viernes, 22 de noviembre de 2024

Colección Carmen Thyssen

Piazza Navona, Roma. Gaspar van Wittel

Vanvitelli forma parte del grupo de pintores procedentes del norte de Europa que trabajaron en Roma a finales del siglo XVII y principios del XVIII. En esta vista de la Piazza Navona describe algunos de los proyectos arquitectónicos más destacados de la remodelación llevada a cabo por el Papa Inocencio X. A la izquierda, las reconstrucciones del palacio de la familia Pamphili y de la iglesia de Sant'Agnese in Agore de Borromini, frente a la cual, y en el centro de la composición, se halla la fuente de Los cuatro ríos de Bernini. Vanvitelli con su pintura hizo una descripción de la ciudad moderna. Sus paisajes urbanos son fruto de parámetros racionales de la visión y de la construcción regular de la perspectiva, tal y como se aprecia en los numerosos dibujos preparatorios que se conservan.
 

François Auguste René Rodin nació en París el 12 noviembre de 1840 en el seno de una familia de condición modesta. Tras una época en la que asistió a las clases de dibujo y modelado de la École des Beaux-Arts, el artista se formó por su cuenta y refinó su técnica trabajando como cantero para una serie de talleres de decoración. En 1871 el escultor se trasladó a Bruselas, donde tuvo una excelente acogida por parte del público con su mármol Hombre con la nariz partida, que expuso en el Salón de Bruselas de 1872.
 

Cristo y la Magdalena, 1905
 
Cristo y la Magdalena es la única obra conocida de Rodín que desarrolla una temática abiertamente religiosa. Ahora bien, varios elementos sugieren que en realidad se trata de una representación del tema del genio ignorado, muy del gusto romántico. En primer lugar, el que el esbozo original en yeso date de mediados de los años noventa, coincidiendo con el rechazo de su monumento a Balzac. En segundo lugar, el hecho de que en alguna ocasión recibiese los títulos de El Genio y la Piedad, y de Prometeo y una Oceánida.
 
En cualquier caso, para su realización Rodin recurrió al ensamblaje de dos esculturas previas. La figura de Cristo crucificado está inspirada en diversas representaciones medievales, alguna de ellas propiedad del mismo Rodin. La Magdalena, por otra parte, retoma el prototipo de la Meditación, originalmente ideada por Rodin para la Puerta del Infierno. Ambas figuras entrelazan sus cuerpos a la vez que se destacan sobre el bloque de mármol sin pulir, a la manera miguelangelesca.
 
Anton van Dyck. Cristo en la cruz, 1627


El nacimiento de Venus (La Aurora) 1906-1907
 
En nacimiento de Venus (La Aurora) se compone del ensamblaje de tres yesos creados por Rodin en la década de 1880. La figura en cuclillas está tomada de La Esfinge. Venus, por su parte, es fruto de dos yesos previos. Desnudo femenino inclinado sin cabeza y Hombre de rodillas. En el caso de los dos primeros Rodin ha cambiado la estructura horizontal primitiva por la vertical que ahora contemplamos. Asimismo, no ha dudado en trastocar las facciones masculinas de Hombre de rodillas por las de Venus, imagen paradigmática de la belleza femenina.
 
En El nacimiento de Venus (La Aurora), Rodin enfatiza la idea miguelangelesca de la escultura como ente que emerge, que surge de la piedra, no solo mediante el contraste entre el acabado finito de las figuras y non finito de la peana, sino a través del movimiento intrínseco del conjunto y de la contraposición de horizontales y verticales.
 

El sueño (El beso del ángel) 1905


Paralelamente a los encargos públicos de los años 1880-1890, sobre todo a partir del éxito de su gran retrospectiva de 1900, Rodin ensayó nuevos grupos escultóricos empleando una técnica sin precedentes en la historia de la escultura: el ensamblaje de viejos yesos de su taller de Meudon. El sueño (El beso del ángel) esta formado por el ensamblaje de dos yesos previos: El Dolor nº 1, en la parte inferior, y Mujer tendida sobre la espalda, ahora invertida, coronando el conjunto. En la maqueta original en yeso, ambas figuras se unen de manera artificial dejando entre ellas un amplio espacio vacío. El resultado final en mármol es mucho más unitario. Una nube de niebla une ahora ambas figuras y confiere al conjunto un acusado tono simbolista. Lo que era un problema técnico se convierte así, en manos de Rodin, en estimulo para la creación resuelto con gran sabiduría.
 


Henri Manguin. Las estampas, 1905
 
Las estampas es seguramente una de las obras más ambiciosas realizadas por Manguin en 1905. La complejidad de la composición no es aparente a primera vista. Dos mujeres sentadas en una banqueta o una cama estrecha, una vestida y otra desnuda, contemplan un libro de estampas de color en un interior suntuosamente tapizado; Manguin ha compuesto la escena sentándolas en posturas enfrentadas. Para que el libro sea un foco común de atención, las dos tienen que girar sus cuerpos y cabezas, la torsión es más pronunciada en la figura desnuda vista de espaldas y con la cara de perfil. Las dos figuras representan a la misma modelo: Jeanne, la mujer del artista.
 


Vincent van Gogh. Molino de agua en Gennep, 1884
 
Durante su estancia en Nuenen entre 1883 y 1885, Van Gogh se centró en el estudio de la vida campesina de la región de Barbante. También realizó algunos paisajes, en los que es patente el recuerdo de la pintura holandesa del siglo XVII y de la Escuela de Barbizon. Molino de agua en Gennep es uno de ellos. Su elaboración constituyó un verdadero reto para Van Gogh tanto por su tamaño, como por haber sido pintada enteramente al aire libre en el frío mes de noviembre de 1884. El protagonismo concedido al contraluz recuerda a la obra de Jules Dupré. Pero junto con Dupré, a quien Van Gogh parece querer emular es a Daubigny, quien en el Salón parisiense de 1864 había presentado un cuadro de 2 X 1 metros ejecutado también al aire libre. Sin embargo la distancia entre ambos pintores es notable. Frente a la pintura tonal de Daubigny, Van Gogh ensaya por primera vez toques puros de color que le acercan al impresionismo y anticipan su obra madura.
 
 





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