lunes, 25 de junio de 2018

Sigüenza arqueológica


El viaje a Sigenza nos regala los bellos paisajes que luce esta zona de la provincia de Guadalajara. Una paleta llena de verdes en todas sus gamas, los amarillos y dorados de los sembrados, los  rojos de las amapolas, los blancos de las jaras y las margaritas, los rojos de las amapolas, los malvas y morados del cantueso...

  El municipio de Sigüenza es uno de los más extensos del centro de España, e integra 28 pueblos agregados al Ayuntamiento de la ciudad, comúnmente conocidos como "pedanias". A ellas es posible acceder a través de una buena red de carreteras y senderos que atraviesan parajes naturales de arroyos, cascadas, cañadas y cortados, en los que conviven la fauna y la flora autóctona. A ello se le añade una serie de iglesias y restos de antiguas fortalezas defensivas (ruta de los torreones islámicos) en un entorno rural con sabor arquitectónico.
 A destacar en su paraje natural encontramos el Parque Natural del Barranco de Río Dulce, declarado en 2003. La Ruta del Románico Rural en entornos privilegiados.




Iglesia de Santiago, nos encontramos en el interior de la ciudad románica, situados en el recinto del primer anillo amurallado medieval. Es el eje urbano que discurre perpendicular de sur a norte comunicando el castillo y la catedral, a medio camino de los principales monumentos de la ciudad.
 A partir del siglo XII con la llegada de los obispos, que se van a convertir en señores de la ciudad y artífices de su urbanismo, comienza a respirarse un aire religioso que impulsa la necesidad de fundar parroquias para sacralizar una ciudad recientemente recuperada. La construcción de la iglesia de Santiago y su vecina de San Vicente se realizan durante el pontificado del obispo D. Cerebruno (1156-1166). Más tarde en el siglo XIII fue necesaria la reedificación de ambas iglesias.





Castillo de los obispos de Sigüenza, este castillo tiene remotos origenes romanos y fue levantado como alcazaba por los moros. Fue conquistado para el Reino de Castilla definitivamente en 1124, a los almoravides, por las mesnadas del arzobispo de Toledo D. Bernardo de Agen, de la Orden de Cluny, reinando en Castilla Doña Urraca, hija de Alfonso VI, el que tomó Toledo y madre de Alfonso VII, de la casa de Borgoña llamado El Emperador. Desde entonces fue propiedad y feudo de los obispos de Sigüenza.
 



Parador de Turismo de Sigüenza

En 1298 sufrió el asalto por sorpresa de los partidarios del infante D. Alonso de la Cerda en la guerra que había en Castilla contra el Rey Niño Fernando IV. Estos asaltantes fueron desalojados por los vasallos del obispo tras quemar las puertas del castillo.
 A principios del siglo XIV el obispo Simón Girón de Cisneros levantó la nueva puerta defendida por dos torres gemelas que da a la parte de la ciudad, y en 1355 Pedro I de Castilla se apoderó del castillo desterrando a su obispo y encarcelando en una torre a su esposa D. Blanca de Borbón (1339-1361) para evitar que sirviera de apoyo a los nobles que querían de ponerle del trono.





Blanca de Borbón, reina de Castilla
 Esta joven princesa francesa casada con Pedro I tuvo una vida desgraciada y trágica. Pieza estratégica en la alianza entre Francia y Castilla, su marido la abandonó a los dos días de la boda por, supuestamente, no pagar el rey de Francia la dote matrimonial acordada. Repudiada, fue enviada al castillo de Sigüenza durante la guerra civil que asoló Castilla desde 1355 y donde permaneció cuatro largos años. Tras la ruptura del pacto matrimonial, Castilla se dividió en dos bandos, uno de los cuales apoyó la causa de la reina humillada. Además de en Sigüenza, el rey la confinó en el castillo de Arévalo, el Alcázar de Toledo, Jerez y Medina Sidonia, para alejarla de la frontera aragonesa y de sus enemigos.
 

 
Desde todos ellos la reina envió cartas a sus partidarios e incluso al Papa Inocencio VI que presionó para su liberación. Estando desterrada en Medina Sidonia murió en 1361 a los 25 años. Se ha especulado mucho sobre su muerte. Sin duda la fama sanguinaria de Pedro I agrandó aún más la leyenda he hizo posible la teoría del envenenamiento.
 




Fueron los árabes quienes le dieron la traza de alcazaba, la planta en rectángulo irregular y el gran patio central a este impresionante castillo que, posteriormente, fue sede episcopal. La fachada de poniente es la de más altura y en ella se levanta la Torre de Blanca, reina de Castilla. 
 
Dentro de este muro se encontraban las mazmorras, bodegas, almacenes y caballerizas reconvertidas, tras su adaptación como parador, en salón de ceremonias. En una de sus esquinas, una torre cuadrada conserva el aparejo romano. En la fachada norte está la actual entrada al parador presidida por dos torres semicirculares. La puerta en memoria del obispo Girón de Cisneros (s.XIV) luce su escudo en la entrada y también a él se deben la barbacana exterior y la restauración de los aposentos del palacio episcopal. Por delante, una reconstruida barbacana del siglo XIV que defendía el castillo.
 


El viejo castillo sufrió modificaciones en los siglos XIV-XV y en el XVIII. Su adaptación a parador fue muy compleja ya que el edificio había sufrido sucesivas y desordenadas ampliaciones y perdido su función militar, por no mencionar los enormes destrozos durante la guerra civil. Actualmente, su silueta luce el aspecto militar que tuvo en origen.
 
 




La ruta de la lana 
 A partir del descubrimiento de los restos del Apóstol Santiago en tierras gallegas, he ser humano ha peregrinado a su sepulcro en busca de la salvación eterna y el perdón de sus pecados.
 El peregrinaje fue siempre un flujo de ir y venir de gentes de muchas profesiones, condiciones sociales y nacionalidades. Fue también un vehículo de cultura entre las distintas regiones de la vieja Europa.
 El peregrino actual recorre, también andando, su particular Camino de Santiago; muchos, la gran mayoría, lo hacen por convicciones religiosas, otros, por deporte o turismo.
Guadalajara se suma al Camino de Santiago y lo hace con la señalización de la Ruta de la Lana, el camino oficial a su paso por la Provincia, siguiendo, seguramente, las huellas de la peregrinación que hicieran, allá por la primavera de 1624.
 
 
Un camino variopinto
 La Ruta de la Lana llega a Guadalajara de la vecina provincia de Cuenca y la atravesará de sureste a norte recorriendo campos de labor, robledales, pinares, encinares, tierras frías del norte, barrancos, ríos y arroyos. Son 19 etapas, son 140 kms de caminos.


 

Puerta del Alquillo


Puerta del Alquillo abierta en el siglo XIII en una de las torres de la muralla románica permitió la comunicación entre la judería ubicada entonces en la Travesaña Baja y la morería cuyo centro era la calle Herreros.
 



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