Como homenaje a este importante personaje de la vida de Lisboa, luce la Plaza del Marqués de Pombal y luce la estatua del propio marqués. Si algo caracteriza la plaza es ella, pues es la que permite que las vivencias no se agoten en el tiempo de la ciudad. La estatua del Marqués de Pombal fue inaugurada en el año 1934 y ella es, casi de manera exclusiva, la encargada de hacer el homenaje.
De manera majestuosa, impone y aún muy dominante sobre Lisboa el gobernador reposa en su plaza junto a un león, símbolo inequívoco de poder. hay imágenes en la base de la estatua que hablan de las diferentes reformas que este Marqués llevó a cabo en los peores días de la ciudad, de hecho estas reformas están escritas en la columna. En el pedestal de la estatua hay más logros, y las piedras y las olas hablan por sí mismas.
La Plaza del Marqués de Pombal, es una de las más importantes de Lisboa. Fue en esta misma plaza en la que se declaró, el 5 de octubre, de 191o, la Primera República.
La Plaza de Toros de Campo Pequeño fue construida en la década de 1890, diseñada por el arquitecto António José Dias da Silva. El estilo neo-morisco del edificio se inspiró en la antigua plaza de toros de Madrid (que ya no está en pie). El edificio circular está coronado por cuatro cúpulas y tiene un techo retráctil, lo que lo convierte en una de las estructuras arquitectónicamente más inusuales de la ciudad.
La Catedral de Lisboa, comúnmente conocida como la Sé de Lisboa, es la iglesia más antigua y la más importante de la ciudad. Su construcción data del siglo XII y su estilo predominante es el Románico.
Desde el exterior, la catedral está protegida por gruesos muros enmarcados con dos torreones a modo de campanarios, que le aportan un aspecto más propio de las fortalezas medievales que de un templo. La fachada aún conserva su estilo románico y se encuentra presidida por un rosetón central.
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