jueves, 1 de febrero de 2024

Maestras



Botánicas, conocedoras de maravillas   
 
Durante la época racionalista, cuando se produce la ascensión del hombre y la naturaleza tras la revolución científica y el inicio del colonialismo, comienza un periodo de esplendor artístico para las pioneras del bodegón y de la ilustración botánica, quienes fueron apoyadas por mecenas mujeres; precisamente en el momento en que empezaron a ser expulsadas del conocimiento ancestral de las plantas y sus beneficios, cuando se persigue a las denominadas brujas.
 Vanitas  son pintoras e ilustradoras formadas junto a científicos que empiezan a utilizar el microscopio, e interesadas por la entomología como Fede Galizia y Giovanna Garzoni en Italia y las hermanas Rachel y Anna Ruysch en Holanda, para quienes la vida ejerce poder de fascinación a cualquier escala y la representan de manera holística, como un ecosistema donde habitan mariposas, moscas y otras pequeñas criaturas, refutando el simbolismo religioso de la naturaleza muerta como vanitas.
 
Maestras
 
 En contestación al borrado histórico, Maestras presenta por primera vez en España un recorrido feminista por la contribución de artistas mujeres a la historia del arte desde finales del siglo XVI a las primeras décadas del siglo XX.
 A través de ocho temas relevantes en el camino de las mujeres hacia la emancipación, en este relato se combina la historia del arte con la historia de las ideas y se exploran aspectos estéticos, sociales y políticos. Rocío de la Villa
 
Artemisia Gentileschi. Judit y su criada, 1613-1619

 
Sororidad. La causa delle donne
 
 En el siglo XVII, en Italia, en plena Contrarreforma y en paralelo a los escritos de las autoras de la querella de las mujeres, como Modesta dal Pozzo (II merito delle donne) y Arcangela Tarabotti (Tirania paterna), artistas respaldadas por mecenas representan en pinturas de historia, figuras mitológicas, heroínas bíblicas y personajes históricos como Judit, Yael, Susana y Porcia. A través de ellas evidencian el silencio impuesto y su exclusión por el discurso patriarcal, que desgrana a estas heroínas en historias tergiversadas y pinturas eróticas ofensivas. Lavinia Fontana, Fede Galizia, Artemisia Gentileschi y Elisabetta Sirani conforman tres generaciones de artistas que triunfan con sus versiones castas e inauguran así una tradición alternativa.
 
 
Fraçoise Duparc. La vendedora de té

Adélaïde Labille-Guiard. Retrato de mujer, 1787





lustradas y académicas
 
La Ilustración es el tiempo de despertar de las mujeres como ciudadanas en la historia feminista. Ya antes de la caída del absolutismo en Francia, reinas, nobles y salonnniéres respaldan a las artistas, erigiéndolas como académicas.
 Pintoras como Élisabeth Vigée-Le Brun, Adélaide Labille-Guiard, Angelica Kauffmann, y escultoras como Marie-Anne Collot y Anne Seymour Damer, destacan en el género del retrato, expresión expresión de la afirmación del sujeto y d la individualidad en el origen de la Modernidad.
 Todas representan a mujeres cultas que buscan su identidad en escenarios teatralizados, como las ruinas arqueológicas al pie del Vesubio de Lady Hamilton. 
 



Orientalismo / Costumbrismo
 
 En pleno periodo colonial, las artistas emprenden viajes y observan con respeto a los no occidentales, en oposición a la sexualización degradante de sus modelos por parte de sus colegas masculinos orientalistas.
 De camino al norte de África, la cultura española ejerce especial fascinación por su exotismo. A partir de las escenas del paso de los Pirineos realizados por Rosa Bonheur, pastores gitanas y campesinos habituales en la pintura costumbrista española serán reinterpretados en clave orientalista en París.
 Pero a diferencia de los artistas, pintoras como Henriette Brownw y Alejandrina Gessler pueden entrar en los harenes, deshaciendo los tópicos eróticos asentados en los salones parisinos.

Mary Cassat. Muchacha española apoyada en un alféizar, 1872.  María Blanchard. la gitana, 1907-1908.
(Detalle)

 
Trabajos, cuidados
 Frente al icono de la campesina o la planchadora solitaria de los pintores, durante el siglo XIX las artistas representan grupos de mujeres trabajando en el campo como Alice Havers y Eloísa Gamelo, o durante su jornada laboral en la ciudad, como Las lavanderas de Marie Petiet. 


 Cuando las propias artistas luchan por su inserción en el sistema artístico, su repertorio abarca desde las mujeres en el papel de amas de casa de Luisa Vidal y las cuidadoras de enfermos de Henriette Browne, hasta otras escenas en las que ellas desempeñan oficios diversos, como las pescadoras de Victoria Malinowska.
 
Käthe Kollwitz. Madre con dos niños, 1932-1936

  Cuando en la ciudad moderna las mujeres reclaman sus espacios, tambien como consumidoras en los grandes almacenes, como refleja Elizabeth Sparhawk-Jones.


Marie Cazin. Muchachas Giris, 1886

Emy Roeder. Hermanos, niño abrazando a una chica, 1933-1934




Complices

 ¿Qué piensan? ¿De qué hablan? ¿Qué comparten las jóvenes burguesas cuando están juntas? Las impresionistas Berthe Morisot, Marie Bracquemond, Louise Breslau y Cecilia Beaux crean nuevas iconografías de la complicidad, la confianza y la amistad entre mujeres, expresada en clave melancólica por la escultora simbolista Marie Cazin. Un mundo privado al margen de la mirada masculina en la que germina el anhelo de libertad.
 



 
Nuevas maternidades

 La maternidad es uno de los temas más antiguos de la historia del arte. En el siglo XIX,  surge el arquetipo de la mujer como "ángel del hogar" para frenar su emancipación, tema al que se oponen pintoras y escultoras de diferentes generaciones, estados civiles y estilos artísticos, innovando e invirtiendo los viejos modelos.
 

 
Museo Nacional Thyssen-Bornemisza
 
Paseo del prado, 8

2814 Madrid

Senado de España


Palacio Real de Madrid

Mark Whalen. Moments, 2021

Restaurante marroquí La Alhambra

 

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