viernes, 9 de febrero de 2024

El principito / La extraña velada con la sra. Xavier.../ Antoine de Saint-Exupéry

 
Este pequeño cuento se ha convertido en una de las obras fundamentales de la literatura francesa. En estos tiempos de confusión, El Principito, nos recuerda, que un día fuimos niños y que el tiempo a cubierto nuestras almas con el polvo de los años, ocultándonos a nosotros mismos. Es una narración poética, cuidada, cándida y delicada, pero también una larga ironía liberadora del desquiciado mundo en el que los adultos nos obligamos a vivir, un oasis en el que descansar de la desolación del desierto humano.
 
 
En sus páginas se recupera la mirada asombrada sobre lo cotidiano y lo simple, esa mirada que, con el paso de los años, se pierde entre supuestas certidumbres que se han acabado aceptando más por inercia que por convencimiento.
Y, por encima de todo, es un hermoso canto a la amistad y a la camaradería, una desnuda y decidida exaltación de la alegría del amor y del juego compartido, del ofrecimiento de unos a otros.
 

Es un cuento, pero uno de esos cuentos que, con un lenguaje sencillo, sus imágenes evocadoras y su vigoroso esquematismo, nos recuerda que hay unas formas de vivir y que todos nosotros podemos ser capaces de recuperar lo que realmente es importante en la vida. 
 

Antoine de Saint-Exupéry nació en Lion (Francia) en 1900. En 1921 ingresó en la aviación militar y desde 1926 a 1934 fue piloto del correo aéreo. Tuvo una gran intervención durante los inicios de la aviación comercial y actuó en África y América del Sur. En esta actividad encontró un escenario ideal para las acciones heroicas y una inagotable fuente de inspiración literaria. Así, Vuelo nocturno (1931), refleja sus experiencias como piloto comercial; Piloto de guerra (1942) habla desde sus vivencias como combatiente de la Segunda Guerra Mundial, y Corrier Sud evoca los sentimientos de un piloto de correo aéreo destacado en África.
 
En la mayoría de sus libros relata sus experiencias. Su literatura refleja una visión de la vida en la que el deber, la predestinación fatalista y el valor de la amistad cobran especial relevancia. 
 
Entre sus obras destaca especialmente su obra póstuma Ciudadela, una profunda y lúcida reflexión filosófica sobre el hombre de su tiempo, y El Principito, que le dio celebridad mundial. Antoine de Saind-Exupéry murió en acción de guerra en 1944.
 
 



 Una extraña velada con la sra. Xavier
y diez viejecitas un poco borrachas
que lloraban por sus veinte años
otros reportajes de Moscú
 
En 1935,París-Soir propone a Saint-Exupéry que viaje a la URSS para realizar un reportaje del país, todavía enigmático para el resto de Europa, que en aquellos momentos ponía en práctica una política y organización social revolucionaria, que resultaba atractiva a gran número de intelectuales franceses de izquierdas. Antoine partió entusiasmado, pues él era uno más de los que sentían un especial interés por el país.
Una vez en Moscú, abierto a todo lo que sucedía a su alrededor y con una actitud en principio favorable, escribió seis narraciones llenas de humanidad. Unos textos que van más allá del reportaje periodístico y que gracias a la penetrante visión del escritor transmiten no solo los hechos, sino también lo que se esconde detrás de ellos, y donde entre líneas se puede leer una sutil crítica al estalinismo, así como un agudo análisis de las motivaciones humanas.
 

[...] Cientos de pasajeros duermen e los vagones, dejándose llevar como yo con la misma facilidad. ¿Experimentan la misma la misma inquietud que siento? Lo que voy buscando quizá nunca llegue a alcanzarlo. No creo en lo pintoresco...(Pág.77)

[...] Atravesé, sobre la una de la mañana el tren en toda su longitud. Los coches-cama iban vacíos. Me recordaba a los hoteles de lujo de la Riviera que se abrían durante todo el invierno para algún cliente excepcional, último representante de una fauna extinta...(Pág. 79)


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