre los siglos XIII y XIX. Todo el edificio se realza con el robusto antemuro defensivo y el paseo de ronda. Una gran puerta flanqueada por torretas nos da paso al interior tras atravesar el antiguo foso, hoy colmatado.
 Fue construido en el siglo XV por el I Duque del Infantado, Diego Hurtado de Mendoza. las obras las prosiguió su hijo Iñigo López de Mendoza, quien incorporó al proyecto al arquitecto Juan Guas, uno de los máximos representantes del gótico tardío en Castilla y arquitecto de los Reyes Católicos.
 Ambos eran hijo y nieto respectivamente del Marqués de Santillana ( 1398 - 1498) autor de Coplas a la muerte de mi padre y Serranillas.
 Este edificio es la plasmación arquitectónica de una sociedad a caballo entre dos épocas, la caballeresca medieval (elementos defensivos como el antemuro o la entrada acodada) y la renacentista humanista, con sus grandes salones, las fachadas decoradas y los magníficos miradores más propios de un palacio. 
 
 El zaguán, o entrada al edificio principal, servía de primera defensa y de organización del interior.
 El patio de armas, presidido por el escudo nobiliario de los Mendoza, dos hermosas galerías porticadas con columnas y balaustradas de estilo gótico tardío, nos introducen en la zona palaciega.
 







El Estrado de Damas es una recreación de la sala de reunión social de las mujeres españolas hasta el siglo XVIII, ambientada en la estética de los palacios andalusíes. Entre esteras, alfombras y cojines, las señoras y sus damas pasaban las jornadas bordando, tocando instrumentos o leyendo, rodeadas de los baúles donde guardaban sus ropas y ajuares, los primitivos armarios.
 
 











 A pesar de que en la villa había ya un castillo, Diego Hurtado de Mendoza decidió construir uno nuevo y abandonar el viejo, aprovechando sus materiales para la nueva obra y creando un edificio acorde con la relevante posición que cada día iba adquiriendo la Casa Ducal. Diego vivió en el nuevo castillo hasta sus últimos años, y murió en él en 1497. Sin embargo, su hijo y heredero, Iñigo López de Mendoza, decidió el traslado de la sede principal de la familia a Guadalajara, donde radicaban las casas de origen de los Mendoza en Castilla, y donde se estaban iniciando ya las obras del nuevo palacio ducal, el del Infantado.
 El castillo fue utilizado por la familia Mendoza durante poco menos de un siglo y a partir de 1530 fue abandonado. El recinto fue deteriorándose con el tiempo y utilizándose como almacén, cuadra e incluso como cine y escuela durante la Guerra Civil.
 Hoy es Monumento Nacional y Bien de Interés Cultural y goza de la máxima protección otorgada al Patrimonio Histórico Español. Sigue siendo propiedad de la Casa Ducal del Infantado, aunque lo gestiona la Comunidad de Madrid que lo ha transformado en un Centro de Interpretación. 
 


Embalse de Santillana 

 La introducción de la energía hidroeléctrica en Madrid tiene nombres y apellidos: Joaquín de Arteaga y Echagüe, XVII duque del Infantado, marqués de Ariza y de Santillana.Hasta entonces los motores de gas o de vapor eran los que generaban energía eléctrica, pero a un elevado coste. Joaquín de Arteaga proyectó un vasto plan hidráulico y construyó varias presas y centrales hidroeléctricas. El embalse de Santillana, en el antiguo feudo de los Mendoza, sus antepasados, fue una de las actuaciones más importantes.
 Tras su adquisición por parte del Canal de Isabel II, la de Manzanares El Real es una de las dos presas de escollera de las que dispone.
 La coronación alcanza los 1.355 metros y la altura de la escollera es de 40 metros sobre cimientos. Se construyó en el tiempo récord de 12 meses y en ella tiene su origen el Canal de Santillana. Amegó la presa existente y con sólo cinco metros más de altura duplicó su capacidad de almacenamiento. De la vieja obra se mantiene la torre neogótica a imagen y semejanza del vecino castillo. 
  
 

El castillo Viejo

 Se conservan las ruinas al oeste de la villa, junto al cementerio viejo. Su planta, con tres torres cilíndricas y la del Homenaje cuadrada, es prototípica de la época y modelo para el Castillo Nuevo. El aparejo es propio del arte mudéjar, con un encintado de ladrillo entre la mampostería de granito. 
 







Brock, durmiendo la siesta





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