viernes, 7 de marzo de 2025

Beat Attitude.


Antología de mujeres poetas de la generación beat
 
"Hubo mujeres, estaban allí, yo las conocí, sus familias las encerraron en manicomios, se les sometía a tratamiento por electrochoque. En los años 50 si eras hombre podías ser un rebelde, pero si eras mujer tu familia te encerraba. Hubo casos, yo las conocí. Algún día alguien escribirá sobre ellas."  Gregory Corso
 

Beat Revisited 
Hubo mujeres, aunque a menudo su obra haya quedado esparcida en revistas agotadas difíciles de encontrar. Las primeras ediciones de los libros de Ruth Weiss, Joyce Johnson, Brenda Frazer, Janine Pommy Vega, o Leonore Kandel, por ejemplo, son reliquias que hasta ahora solo han atraído a coleccionistas. Pero eso no quiere decir que no escribiesen prolíficamente durante los años cincuenta y sesenta y, algunas -Anne Waldman, Hettie Jones, Ruth Weiss, Joanne Kyger, Diane di Prima- hasta el día de hoy.
 

La generación beat cambió mi vida, como la de todos los demás.
Bob Dylan
 
 

Poesía. Beat Attitude
Antología  de mujeres poetas de la generación beat
 
Edición bilingüe 
Editorial Bartleby Editores, S.L.
Traducción, selección y prólogo: Annalisa MarímPegrum
Nº de páginas 205
ISBN: 978-84-92799-82-4 
 
 
Las voces  
 
Algo bajo los huesos me llama
arrastrándome hasta mis raíces
me detengo en las esquinas
acepto números de teléfono de extraños
que podrían ser amantes, nada cambia
busco cada una de las caras que he amado
como carroña, comida para los huesos
solo amplía la arruga hasta ser
cicatriz sobre el agua
Si los huesos fueran blandos estaría
en los huesos. Eso está bajo lo otro
como un mar en un campo inundado.
 
Ahora soy esbelta y me doblo como el viento
como un brote verde cuya flor son
olas desplumadas entre las hierbas
En la calle busco promesas en secreto
de completos desconocidos, la parte blanda 
bajo los huesos oscuros que se propaga.
Sonidos que murmuran como los mugidos
del ganado a lo lejos sobre las colinas
se mueven a través de mis pasos
como si pudiera equilibrar los ladrillos sobre los dos
lados de una callejuela resbaladiza
sin alcanzar el jardín todavía
Mi cuerpo gravita hacia las esquinas oscuras
madrigueras donde se lamen las heridas
una y otra vez.
 
La trabajadora se aleja de sus útiles y se encuentra
sentada en una silla con las manos flácidas
observando la lluvia desplazarse por la ventana
Un valle de tumbas silenciosas en la tierra húmeda
murmura bajo la raíz y la pisada,
cerniéndose sobre el sonido hay una madre enterrada
dentro de mí, sus brazos desnudos cubren el mar.
                                                                                            Janine Pommy Vega  
  

 
Azotea del Hotel Dear Madrid






miércoles, 5 de marzo de 2025

Helena de Troya. Margaret George

Esta es la historia de helena de Troya, la mujer más bella del mundo. Una mujer premiada y castigada por los dioses con un don tan único y virtuoso como maldito y terrible: una belleza incomparable, capad de provocar la mejor locura de los hombres, pero también la peor cordura.
 
Hija de un dios, esposa de reyes, amada y odiada por todos, Helena vivirá desde pequeña y para siempre sometida a la mirada escrutadora de amigos y enemigos, solo por ser quien es, por ser como es , por poseer el rostro que provocará una de las guerras más famosas y legendarias de la historia de la humanidad: la guerra de Troya.
 
De la mano y la voz de la misma Helena, en esta novela conocemos su verdadera historia; su punto de vista de la leyenda; su niñez, marcada por las funestas profecías cernidas sobre su familia, que la obligan a vivir oculta del resto del mundo; su temprano matrimonio con Menelao, tras la competencia entre cientos de pretendientes; su historia de amor con Paris; el asedio de Troya; su encuentro con personajes inolvidables: Aquiles, Agamenón, Príamo, Hécuba, Odiseo, Héctor...
 
