Diez días al año, los comprendidos entre el jueves anterior al miércoles de ceniza y el domingo posterior, denominado de "Piñata", concentran el mayor bullicio que puede vivir la ciudad de Cádiz. Porque ha llegado el Carnaval, la fiesta por excelencia de toda la ciudad, desde finales del siglo XVI.
Muchos meses antes, poetas y músicos de las agrupaciones carnavalescas ya se ponen manos a la obra para crear letras y músicas originales que comenten con ironía, sátira y siempre con mucha guasa lo que ha pasado en la ciudad y más allá.
Andalucía y el país entero no se libran no se libran de la fina ironía y la sutil gracia gaditana para criticar lo ocurrido durante el año. No hay político o famoso, si ha dado motivos para la crítica, que escape de que coros, comparsas, cuartetos o chirigotas lo incluyan entre sus estrofas y lo rían con la alegría desinhibida que contagia por calles y plazas.
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