De Scheherezade es la esencia femenina en la cultura universal. Mujeres que asaltan el escenario relatando en doce coreografías la diversidad femenina entrelazando solos y coreografías corales. Reúnen la diversidad femenina que conquista el escenario pensando, bailando y cantando al ritmo de alegrías, bulerías, malagueñas, tanguillos...
De Scheherezade explora el repertorio popular y clásico, haciendo especial incapié en la música marroquí. Hay adaptaciones pero fundamentalmente crea músicas originales que compone Rubén Levaniegos junto a Sergio Ménem y David Moñiz dirigidos por María Pagés e interpretada por un cuarteto de cuerda, percusión y guitarras acompañados por una voz árabe y dos voces flamencas.
¿Qué es lo que más destacaría de este montaje?
Pues, sobre todo, que es una coreografía flamenca sobre la contemporaneidad y sobre el continuo y necesario diálogo con la tradición. Además, es esta obra vitalista sobre el miedo, hablamos de la palabra como vocación humana de resolver conflictos. Es lo que hizo Scheherezade: salvándose, salvó a todas las mujeres y, por consiguiente, a toda la humanidad.
Once mujeres que se suben al escenario y lo dan todo para construir la emoción estética como valor ético. Mujeres fuertes que, bailando, hacen trenzar nuestras certezas, sensibilidad, compasión y nuestra inalienable facultad de seres buenos...
Las mil y una noches
Era se una vez, en la lejana Persia, un rey llamado Shahriar que fue traicionado por su esposa y decidió no volver a confiar en ninguna mujer. Durante los años siguientes, cada noche desposaba a una doncella y a la mañana siguiente la hacía ejecutar; hasta que la inteligente hija de su visir, Scheherezade, ideó un plan: cada noche contaba al rey una historia y la dejaba inconclusa, prometiendo contarle el final a la noche siguiente y salvándose así de la muerte, pero empezando otra nueva con la promesa que sería aún mejor que la anterior. Así fue durante mil y una noches, hasta que el rencor de Shahriar se hubo apagado y, enamorado de Scheherezade, renunció a su cruel venganza.
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