La Muralla de Ávila es sin duda el monumento más destacado de la ciudad, una de las construcciones medievales mejor conservadas de Europa.
Conquistado el reino de Toledo en 1085, Alfonso VI, encomienda al conde Raimundo de Borgoña, la repoblación de la Extremadura Castellana, que incluía Segovia, Ávila y Salamanca. El carácter fronterizo y concejil de la repoblación es factor determinante para comprender la historia de esta ciudad.
Ermita de la Virgen de Sonsoles
La historia del templo se conoce a partir de 1480, cunado la viuda de Núñez Arnalte, tesorero de los Reyes Católicos, asume los gastos de la que debió ser reconstrucción de un templo anterior. Ante la creciente devoción, la iglesia hubo de ser ampliada a fines del siglo XVI, sustituyendo la nave única por las tres actuales.
De principios del siglo XVI es la gran arcada que se alza entre el templo y la casa del santero, rematada con una espadaña con triple vano para el cuerpo de campanas.
En este santuario se venera a la Virgen de Sonsoles, Patrona del Valle de Amblés, en el que hay cerca de cuarenta pueblos que celebran sus romerías en octubre. Según cuenta la tradición, la imagen de la Virgen que se conserva data de los primeros tiempos del cristianismo y fue escondida cuando se produjo la llegada de los árabes. Dicha imagen fue encontrada por un pastor quien al exponer lo que había visto exclamó Son-soles, haciendo referencia a las caras de la Virgen y el Niño.
La aparición de esta imagen trajo consigo la creación de un santuario, situado a unos seis kilómetros de la ciudad y en pleno Valle de Amblés, siendo construida la primitiva iglesia gótica en 1480 por voluntad de Doña María Dávila y realizándose reformas durante el siglo XVI.
En su interior se conservan numerosos exvotos, entre los que destacan un caimán disecado y la réplica de un barco, cuya presencia en este santuario queda explicada con los dos grandes cuadros que hacen referencia a sendos milagros de la Virgen.
El convento dominico de santo Tomás de Ávila se fundó en esta ciudad gracias a la iniciativa del noble Fernán Núñez Amalte, personaje vinculado a la corte de los Reyes católicos. En su testamento, Fernán manifestó su voluntad de fundar una casa dominica en Ávila, que debía estar dedicada a santo Tomás de Aquino.
El fundador murió antes de hacer realidad su proyecto, por ello, los encargados de impulsarlo fueron su esposa, María Dávila y fray Tomás de Torquemada, entonces prior del convento de Santa Cruz la Real de Segovia, con quien tenía muy buena relación. El establecimiento dominico obtuvo el correspondiente visto bueno de la iglesia, en una bula otorgada por el Papa Sixto IV, en 1480. Finalmente, fue Torquemada quien se puso ante la iniciativa, con la ayuda de fray Alonso de Valisa, quien finalmente se hizo cargo de llevar adelante las obras de construcción. También colaboraron económicamente los Reyes Católicos.
La primera piedra de la casa fue colocada en 1482. Tiene un peso especial en la configuración de los espacios conventuales y su decoración, el hecho de que el convento fuese sede del Tribunal de la Inquisición. La iglesia y las dependencias conventuales se desarrollan en torno a tres claustros: el del Noviciado, el del Silencio y el de Los Reyes, donde se ubicaba una residencia real, aunque nunca se utilizó como tal. Entre los años 1576 y 1807, este sector fue la sede de la Universidad de santo Tomás de Ávila y ahora contiene los museos de Arte Oriental y de Ciencias naturales, con piezas del antiguo gabinete del Estudio General de la orden dominica, establecido en 1515.
En cuanto a la iglesia es obra de Martín de Solózano, una amplia construcción de nave única con capillas laterales , transepto y el coro conventual a los pies de la nave. Durante la Guerra de la Independencia, el lugar fue ocupado militarmente y utilizado como hospital, en esta época ya sufrió pérdidas patrimoniales, que se agravarían después con la exclaustración, en 1836 quedó abandonado, hasta 1863, cuando fue adquirido y puesto a disposición del obispado que se hizo cargo de él, restableciendo el convento dominico, desde 1973 es la sede de una parroquia, con la misma advocación de santo Tomás de Aquino.
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