lunes, 26 de mayo de 2025

Daniel Vázquez Díaz

Daniel Vázquez Díaz
 
Daniel Vázquez Díaz (Nerva, Huelva, 1882 - Madrid, 1969). Mientras cursaba la carrera de Comercio en Sevilla, comenzó a pintar a modo de entretenimiento tras descubrir la obra de Zurbarán y del Greco.
En 1903 se trasladó a Madrid para dedicarse plenamente a la pintura y copiar a los grandes maestros del Prado, entablando relación con Juan Gris, Solana y Darío de Regoyos. En 1906 viajó a París y trabajó junto al escultor Antoine Bourdelle, conociendo a Piacasso, Braque, Modigliani y Max Jacob, entre otros, y asimilando cierto espíritu de vanguardista.
 
El mar, 1955

La capacidad de Vázquez Díaz para la pintura mural, de la que son buena muestra los frescos de La Rábida, se evidencia en el tratamiento de este lienzo de grandes dimensiones. Forma pareja con el de Joaquín Sunyer titulado La tierra (1952), y ambos fueron encargados  por el arquitecto Juan de Zabala con destino al vestíbulo de acceso de la sucursal del Banco de España en Barcelona. Representa una familia de pescadores en el momento de regresar del mar, transportando el hombre los frutos de la pesca sobre la cabeza y, con la mano izquierda, la red sobre el hombro, mientras sale de la barca. la mujer, sentada dentro de ella, tiene en el regazo un niño mamando.
 
Las barcas en la rampa o Paisaje. Museo de Bellas Artes de Bilbao

La transposición del paisaje a tela es para Vázquez Díaz, como lo fue para Cézanne, un proceso plástico y no naturalista. Más allá de la impresión fugaz proclamada por el impresionismo, Vázquez Díaz hace un ejercicio intelectual y, por ende, idealista, de análisis formal y cromático de la Naturaleza.
 
El predominio de lo arquitectónico y estructural, el sintetismo de las formas y la unidad entre las partes y el todo, hace que en la pintura de Vázquez Díaz la idea predomine por encima de la sensación y que lo contingente, se convierta en algo perdurable.
 

Ávila, h.1935. Museo de Bellas Artes de Álava

Desarrolló un estilo personal que mezcla la pincelada constructiva de Cézanne con la estructuración geométrica y en diversos planos del cubismo. A su regreso a España en 1918, impartió clases, primero en su taller, y después desde la cátedra de Pintura Mural de la Escuela de Bellas Artes de san Fernando, que ganó por oposición en 1932.
 
La fábrica dormida

Se convirtió en uno de los pintores más representativos e influyentes de la España del momento, destacando fundamentalmente por su labor como docente, antes y después de la Guerra civil, a través de la cual difunde un cubismo que formalmente le ayudó a crear composiciones de gran monumentalidad arquitectónica y que serviría de puente a los jóvenes artistas del país, sobre todo durante la posguerra, con las tendencias que se desarrollaban en el resto de Europa.
 

Entre sus discípulos encontramos a artistas tan dispares como José Caballero, Juan Manuel Díaz-Caneja, Rafael Canogar  y Cristino de Vera. Además de ser un buen paisajista, resalta su faceta como ilustrador y como retratista de algunos de los personajes más relevantes de la cultura contemporánea. Entre sus obras sobresalen los murales del Descubrimiento que realizó para el monasterio de La Rábida (Huelva) entre 1927 y 1930 y que le consagraron como pintor. Un año antes de su muerte, en 1968, fue nombrado miembro de la Real Academia de Bellas Artes de san Fernando. Museo Nacional del Prado
 

 
   


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