¿Cuanto dura un pensamiento? De Daniel Estrada en Alcobendas
El Centro Anabel Segura acoge hasta el 15 de noviembre esta muestra, una propuesta que invita a reflexionar sobre la memoria, la identidad y la fugacidad de las ideas.
¿Por qué algunos permanecen mientras otros se desvanecen, solo para resurgir tiempo después? Estas preguntas dan forma a una reflexión sobre la memoria, el archivo y la identidad. Como seres humanos, somos una acumulación de fragmentos de tiempo y recuerdos, que constituyen nuestra percepción del presente y del yo.
El proceso creativo presentado en esta obra es una alegoría al funcionamiento de la mente: una lucha constante entre la aparición y la desaparición de ideas, un ir y venir que refleja la naturaleza fluida de la memoria.
La figura o retrato actúa como un punto de anclaje, un símbolo que absorbe, transforma y resignifica recuerdos visuales y textuales. Esta figura no busca representar una identidad única, sin aludir a la acumulación de experiencias y a la capacidad de la mente para reorganizar y reinterpretar esos fragmentos.
El resultado es una obra que materializa la tensión entre lo fugaz y lo constante, ofreciendo una acumulación de fragmentos de nuestra propia existencia, donde lo vivido es tan mutable como nuestra esencia. Un delicado equilibrio entre lo que somos, lo que recordamos y lo que olvidamos, y como estos elementos se entrelazan en un intento de dar forma a las ideas aleatorias que colonizan el pensamiento, migrando desde el estado invisible al territorio visible de la obra.











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