Al amor de las aguas mediterráneas y atlánticas, asomada al rumbo de dos continentes, la ciudad de Cádiz, con tres milenios de historia sobre sus piedras, se erige como la más antigua de occidente con su aspecto de navío anclado por siempre a la bahía a la que regala nombre y pone magnífico broche terrestre.
Los 7.435 kilómetros cuadrados de su provincia no podían ser un marco más perfecto y añaden una estampa excepcional a la gran diversidad geográfica que encierran.
Cádiz se asienta sobre el solar de dos primitivas islas que en la Antigüedad estaban separadas por un estrecho brazo de mar que unía el puerto actual con la playa de La Caleta. Este canal fue cegándose lentamente hasta unir las dos orillas.
Los fenicios fundaron Gadir en la isla menor, Erytheia, pero pasado varios siglos, ya en época romana, el gaditano Lucio Cornelio Balbo "el Menor" construyó en la vecina kotinousa, de mayor extensión, una ciudad nueva, que formaba con la ya existente una urbe doble, llamada por Estrabón Didime -gemela-.
Los primeros teatros romanos eran estructura efímeras, levantadas en madera, pues por ley debían desmontarse después de celebrar una determinada festividad. No fue hasta el año 55 a.C. cuando Pompeyo erigió el primer teatro estable en Roma haciendo que la cavea del teatro apareciera como una grandiosa escalinata de acceso al templo que coronaba el edificio. Este teatro fue el primero levantado en llano, presentando importantes novedades arquitectónicas tales como una fachada semicircular con varios órdenes de columnas y arcos superpuestos en altura.
Su construcción marcó el inicio de un rápido proceso evolutivo que culminó en época de Augusto con la construcción de los teatros de Marcelo y Balbo en la misma capital. Hacia el cambio de Era el teatro romano aparece plenamente configurado en todos sus elementos y, en este contexto, el de Gades nos ofrece un ejemplo excepcional.
El barrio del Pópulo, en cuyo subsuelo se localiza el teatro romano, coincide con el área delimitada por el recinto fortificado de la Villa medieval. Cuando la muralla perdió su función defensiva quedo oculta por construcciones que le fueron adosando y ya en el siglo XVIII, época de gran expansión para la ciudad, solo eran visibles las primitivas puertas y el castillo, convertido en sede de la Academia de Guardias Marinas y Observatorio Astronómico, instituciones que gozan de gran prestigio educativo y científico.
¡Quien no los ve y a quién no extasia
vuestro rítmico paso, vuestra pura,
perfecta nitidez, vuestra mesura,
vuestro sentido de la geometría?
Sois las medidas, exaltadas luces
que brotan de los campos andaluces.
Rafael Alberti
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