jueves, 6 de noviembre de 2025

Obelisco inacabado. Abu Simbel.


El obelisco inacabado
Las antiguas canteras cerca de Asuán se extendían seis kilómetros a lo largo del río Nilo, más o menos un kilómetro hacia el interior, al sureste del río. El granito rojo fue el material preferido para la construcción de pirámides y monumentos.
Aunque frecuentemente es atribuido a la reina Hatshepsut, lo cierto es que nadie sabe cuándo fue construido. También se explica que las grietas en el material provocaron la interrupción del trabajo, aunque las detectadas no son mucho mayores que las que encontramos en otros obeliscos. La cara inferior del obelisco todavía está conectada a la masa de roca en la que fue tallado.  
 

El mayor auge del uso del granito fue durante el Reino Antiguo. Keops revistió la cámara funeraria de la gran Pirámide de granito rojo. El programa de construcciones de Kefrén incluyó el revestimiento de la base de su pirámide, su templo funerario y su templo del valle junto a la Esfinge; Micerino mandó revestir de granito la base de su pirámide y su templo funerario. El volumen total del granito rojo extraído en ese momento se calcula en alrededor de cien mil metros cúbicos.
Con esta dura piedra se hicieron sarcófagos, revestimientos, pilares monolíticos y columnas bellamente talladas y decenas de obeliscos de muchos metros de altura.
 

El obelisco inacabado se encuentra en el interior de una amplia zanja en la zona norte de las antiguas canteras. Su altura supera los cuarenta y un metros, con una base cuadrada de más de cuatro metros de lado. Y su peso estimado es de mil ciento sesenta y ocho toneladas. De haberse llegado a elevar, habría sido el obelisco más grande de la antigüedad. 
El obelisco y las propias canteras, han ofrecido a los investigadores valiosa información sobre las técnicas de trabajo de los antiguos egipcios. 
 
 


 
Abu Simbel
 
¡Hágase inmenso! Así debió de ordenar Ramsés II la construcción de esta imponente obra! 

Abu Simbel, situado al otro lado del Trópico de Cáncer y descubierto en 1817, es sin duda la que más impresiona, la más impresionante. la espectacular fachada de roca del gran templo con los colosos sentados. Evocan la ópera Aída, de Verdi, estos monumentos serán inolvidables incluso para los que no son románticos.
 

El traslado de Abu Simbel
Desde 1968 el templo de Abu Simbel está 200 metros tierra a dentro y 64 metros por encima de su anterior nivel. En su lugar original la segunda catarata del Nilo amenazaba con inundarlo al construir la presa, se tuvo que mover piedra a piedra en un trabajo que duró tres años.
 

Un reto técnico como este no se había conocido antes. había distintas soluciones. Mientras los franceses querían construir una presa para proteger el templo y los italianos elevarlo sobre una plataforma de hormigón, Suecia y Egipto pensaron que era más sencillo desmontarlo y reconstruirlo en otro lugar.
 




Un consorcio internacional de la construcción formado por 40 equipos de ingenieros llevó a cabo esta última propuesta exactamente en el año 1964. El templo fue reconstruido por especialistas italianos en mármol de Carrara, que se encargaron de cortar los bloques de 20 toneladas, cargarlos en camiones y transportarlos a su nuevo emplazamiento.
 
 
 

 El proyecto costó unos 40 millones de dólares. Se movieron más de 17.000 bloques que fueron colocados con un error máximo de un milímetro. Todos los trabajos se realizaron con gran premura. El agua del embalse subía rápidamente, y en noviembre de 1964 llegó a dos metros de la coronación de la presa provisional de protección con unos 360m de largo.
 
 
 

 

 La topografía permitió un truco. En lugar del macizo natural de roca que tenía el templo a su espalda y que no existía en el nuevo emplazamiento, se construyó una cúpula de metal y se recubrió de cemento, para proteger también al templo de la presión de las rocas.
 



 Excavados en un acantilado en el siglo XIII a.C., el Gran Templo de Abu Simbel, aunque dedicado a deidades tutelares de las grandes ciudades del Antiguo Egipto -Amón de Tebas, Ptah de Menfis y Ra-harajry de Heliópolis-, el Gran Templo fue construido en honor de Ramsés II. Su fachada de 33 metros de altura, con los cuatro colosos de Ramsés II sentados en el trono y luciendo la corona del Alto  y el Bajo Egipto, fue diseñada para impresionar y atemorizar al mismo tiempo.
 



El Templo de Hathor

Dedicado a la diosa Hathor, el templo más pequeño de Abu Simbel fue mandado construir por Ramsés II en honor de su esposa favorita, Nefertari. La sala hipóstila tiene columnas con la cabeza de Hathor y retrata escenas en las que Ramsés derrota a sus enemigos ante la mirada de Nefertari. En el vestíbulo aparece la pareja presentando ofrendas a los dioses. El santuario alberga una estatua de Hathor en forma de vaca.
 
 


Sepultada bajo la arena durante siglos fue descubierta en 1813 por el explorador suizo Jean-Louis Burckhardt. 
 
La batalla de Qadesh, los relieves de la sala hipóstila muestran a Ramsés II derrotando a los enemigos de Egipto, e incluye la derrota de los hititas en la batalla de Qadesh.
 

 

 
 
 
 Querer y atreverse
 
Oh, misteriosa Esfinge, ¿qué quieres de mí? Lo dominas todo y tus fuertes hombros reflejan el esplendor de la gloria antigua. Soy tan pequeña ante ti, a pesar de cuando pudiera enorgullecerme. Tantas veces he mirado al espejo de mi conciencia y he escuchado tu voz. "Solo tú sabes, solo tú puedes, solo tú quieres, y solo tú te atreves". Doria Shafik 
 
 
 
 
 
  
 


 
 
 

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