jueves, 15 de mayo de 2025

Silves y Albufeira - Algarve

Mercado Municipal de Silves
 




  Ruta de al-Mutamid a 1 km de la actual ciudad se sitúa el Cerro da Rocha Branca que, según los trabajos arqueológicos que en él se han efectuado, estuvo ocupado desde la Edad del Hierro hasta la época islámica. Se trataría de un puesto comercial de probable fundación fenicio-púnica, que mantuvo un carácter portuario a lo largo de las épocas romana e islámica, siendo por tanto el asentamiento más antiguo de la región, con un cierto carácter urbano.
En el actual estado de la investigación histórico-arqueológica, no se comprueba que el cerro en el que se sitúa la actual ciudad de Silves haya tenido ocupación anterior a los siglos VII-VIII lo cual lleva a concluir que es de fundación islámica.
 
 
Trozo de la alcazaba medieval (siglo XIV)
  Los trabajos arqueológicos realizados durante las obras de renovación del Centro Histórico de Silves pusieron a la luz, cerca de un metro de profundidad, un pavimento de grandes lajas de "gres de Silves" que constituía la calzada asociada a la puerta de la ciudad. La ejecución de las obras obligó a que fuese desmontada y a que se excavasen los niveles subyacentes que proporcionaron algún material arqueológico en el que se destacaban siete monedas de la primera dinastía portuguesa (D. Alfonso Heriques hasta D. Dinis) lo que permitió fechar el conjunto -la Puerta de la Ciudad y la Calzada- en el siglo XIV. Se trataba, por lo tanto, de una calle que permitía circular entre el interior y el exterior de la ciudad medieval.
  Teniendo en cuenta el buen estado de conservación de la calzada, se optó por su puesta en valor, desmontándolo e integrándolo en el pavimento actual.
 

  Ya en el siglo X hay referencias a su castillo, y es también durante el califato de Córdoba cuando la ciudad se convierte en capital de la provincia, hasta entonces liderada por la ciudad de Faro. Su rápido desarrollo se corresponde con su prosperidad económica, que no puede ser disociada de la importancia de la construcción naval y de la dinámica de su puerto comercial.
La ciudad alcanza su apogeo durante la fase de autonomía como reino taifa (1131 - 1068) que perdura durante el largo período en que se integra en el Reino Abbadí de Sevilla, con al- Mutamid como gobernador y figura fundamental de su historia. La fascinación que el rey poeta tenía por la ciudad de Silves y sus habitantes era tan grande que la retrata de una forma apasionada en su amplia obra poética. 
 



Castillo de Silves Monumento nacional desde 1910
 
  La primera referencia conocida se remonta al siglo X, con al-Razi (historiador y geógrafo). La antigua alcazaba de la Xilb islámica se compone de una imponente muralla construida en tapia militar y revestida con piedra arenisca roja, integrando once torres, nueve adosadas y dos albarranas. En el espacio de aproximadamente 12.000 metros cuadrados, originalmente reservado a la élite administrativa, subsisten vestigios de viviendas palatinas del período almohade, (siglo XII - siglo XIII); infraestructuras de aprovisionamiento de agua (aljibe); estructuras subterráneas de almacenamiento de cereales (silos) y construcciones del siglo XV.
  El recinto tuvo diferentes ocupaciones y, entre mediados del siglo XIX y el mismo período del siglo XX, fue utilizado como un campo agrícola, después de haber albergado también la cárcel.
  El aspecto actual d las murallas es fruto de las profundas intervenciones efectuadas por la DGEMN, en los años cuarenta del siglo XX.
  La estatua del rey Sancho I, en bronce, presenta de forma poderosa al primer conquistador cristiano de la ciudad, en 1189. Se trata de una escultura de Leopoldo de Almeida ofrecida a Silves en 1966.
 
 


 

Las ruinas que componen esta ruta fueron descubiertas y puestas en valor a lo largo de varias campañas de excavaciones arqueológicas y de conservación y restauración que tuvieron lugar principalmente en los años ochenta y noventa del siglo XX.
 
 


  El gran aljibe de la alcazaba de Silves consiste en un gran depósito excavado en el sustrato rocoso, con capacidad para almacenar unos 1 300 000 L y que abasteció a la ciudad hasta la década de 1980. Su construcción se remonta al período almohade (siglo XII - XIII), probablemente inmediatamente después de la primera conquista de la ciudad por parte de los cristianos en 1189. 
  De unos 20 metros de largo, 16 metros de ancho y 7 metros de alto, cuenta con un tacho situado al nivel del suelo actual, que consiste en cuatro bóvedas de cañón, asentadas sobre 12 columnas, seis de las cuales están adosadas a las paredes. 
  Este lugar se asocia con la conocida "Leyenda de la Mora encantada" que cuenta que, en las noches de san Juan, a medianoche, aparece una mora navegando sobre sus aguas en un barco de plata con remos de oro, cantando canciones de su pueblo y esperando que un príncipe pronuncie las palabras mágicas que rompan su encantamiento.
 



Inaugurado en 1990 el Museo Arqueológico de Silves fue construido en torno a la Cisterna Almohade (siglos XII - XIII)
 
 















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