sábado, 4 de octubre de 2025

Museo del Traje

 
 
 Si el traje es parte de la cultura humana, sea como adorno o como protección, la moda es un concepto relativamente moderno que se relaciona directamente con el cambio en las formas indumentarias. Ese cambio se ha acelerado desde la revolución Industrial, acompañando en todo momento el avance del progreso y la llegada de la modernidad.
 

La moda que vino de Francia 1701-1788
 La subida al trono de Felipe V en 1701 provoca una guerra de sucesión que se extiende hasta 1713. El primer rey Borbón y sus sucesores, Fernando VI y Carlos III, imponen una monarquía absoluta de carácter administrativo y centralista que, con la promulgación de los derechos de Nueva Planta, elimina casi todos los fueros, reorganiza la Hacienda y deriva parte del poder de la nobleza hacia la clase funcionarial.
 
 La nobleza y el clero ven mermados sus privilegios, si bien siguen ocupando el centro del poder. A imitación del modelo proteccionista francés se crean la Reales Fábricas, que proveen de artículos de lujo a la Corona y producen bienes de consumo general, en un país con una muy incipiente industria basada en el textil y un mercado interior reducido y de carácter local.
 
 Una prioridad es mejorar la situación de la Armada con nuevos navíos que permitan mantener el control del comercio en América. El reformismo ilustrado avanza de la mano de ministros como el marqués de la Ensenada, que promueven un "saneamiento" de las costumbres urbanas (iluminación, alcantarillado, código indumentario) e introducen una tímida liberalización del comercio. Estas encuentran una fuerte oposición popular, incentivada por las intrigas políticas. 
 

Mercedes Vicente

 La comunicación de la moda se ha servido de diferentes vehículos a lo largo de la historia. La aparición de la imprenta en el siglo XV y de los primeros periódicos en el XVII son innovaciones que permiten la difusión del trabajo no solo de sastres y modistas, sino también de artesanos textiles, zapateros, sombreros, etc.
 
 Al mismo tiempo, entre las principales ciudades europeas circulan muñecas vestidas a la moda o grabados con nuevas propuesta. En Madrid, en los siglos XVII y XVIII durante las fiestas del Corpus, la tarasca anuncia las modas que llegan a la Corte. A partir del siglo XIX, se generalizan las revistas de moda. La publicación de los mismos grabados en París, Madrid o Nueva York estandariza el vestido elegante y la moda alcanza su plenitud como fenómeno internacional.
 

 Los trajes más lujosos son los de gala: domingueros, festivos y nupciales. Se asocian a ritos de paso y al ciclo vital: nacimiento, boda, defunción. Ambos sexos, en un afán de mostrar una elevada posición social, van construyendo poco apoco sus conjuntos indumentarios, desde el nacimiento hasta la boda, pasando por el traje de soltero, casado o viudo. 
 

 Los trajes forman parte de la dote y la herencia, y muchas veces constituyen el ajuar de boda, que la mujer elabora desde una edad temprana, dentro de su célula familiar. La riqueza se constata en la calidad de los tejidos, ornamentos, calzado y evidentemente en las platas y los aderezos.
 
 
La obra de arte total
 Fortuny conoce el concepto de "obra de arte total" de mano de Rogelio de Egusquiza, seguidor de Ruskin, que también lo introduce en el mundo del grabado y del aguafuerte. Egusquiza le da a conocer a Wagner y su festival de Bayreuth, un descubrimiento trascendental que decanta al artista definitivamente al mundo del teatro, piedra angular entorno a la cual orbitarán buena parte de sus trabajos. Desde entonces, sus ensayos relacionados con la luminotecnia, materializados en el diseño de la cúpula Fortuny, o sus incursiones en el mundo de la fotografía, le permiten "mezclar sobre la escena sus colores, pintar en el teatro como en una paleta".
 
 En consonancia con todo ello, su paso al diseño textil e indumentario, en el que lo acompaña Henriette Nigrin, se configura como el soporte que plasma el resultado de la fusión de todas sus investigaciones sobre luz, color y escena.
 
Ana Locking

Moda cosmopolita
 Salvador Dalí escribe 1928: "Modernidad no quiere decir telas pintadas de Sonia Delaunay, no quiere decir Metrópolis Fritz Lang . Quiere decir: jersey de hockey de anónima factura inglesa, quiere decir película de risa, también anónima, de reputación escasa".
 
  
Museo del Traje  
Av. Juan de Herrera, 2. Madrid
 
Lorenzo Caprile, 2024
 
 
 

 
 

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