domingo, 25 de octubre de 2015

Bucólica y otras novelas. Emilia Pardo Bazán.



Emilia Pardo Bazán y de la Rúa nace en La Coruña, el 16 de septiembre de 1851. A los pocos meses sus padres se instalan en la calle Tabernas, 9, sede actual de la Real Academia Gallega. Su infancia es muy feliz, disfruta de las ventajas de una familia de posición acomodada, al contrario que su vida matrimonial, iniciada cuando ella sólo tiene 16 años y finalizada después de quince años y tres hijos: "En el 68 ocurrieron tres acontecimientos importantes: me vestí de largo, me casé y estalló la Revolución de septiembre". Su padre, don José Pardo Bazán, abogado y diputado por Carballino con Olózaga, le proporciona la mejor educación que existe, a pesar de los prejuicios sobre la necesidad de la instrucción femenina: Emilia lee todo lo que cae en sus manos y asiste en Madrid a un colegio francés, lo que le será muy útil en sus frecuentes viajes a Francia para conectar con la cultura europea y conocer y tratar a muchos escritores importantes, por ejemplo, a Victor Hugo, en cuya tertulia parisina, montada como un gran escenario para lucimiento del escritor francés, brilla el talento de doña Emilia.


En 1872 hace su primer viaje al extranjero (Francia, Italia y Austria), durante el cual lee a los escritores románticos europeos. Asiste a una representación de El buque fantasma en la ópera de Viena, lo que la convierte en una enamorada de la música de Wagner y una viajera impenitente: en sus crónicas para el periódico El Imparcial, reunidas más tarde en uno de sus libros de viajes, Por la Europa católica (Pardo Bazán 1901), denuncia la necesidad de la europeización de España para la educación de las clases sociales más necesitadas y recomienda viajar una vez al año por lo menos, como hace la Iglesia respecto a la confesión.
 
 Desde 1879 multiplica sus actividades: conferencias, discursos y publicaciones varias (novelas, crónicas periodísticas, teatro, artículos, libros de viajes y muchísimos cuentos). Tras ganar el Premio Feijoo con 24 años, dirige la  Revista de Galicia hasta su desaparición, participa muy activamente en otra, La España moderna, que costea el financiero José Lázaro Galdiano, y en 1891 funda la suya propia, Nuevo Teatro Crítico, en homenaje a su admirado padre Feijoo, el primer defensor literario "moderno" de las mujeres, además de crear la Biblioteca de la mujer. establece su residencia en Madrid, donde pone casa a partir de 1889, pasando muchas temporadas en París  y los veranos en el pazo de Meirás, propiedad de su familia.
 

Doña Emilia inicia su lucha feminista en 1889 con dos con dos importantes trabajos: el ensayo "La cuestión académica, A. Gertrudis Gómez de Avellaneda", motivado por los rumores de ingreso en la Real Academia Española de tres mujeres, Concepción Arenal, la duquesa de Alba, que ha ordenado su archivo con ayuda de Méndez Pelayo y ha escrito un libro al respecto, y ella misma, Emilia Pardo Bazán. Sólo hay respuesta de Juan Varela (el director de la RAE a la sazón Patricio de la Escosura, esgrime los estatutos, que no permiten la entrada a mujeres.
 Sus conferencias en numerosas instituciones de prestigio  reúnen tantos asistentes que es invitada a repetirlas (así sucede, por ejemplo, en La Sorbona, en 1899), a lo que ella se niega por honradez literaria. Tantas y tan variadas actividades, su asombrosa capacidad de trabajo y los excelentes resultados en la creación literaria le granjean muchas enemistades entre los escritores, que ven invadido un sector tradicionalmente reservado a los hombres por una mujer más competente que muchos de ellos.
 A pesar de la evidente injusticia que se comete contra ella (llega a decir:"Si en mi tarjeta pusiera Emilio, en vez de Emilia, qué distinta habría sido mi vida", Pardo Bazán, no hay mujer más sobresaliente en el panorama cultural del momento.
 


