lunes, 21 de agosto de 2023

Real Fábrica de Tapices: 300 años de creación.

 
 

Cuentan que en la antigua Casa de Tapices de Santa Bárbara se guardaba con orgullo una canilla dorada con la que, el rey Felipe V había honrado a las Artes aplicando su augusta persona al noble oficio de la tapicería. Nada podía ilustrar mejor que esta anécdota el afecto y el compromiso personal del monarca con su Fábrica.
 

Sin duda cuando Felipe V  tiene la idea de establecer una manifactura de tapices en Madrid, esta pensando en la satisfacción de una necesidad imperiosa para la escenografía de la monarquía en aquellos tiempos de esplendor versallesco: el adorno de los espacios de representación con estas ricas colgaduras, complemento imprescindible de las estancias palaciegas.
 Esta iniciativa también debe entenderse dentro del programa de modernización y regeneración de la industria del país que acomete el primero de los Borbones, con el patriótico afán de servir lealmente a sus súbditos una vez perdidas las posesiones españolas en Flandes, el duque de Anjou bien podría haber buscado el suministro de tapices y alfombras en las grandes manufacturas fundadas por su abuelo el Rey Sol: Gobelinos, Beauvais, Savonnerie... pero, como ocurrió también en el campo de la política , prefirió liderar los intereses nacionales aunque ello supusiera el enfrentamiento con los de los franceses.
 La Real Fábrica de Tapices se convierte, así, en la primera de las manufacturas que promueve la monarquía española, a la que después seguirán la de Cristales de La Granja, la de Porcelana del Buen Retiro, la Fábrica de paños de Brihuega, etc.




La Real Fábrica de Tapices disfruta de uno de sus períodos de máximo esplendor en las postrimerías del siglo XVIII debido tanto al estimulo de Carlos III como a la fecundidad creativa de Goya y otros pintores del rey, mientras que, paradójicamente, los últimos talleres flamencos, que constituyeron el florón de la tapicería europea durante su esplendor en los siglos XVI y XVII agonizaban.
 En el convulso transcurso del siglo XIX y de los primeros años del XX, la manufactura madrileña va acrecentando su prestigio y cobrando una mayor proyección internacional.
 

 

El siglo XX es un período de luces y sombras para la histórica manufactura, instalada ya en su sede actual de la calle Fuenterrabía. Los avatares políticos de las primeras décadas y la Guerra Civil ponen en peligro su supervivencia.
 A finales del siglo pasado la situación es insostenible por las deudas acumuladas y en 1996 la Fábrica está abocada al cierre. Gracias a la iniciativa de la Corona, seguida del apoyo institucional del Ministerio de Cultura, la Comunidad de Madrid, el Ayuntamiento de Madrid y Caja Madrid, la Real Fábrica supera esa situación, constituyéndose en Fundación.

La gallina ciega

Por ironías del destino, esta Fábrica que tanto costó establecer en la Villa y Corte y cuyo mero intento casi queda abortado en las mazmorras del castillo de Amberes, constituye hoy en día el único reducto, junto con las manufacturas francesas agrupadas en el Mobiler National, del gran arte de la tapicería en Europa. (María Dolores Asensi Catalán)
 
 Cuando Goya al regresar de Italia en 1775, fue nombrado pintor de cartones, hizo gran número de ellos en la primera época. El 24 de mayo de 1775 entregó el primer cartón que pintó en la Fábrica de Tapices. Representa La caza del jabalí. El tapiz estaba destinado a adornar la pieza en la que comían los príncipes en el Real Sitio de San Lorenzo, lo mismo que Los perros en trailla, La caza con mochuelo y red, El cazador cargando su escopeta, La caza de la codorniz, El pescador de caña, Muchachos cazando con mochuelo y caza muerta.
 
La feria de Madrid 1795-1799. Tapiz, seda y lana.

(Detalle)

 Al año siguiente, pintó La merienda, para hacer un tapiz que adornara el comedor de los príncipes en el Palacio de El Pardo; La niña en la venta nueva, El paseo de Andalucía o La maja y los embozados, El bebedor, El quitasol, pintados en 1777 con igual destino, lo mismo que los del año 1778, La cometa, Los jugadores de naipes, Niños inflando la vejiga, Muchachos cogiendo frutas y El ciego de la guitarra.
 
El pelele

En el año 1779, entregó el cartón que habría de servir de modelo para hacer el tapiz La feria de Madrid, que adornará el cuarto de dormir de los príncipes de Asturias en el Palacio de el Pardo, lo mismo que El cacharrero, El militar y la señora, La acerolera, Muchachos jugando a los soldados, Los niños del carretón, El juego de la pelota o pala y El columpio.
 
 
En 1780, entregó Goya Las lavanderas, La novillada, La fuente, El resguardo de tabacos, El muchacho del pájaro, El niño del árbol, Los leñadores, El majo de la guitarra, La cita y El médico, todos ellos destinados a modelos para tapices que habrían de adornar la "Pieza de Cámara" de los príncipes de Asturias en el Palacio de El Pardo.



  





No hay comentarios:

Publicar un comentario