lunes, 4 de marzo de 2024

África y América


La diversidad cultura de la costa occidental de África es enorme. Otras dos sociedades de esta región son la nalú y la bijago, afincadas en Guinea Bissau. Sus máscaras y tocados se utilizan en ritos de iniciación mediante lo que la juventud pasa a formar parte de la vida social adulta. La cultura bijago refleja en estos objetos el doble mundo, terrestre y marítimo, en el que basan su economía, representando animales terrestres y marinos en ellos.
 
 
El origen de las colecciones  del Museo Nacional de Antropología, está muy relacionado con la historia colonial española, porque podríamos recordar dos grandes orígenes. por un lado, el de las expediciones científicas de finales del siglo XIX y principios del XX, que estuvieron encaminadas a estudiar las posibilidades económicas de los territorios asignados a España.
 
 
En la conferencia de Berlín de 1884, a España se le atribuye el protectorado del norte de Marruecos y el Sáhara Occidental. Además, se reconocieron las fronteras de la actual Guinea Ecuatorial que, por el Tratado de El Pardo de 1778, Portugal había cedido a España a cambio de territorios al norte del Río de la Plata que se anexionaron a Brasil. Es a partir de ese momento cuando se organizan  las expediciones que, además de estudiar las posibilidades de explotación económica de los territorios, también van acompañadas de la recogida de objetos.



Las plumas tenían un poder central en la religión y las creencias tradicionales de los pueblos de América del Norte. Estaban cargadas de poder sobrenatural. Con ellas, se danzaba, se decían plegarias o constituían un elemento fundamental de muchos de muchos rituales y ceremonias. Las podemos encontrar como componentes principales en tocados y abanicos, o formando parte de multitud de objetos. En la actualidad, el uso de las plumas sigue siendo esencial en la vida y la religión de las naciones originarias de América del Norte, constituyéndose en un elemento de continuidad y resistencia.
 
La materia prima principal en el área de las grandes llanuras (Estados Unidos y Canadá) era la piel, de bisonte, alce o ciervo. Las mujeres se encargaban de su curtido, así como de confeccionar la ropa para su familia. Estas prendas se adornaban tradicionalmente con conchas, semillas y púas de puercoespín teñidas. Las cuentas de vidrio de colores se fueron imponiendo en las decoraciones tras la colonización europea. Al igual que el prestigio de los hombres dependía de su habilidad como cazadores y de sus hazañas bélicas, el de las mujeres se encontraba en su destreza y habilidad en el tratamiento y ornamentación de las pieles. Los hombres vestían camisas, perneras y mocasines. Las mujeres vestido y mocasines altos, o mocasines bajos con perneras. 

 
Los colores de la Amazonía, los adornos de plumaria suponen uno de los elementos más característicos de la cultura material de algunas de sus sociedades. La enorme diversidad de aves hace que dispongan de hermosas plumas de variados colores y formas para realizar sus adornos. Estas bellas creaciones no solo destacan por sus características, suelen estar relacionadas con el mundo mítico y con su cosmovisión.
 
 
Equipados frente al frío, dadas las bajas temperaturas y los fuertes vientos helados del Ártico, la indumentaria es de vital importancia para la supervivencia. En la cultura inuit está perfectamente adaptada a este clima a este clima tan extremo. la piel de caribú, una subespecie americana del reno, es el material más utilizado en las prendas de invierno, por su calidez y propiedades aislantes. Las prendas comerciales de lana gruesa introducidas en los siglos XIX y XX eran inferiores a las tradicionales, pero las fueron sustituyendo paulatinamente. En la actualidad algunos inuit siguen empleando prendas como estas en invierno. la confección y la reparación de la indumentaria, así como el procesado de las pieles, son taras femeninas.


Diversión y aprendizaje, los juegos y juguetes están destinados a enseñar a los niños y niñas los papeles que tendrán que desempeñar en su vida adulta. Muchas sociedades tienen una marcada división sexual del trabajo, por lo que juegos y juguetes son distintos en función del género. También encontramos juegos para mayores, algunos muy relacionados con la religión, como el juego de pelota, mientras otros son mero pasatiempos, como el juego de palos.

 
[Las divinidades inuit se denominan inua. Eran personificaciones de las fuerzas naturales. Había tres inua principales: Sedna o Nuliayuk, inua del mar y madre de los mamíferos marinos; Tatqiq o Pinga, inua de la luna y guardián de los animales terrestres; y Sila o Hila inua del clima y el aire.
 
Sino se respetan los tabúes relacionados con los mamíferos marinos, la principal presa de las comunidades inuit, a Sedna se le ensuciaba el cabello y como represalia dejaba de enviar animales, provocando el hambre. Los chamanes (angakkoq) hacían un viaje a su residencia en las profundidades del mar para apaciguarla, limpiando y peinando su cabello. De esta forma, el equilibrio era restaurado y Sedna liberaba a los animales.
 
Los primeros misioneros se instalaron en la península del Labrador en el siglo XVIII, pero en la mayoría de regiones inuit no lo hicieron hasta principios del siglo XX. Consideraban la religión tradicional como superstición o prácticas diabólicas e intentaron abolirla. En la actualidad, el cristianismo se ha impuesto, pero los mitos e historias tradicionales suponen una de las principales fuentes de inspiración artística inuit. Se traducen a un lenguaje visual y de esa forma se pueden registrar y trasmitir a las futuras generaciones.
 

 El Arete es la celebración anual de la cosecha del maíz en la cultura chané, que coincide con el carnaval. Durante los cuarenta días de fiesta, los hombres danzan y cantan, con sus rostros cubiertos de máscaras que han fabricado ellos mismos en un lugar secreto y apartado, para que en la fiesta nadie pueda reconocerlos. Al finalizar ésta, las máscaras son destruidas. La importancia del arte tradicional como complemento económico hace que en la actualidad se realicen máscaras para la venta.



 Museo Nacional de Antropología
 
Alfonso XII, 68. Atocha. Madrid
 
 



Croquetas de bacalao y de queso cabrales, muy ricas. Todo muy bueno, las hamburguesas muy ricas. Amabilidad y eficiencia en el servicio de comedor.

                                                          Calle Toledo, 74. Madrid



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