En reconocimiento a su valía recibe infinidad de nombramientos y honores, nunca conseguidos por una mujer (ni por un hombre): en 1906 es presidenta de la Sección Literaria del Ateneo, donde acude todos los días en coche luciendo elegantes modelos y donde tiene una máquina de escribir, y otra en su casa, porque padece el calambre típico de los escritores. En 1908 Alfonso XIII le otorga el título real de Condesa de Pardo Bazán (el Papa Pío XI le había concedido a su padre el título pontificio por su defensa del catolicismo desde su puesto de diputado liberal por Carballino con Olózaga). Canalejas la nombra Consejera del Ministerio de Instrucción Pública en 1910, lo que le encanta, no sólo por el honor que supone, sino por el reconocimiento a su labor literaria y por la reivindicación de los derechos femeninos.
 
 En 1912 la Sociedad de Amigos del País, prestigiosa institución que no ha acogido nunca a ninguna mujer, la acepta como miembro de número. En 1914 el rey Alfonso XIII le concede la Banda de la Orden de María Luisa y el Papa Benedicto XV la Cruz Pro Ecclesia et Pontifice. En 1916 la nombran Catedrático de Literatura Neolatina de la Universidad Central, la actual Complutense. pero sólo ejerce unos días a causa del boicot de profesores y alumnos, únicamente por el hecho de ser mujer. hasta le erigen un monumento en vida en La Coruña en 1916, que descubren sus hijos miemtras suena el himno de Galicia.
 Su ingente labor continúa hasta unos días antes de su muerte, que se produce en la medianoche del 12 de mayo de 1921, tras una breve enfermedad. El día 13 aparece la esquela, de pequeño tamaño, en El Imparcial, y el día 14 todos los periódicos recogen la noticia (la reseña más amplia, en El Heraldo), destacando su labor literaria y social.Se desconocen las cláusulas testamentarias de doña Emilia pero no se respeta su deseo de descansar en Meirás, donde tien sus libros, su archivo y su tumba preparada. Su hijo Jaime va postergando el traslado de sus restos y, asesinado en la Guerra Civil junto a su único hijo, su viuda vende al Ayuntamiento de La Coruña en 400.000 pesetas el pazo de Meirás, "obsequio" de la ciudad al dictador Franco. Su hija Carmen muere soltera antes de la guerra y Blanca, casada y sin hijos, hereda la casa de Tabernas y la dona a la Real Academia Gallega: allí se encuentra la Casa-Museo, abierta en 2002, con algunos retos del ambiente vivido por la escritora y algo de su biblioteca y de su archivo.
 


Novelas cortas de Emilia Pardo Bazán

 La autora escribió veintiuna novelas cortas entre 1885 y 1921, aparecieron en un volumen de cuentos. Sin embargo, y a pesar, y a pesar de ser una de las cultivadoras más fecundas del género, apenas hay trabajos sobre esta faceta de la producción de la insigne escritora gallega.
 No escribió ninguna novela larga muy extensa, al estilo de Fortunata y Jacinta (Pérez Galdós) o La Regenta (Alas Clarin), le gustaban más las de mediana extensión, y quizá sea esa la razón de que alcanzara tanta maestría en la novela corta. La hay de todos los estilos, temáticas y técnicas narrativas: las hay legendarias, policiacas, satánicas, costumbristas, negras, rurales, urbanas, amorosas, de tema medieval, aristocráticas, donjuanescas, psicológicas, de marco cosmopolita...

La novela corta

La novela breve, la novela corta, la nouvelle..., cuyo origen cifra la crítica en el Decamerón, ha pasado por muchos avatares a lo largo de su historia. En España este género narrativo se ha identificado desde antiguo con el cuento, para el mismo género e, incluso, la misma obra: Cervantes habla de novelas, en el prólogo de las "Ejemplares". 
  En las principales lenguas literarias europeas -inglés, francés, alemán, italiano- existen términos específicos para este tipo de obras: short story, nouvelle, kurze Erzälhung, novella. Es precisamente Emilia Pardo Bazán, con su conocimiento de la literatura europea y su talento como crítica literaria, quien emplea el término nouvelle para los relatos breves de Diderot y Voltaire. La autora escribió veintiuna novelas cortas entre 1885 y 1921.


Autora: Emilia Pardo Bazán
Título: Bucólica y otras novelas
Edición y prólogo: Marta González megía
editorial: Rescatados Lengua de Trapo S.L.
Edición: 2007
Nº de páginas: 285

La dama joven (1885)
Bucólica (1885)
Cada uno...(1907) 
Belcebú (1908)
La gota de sangre (1911)
La serpe (1920)
 



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