La venganza, el deseo, la ira, los celos, el amor, la muerte y la soledad plagan la vida de Helena.
 

  Autora: Margaret George
Título original: Helen of Troy 
Traducción del inglés: Ana Herrera
Nº de páginas 778
Rocaeditorial ISBN: 978-84-92429-23-3
 

 

 
 
"El corazón de los árboles". Parque sur Fuente Lucha. Alcobendas
 
Arte en la ciudad
Siete esculturas, siete cuerpos en bronce, tantas como las notas musicales, cada una abrazando un ciprés. Jaume Plensa se ha convertido en un artista imprescindible del arte en espacios públicos, no solo por sus numerosas intervenciones, sino también por lograr que sus esculturas dialoguen a la vez con los espectadores y con el entorno.
 
La figura humana es la protagonista de su propuesta, y aunque Plensa toma como modelo su propio cuerpo, no pretende representarse a sí mismo. Cada uno es único e irrepetible, pero forma parte de una sociedad, una cultura: la relación entre lo particular y lo general, el fragmento y el todo, lo pequeño y lo grande, es la idea central de su trabajo. El cuerpo acaba siendo algo inerte que no cambia; sin embargo, el árbol seguirá creciendo, y un día cubrirá la cara y desbordará la figura humana. El cuerpo y el árbol como metáforas de lo físico y lo espiritual.
 
El cuerpo es un contenedor de palabras, de ideas, de datos, Jaume Plensa es un enamorado de las palabras y de la música, palabras que impregnan sus esculturas, obras llenas de fuerza y poesía que, con los ojos cerrados. Invitan a una reflexión.
 


 



viernes, 28 de febrero de 2025

Eduardo Chillida. Posesía es construcción


 "¿No son la construcción y la poesía componentes esenciales de todas las artes?"
                                                                                                     Eduardo Chillida
 

Poesía y construcción, espacio y materia, naturaleza y artificio se entremezclan en la obra de Chillida como conceptos complementarios. partiendo del binomio que da título a esta exposición, la obra del artista vasco se presenta aquí como la fusión de ambos términos. Los une el origen etimológico del termino "poesía": la poiesis griega, traducible como creación, generación, construcción, paso del no ser al ser [...] su recurrencia al vacío, el silencio, los limites, el espacio, el pliegue, la materia, el cuerpo o el lugar se combina con un acercamiento a alguno de los materiales que empleó para hilvanarlos. Carlos Martín
 

 
Lo hice mejor porque no lo conocía e iba cargado de dudas y de asombro
                                                                                                               E. Chillida 


La plástica: la corporeización de la verdad del ser en la obra que instaura lugares.
                                                                                           Martin Heidegger 
 

En Saint-Séverin, escuchando El arte de la fuga, me decía y me repetía: "He aquí la refutación de todos mis anatemas". Emil Cioran, Ese maldito yo
 
 
 
 Más allá y detrás de los conocimientos hay un lenguaje. 
                                                                 Eduardo Chillida
 
 
                                                                     
 Temblor de metales
Tras un periodo formativo inspirado por la cultura arcaica griega y la "luz blanca" del Mediterráneo, Chillida da un violento giro al recuperar otra luz, esta vez "negra", atlántica. En ella se reconoce tanto como el hierro, material con el que rotura, delimita o señal el espacio. Es un momento marcado por líneas expresivas en busca de una grafía personal, temblorosa y vibrante, que se afirma y niega simultáneamente. Son obras que anulan toda retórica o narración; sin embargo, Chillida rehúye señalarlas como abstractas, puesto que su proyecto nada tiene que ver con el debate en torno a la figuración. Su preocupación es otra: el estatus de la escultura en relación con el entorno, su posición emblemática, escrutadora del mundo y emisora de preguntas sobre nuestra experiencia entorno a ella y, por ende, al plano físico. 
 

Anhelo 
El verbo crea el movimiento
de la luz en el fondo 
de las amargas aguas.
 
