El museo nacional Thyssen-Bornemisza organiza una muestra monográfica dedicada a un clásico contemporáneo, el pintor Peter Halley. Se trata de la primera retrospectiva desde la que le dedicó el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía en 1992 y recorre toda la carrera del artista, desde 1985 a 2024.
La selección de veinte pinturas, todas ellas pertenecientes a colecciones españolas, tanto privadas como públicas, ha sido realizada por el propio artista, que también ha diseñado el plan de instalación.
La entrada en escena de Peter Halley, hacia 1980 rectificó la tradición del arte abstracto-geométrico del siglo XX, dominado hasta entonces por concepciones idealistas y formalistas, situándolo en un contexto social.
Para los pioneros de la abstracción, la geometría encarnaba una racionalidad ideal dotada de valor utópico; tanto en su pintura como en sus ensayos críticos y teóricos, Halley reinterpreta la geometría como un medio de confinamiento y control social, con rasgos distópicos.
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Taquillazos, 2005 / Gravedad, 2006 |
El cuadro, que había sido objeto de un culto cuasi-religioso desde Malévich hasta Josef Albers, lo convierte con humor crítico en sus iconos de prisiones, celdas y conductos. Y en sus composiciones que recuerdan circuitos integrados y diagramas de flujo, Peter Halley anticipa la sociedad de la era digital, marcada al mismo tiempo por el aislamiento sistemático y la interconexión total.
Con su recurso a una paleta de colores fluorescentes (Day-glo), que evoca la energía de las pantallas electrónicas, Halley se ha distinguido como uno de los coloristas más audaces y experimentales.
Peter Halley ha querido incluir en su exposición tres pinturas de Pablo Picasso, El Lissitzky y Josef Albers pertenecientes a la colección del museo.
Al comienzo de su carrera, en 1979, Halley creó una serie de pinturas inspiradas en las composiciones esquemáticas lineales de Picasso de finales de los años veinte, y Picasso sigue siendo "su pintor geométrico favorito".
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