Menfis fue capital de Egipto durante el Imperio Antiguo y en periodos posteriores de la época faraónica. Su fundación se sitúa hacia el año 3.100 a.C., por el rey Menes, soberano responsable de la unificación del Alto y del Bajo Egipto.
Ubicada en la cabecera del delta del Nilo, controlaba las rutas fluviales y terrestres de la zona. Aunque Tebas (situada en la moderna Luxor) se convirtió en el centro religioso más importante del Imperio Nuevo, Menfis continuo siendo centro administrativo y comercial hasta bien entrada la época ptolemaica.
Hay incontables descripciones de la ciudad en textos clásicos de escritores e historiadores griegos como Plutarco y Estrabón. En el siglo V a.C., Herodoto describió Menfis en los siguientes términos: "Próspera ciudad y centro cosmopolita". La extensión y grandeza de su necrópolis en Saqqra, da idea del esplendor que debió alcanzar.
Desafortunadamente quedan pocas huellas de su pasada gloria. Sus magníficos templos y palacios fueron expoliados y derruidos por los conquistadores extranjeros, desde los romanos en adelante, y las ruinas resultantes quedaron sepultadas bajo las tierras de aluvión depositadas por la crecida anual del Nilo.
Palmerales, campos de cultivo y aldeas cubren el emplazamiento de la antigua ciudad. Los escasos objetos descubiertos se exponen en un pequeño Museo al aire libre.
El Museo al aire libre situado en la localidad de Mit Rahina. Destaca la estatua en caliza de Ramses II, con las rodillas truncadas, que se encuentra en un pabellón especialmente acondicionado. En el jardín pueden verse más estatuas de Ramses II y una esfinge de la dinastía XVIII que, con 80 toneladas de peso, es la estatua de calcita más grande que se conoce. También se exhiben varias planchas de calcita sobre las que se momificaban los bueyes sagrados de Apis antes de ser enterrados en el Serapeum de Saqqara.
En las proximidades de la pirámide de Kefrén se alza la gran Esfinge, primera estatua colosal del Antiguo Egipto. Los arqueólogos datan su construcción alrededor de 2.500 a.C., y creen que Kefrén fue su inspirador. Tiene 20 metros de altura, un cuerpo muy alargado y un tocado real que enmarca un rostro carnoso, probablemente de Kefrén. Está tallada en un promontorio de rocas y se completó con algunos bloques en la base, añadidos en sucesivas renovaciones a lo largo de la dinastía XVIII.
Aunque se ha escrito que la nariz de la Esfinge fue víctima de los cañones mamelucos, otomanos o de Napoleón, lo cierto es que cayó en algún momento anterior al siglo XV. Originalmente, la Esfinge tenía además una estilizada barba falsa, símbolo de realeza, que también cayó. Un trozo de esta barba, encontrado al pie e la Esfinge, está expuesto en el British Museum de Londres.
Justo frente a la estatua se hallan los restos del templo de la Esfinge, cerrado al público. Al recinto de la Esfinge se accede por el templo del valle de Jafre, uno de los templos conservados más antiguos de Egipto. En la época de construcción e las pirámides, durante la crecida anual del Nilo, las aguas alcanzaban el borde d la meseta de Giza.
El templo del valle de Jafre se alzaba sobre un muelle y servía de acceso a la pirámide, a través de una calzada cubierta en u mayor parte. Las pirámides de Jufu y Micerinos contaban con templos y calzadas similares, pero no están tan bien conservados.


















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