lunes, 12 de junio de 2023

Lagartera. Corpus Christi.

Lagartera "Corpus Christi" fiesta de interés turístico regional desde el 8 de marzo de 2007.
 

 

 
La primera procesión que se celebra en Lagartera data del 21 de junio de 1590, en la actualidad se sigue celebrando con la misma solemnidad, siendo la villa lagarterana de honda tradición religiosa.
 

La custodia bajo palio portada por la corporación municipal (privilegio que obtuvo en 1662) recorre las calles del pueblo deteniéndose en los casi treinta altares engalanados con colchas y reposteros, rematados todos ellos por preciosas tallas centenarias de "niños", que se colocan en las casapuertas del recorrido procesional.
 

Lagartera es un lugar de obligada visita para  los amantes del descanso, del buen comer y de la artesanía.
 
 

Su Museo Municipal Marcial Moreno rinde homenaje a este artista local, nacido en 1911, en general, a todo el sentir de este pueblo.
 



Aquí se puede disfrutar de parajes naturales de gran belleza, inmersos en la comarca natural de la Campana de Oropesa y del Campo Arañuelo. Lagartera se encuentra situado al noroeste de la provincia de Toledo, a unos 121 kilómetros de la capital.
 


Las labores y bordados de Lagartera son una de las artesanías más únicas, espectaculares y vistosas de toda Castilla-La Mancha.
 

El termino Lagartera deriva del latín lacertus, lagarto, con el sufijo - aria, indicativo de abundancia.
 
Parador Nacional de Oropesa

De origen incierto, como tantos otros castillos peninsulares, las primeras noticias ciertas son del reinado de Alfonso X El Sabio, allá por el siglo XIII. parece que la parte más antigua, en la esquina nordeste, pudiera ser anterior. La tradición ha venido adjudicando a algunos muros que cierran este patio un origen musulmán.

La fortaleza que hoy vemos fue realizada en su mayoría durante las luchas nobiliarias de los siglos XIV y XV, y lo más destacado como la magnifica Torre del Homenaje, es obra de la familia Álvarez de Toledo, condes de Oropesa, en la segunda mitad del siglo XV.


El Parador Nacional ocupa hoy la primera parte del castillo, aprovechando el palacio que, ya en los siglos XVI y XVII, acomodaron los Condes para su residencia, en el primer Patio de Armas.

Las últimas restauraciones son del siglo XX, en primer lugar cuando se instaló el Parador y se declaró al conjunto Monumento Nacional en 1926; y finalmente el Estudio de Arquitectura Mauro Cano, acometió la última restauración.
 
Mauro Cano Arquitectos, restauraron el Parador de Oropesa


La Torre del Homenaje es el elemento más destacado, con sus 25 metros de altura. está rematada por cuatro garitones en las esquinas de la azotea y su interior se distribuye en cuatro alturas. En la planta baja, un paso en codo permite el acceso al Patio de Armas. De las tres plantas restantes, solo la tercera ofrece algunas comodidades: dos miradores y chimenea. En ella campean los escudos de los condes de Oropesa, sus constructores en la segunda mitad del siglo XV.
 
Parapetos, para defender el adarve o paso de ronda el parapeto está formado con fuertes almenas, perforadas por troneras circulares y saeteras cruciformes a través de las que efectuar los tiros defensivos.


Puertas de acceso, la entrada al castillo tuvo dos accesos principales: uno bajo la torre, otro en la puerta del muro inmediato. Ambos eran accesos en codo, en un espacio limitado y fácilmente defendible.

Poterna, todos los castillos disponían de una puerta trasera para salidas de contraataque por sorpresa, o para fugas de los defensores.

Torre Semicircular maciza en su cuerpo inferior, el superior contiene una escalera desde el adarve para alcanzar la azotea, con parapetos hacia la población.
 

 La Escalinata, con diferencia, la más impresionante de todos los castillos españoles. Servía para ascender al adarve y bajo ella se aprovechó el espacio para habitaciones.

Las caballerizas, aprovechando los fuertes muros que se mantenían en pie de las que fueron caballerizas, se ha levantado un magnifico salón para exposiciones y actos culturales. Bajo el piso, cubierto por cristales, se aprecian los restos de una fundición de campanas del siglo XVIII, cuando ya el castillo había perdido cualquier utilidad defensiva.
 
Las zonas hoy visitables no incluyen todo el castillo. Una parte, la mitad oeste, queda reservada al Parador, instalado en dos ángulos del antiguo Patio de Armas (el más espacioso en origen). Hoy este nombre ha pasado al patio mayor de los dos que forman el recinto mejor fortificado del castillo, adosado a la Torre del homenaje.

Parada de pintores y viajeros románticos
 
  Durante el siglo XIX llega a España una generación de autores extranjeros, con la intención de describir paisajes y tradiciones. Estos atípicos turistas, conocidos como "viajeros románticos", cruzaban la meseta a bordo de las diligencias de Correos. El primero en llegar a esta localidad, en 1836, fue el británico George Borrow, que publicó sus impresiones en "La Biblia en España", libro de culto traducido por Manuel Azaña. En 1857, el duque de Frías acoge en palacio a Charles Clifford, fotógrafo de la reina Isabel II, que retrató a las gentes de Oropesa. Y les siguieron otros autores.
 
  Ya en el siglo XX, el primer visitante ilustre fue Joaquín Sorolla. La Hispanic Society of America le encarga que pinte las costumbres españolas. Sorolla se aloja en casa del anticuario Platón Páramo, en 1912, y dibuja personajes "de un tipismo legendario de os tiempos pasados". Gutiérrez Solana llegó en 1920 y también se dejó seducir por "los campos llenos de trigo y de olivos frondosos de un hermoso color".
 
  Ya inaugurado el Parador, quisieron disfrutarlo autores como Gerald Brenan o Graham Greene, tal vez atraídos por las impresiones que escribió desde Oropesa William Somerset Maugham: "En un número de pequeñas ciudades y pueblos, el estado ha establecido Paradores, que son posadas en donde el pasajero puede estar seguro de encontrar todo el confort que pida...Avergüenzan a los hoteles de las ciudades universitarias y con catedral en Inglaterra".
 

 
 

 
 

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