miércoles, 11 de octubre de 2023

Casa de México en España



Altar de los muertos
 
 El día de los muertos es un ejemplo de sincretismo, de la fusión de dos países: la mesoamericana y el catolicismo llevado a México por los españoles en el siglo XVI. Entrelaza la diversidad de imaginarios de ambas cosmovisiones y se ha convertido en una de las tradiciones esenciales de la identidad mexicana. En 2003 fue declarada Patrimonio Mundial Inmaterial por la UNESCO.
 

 
Simboliza el encuentro entre los vivos y sus seres queridos ya fallecidos. Por unas horas ellos visitan los altares preparados por sus familiares para honrarlos y recordarlos de una manera colorida, festiva y amorosa.
 
Copal: Resina aromática que purifica el alma y guía a los difuntos hacia su ofrenda.
 
Papel picado: Representa el aire e indica la llegada de las almas.
 
Velas y Veladoras: Es el fuego que ilumina el camino del difunto.
 
Agua: Es necesaria para calmar la sed del agua después de su larga travesía. Simboliza la regeneración de la vida.
 
Sal: Elemento de purificación que sirve para que el alma no se corrompa en su viaje.
 
Pan de muerto: por un lado representa la eucaristía cristiana; por otro, el cuerpo y los huesitos humanos, a los que se les espolvorea azúcar.


 

 Flor de Cempasúchil: Guía el camino de los muertos con su color y aroma.

Calaveritas de azúcar, chocolate y amaranto: Recuerdan que todos somos mortales, se acostumbra personalizarlas escribiendo el nombre del difunto en la frente.

Perro Xoloitzcuintle: Guía a las almas en la travesía a su lugar de reposo.

Alimentos y bebidas: Que el difunto disfrutó en vida.

Fotografías de los difuntos: A quienes se dedica el altar.

Objetos personales: Que el difunto valoraba.

Objetos religiosos: Como vírgenes o cruces.




 

 El cempasúchil es una de las flores nativas más queridas por los méxicanos. Símbolo del Día de los Muertos. Su nombre proviene del náhuatl y significa flor de veinte pétalos.




La participación y el intercambio con artesanos rurales o urbanos y comunidades de bagajes culturales plurales es una constante en el trabajo que muchas diseñadoras realizan en la actualidad.


Montserrat Piña Benetts. Floraflora, 2022.




 Repensar la tradición

En las dos primeras décadas de este siglo, muchas diseñadoras han decidido mirar a la tradición. Algunas por necesidad o conveniencia, otras por costes, inercia, convicción o ideología, apelan de manera continua al acervo cultural nacional que remite lo mismo a formas ancestrales que a imágenes de la cultura popular y del entorno urbano. 
 

 
Casa de México en Madrid
 
Calle Alberto Aguilera, 20

 






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