Mañana,
no poses todavía
tus pájaros dorados
sobre mi pecho herido.
                        José Ángel Valente 
 

 

Quiero quedarme así, solo, lejano,
sin ninguno, sin nadie,
pájaro que en la infinitud del aire vuela, 
en el vacío del aire, 
hacia el horizonte que jamás se alcanza
y nunca ya poder -quedarme así-
regresar al origen para siempre borrado.
                               (Canción del eterno inretorno)
 
 
 

El interés por el cuerpo y sus pliegues y, en particular, por las manos y sus falanges, ocupa a Chillida desde sus primeros pasos como artista, cuando las emplea como metáfora de su deseo de trascender los límites de la tradición: "tengo las manos de ayer, me faltan las del mañana". Son las manos las que escriben, las que forjan la escultura o las que hojean un libro. Y no pueden deslindarse de la ocupación juvenil de Chillida como portero de fútbol profesional; ni puede desligarse su interés por el complejo sistema de articulaciones (en el que resuena su obsesión por los pliegues).
 
En este contexto de recuperación de la representación natural, Chillida retoma en los años ochenta uno de los motivos de sus obras de juventud, anteriores al hierro: los torsos arcaicos. A partir de ahí, valiéndose de lo aprendido de la técnica de las lurras, ocasionalmente volverá a la anatomía humana, desde la mano al autorretrato o al crucifijo, para recordarnos el carácter terrenal, anclado al cuerpo, de su espiritualidad.
 

 
En una ocasión vi una pequeña escultura figurativa de Giacometti y le pregunté: "Pero, Alberto, ¿ por qué haces cosas tan pequeñas? Y él me respondió: "Para que el espacio se agrande" Eduardo Chillida
 
 


Hubo, en un tiempo, una mano
que nos condujo a la vida.
 
¿Habrá algún día una mano
que nos conduzca a la muerte? 
                                        Edmond Jabés, La memoria y la mano 
 

 
La luz y la piedra
La llegada del alabastro supone un importante salto en Chillida pero (como es habitual en su obra) sin perder el engarce con su pasado. Desde su aparición en los años sesenta, reemergerá al calor de este material el verso de Jorge Guillén, "lo profundo es el aire", convertido ya en lema personal; y, con el aire, retorna también la referencia a la mar en la gran escultura que muestra con desnudez el contraste entre el material en bruto y el suave desbastado interior. Es un gesto que tiene que ver con una idea revolucionaria: la de introducir el espacio dentro de la materia, es decir, no vaciarla sino "llenarla de espacio", una idea que confluirá en su proyecto inconcluso para la montaña de Tindaya, en Fuerteventura.



En este interés por los elementos, Chillida se sitúa en el linaje de la filosofía presocrática, escuela que materializó su pensamiento en formas poéticas y que aspiró a comprender la naturaleza, sus fenómenos y límites y su origen primero. De esta inquietud nace el último de sus libros ilustrados en vida: el Poema de Parménides de Elea, pensador del siglo VI a.C., que recogió en verso toda una doctrina cosmológica, origen del racionalismo filosófico. El viaje de Chillida a Grecia, años antes, en 1963, había supuesto una reconciliación con la tradición rechazada en la juventud, la de la "luz blanca" mediterránea, reflejada ahora en la contundencia del blanco sobre blanco de los relieves y huecorrelieves que acompañan el Poema.
 


Esta manera de sacar la luz del papel, de hacerlo expresarse sin tinta alguna, es paralela a su trabajo del alabastro, del que trata ante todo de extraer la luz oculta, la que es absorbida y contenida por una materia de aspecto tosco que, una vez trabajada, se revela traslúcida y radiante.
 

Todo está lleno conjuntamente de luz y de oscura noche, de ambas por igual, pues no hay nada que no participe de una de las dos. Parménides deElea



Todo me comunica,
Vencedor, hecho mundo,
Su brío para ser
De veras real, en triunfo.
 
Soy, más, estoy. Respiro.
Lo profundo es el aire.
La realidad me inventa,
Soy su leyenda. ¡Salve!
                             Jorge Guillén 
 



Trashojar piedras gigantes para que surja
en la tarde una mariposa, ¿será este el secreto?
 
¿Qué enigma persigo mientras avanzo,
entre muros putrefactos, por la senda de los vivientes?
¿Qué recuerdo sepultado me conduce en tu busca?
¿Qué amenaza o qué promesa, en un aroma
respirado a través del aroma del tomillo?
                                                           André Frénaud. La senda de los vivientes  
 
 
 
Centro de Arte de Alcobendas
12 febrero 2025 - 4 mayo 2025