Cabaret El Recuerdo, es el título del altar de muertos 2025 y está ambientado en el cabaret mexicano que tiene sus raíces en las primeras décadas del siglo XX, influenciado por el cabaret europeo, especialmente el francés y el alemán. LLegó a México como una forma de entretenimiento nocturno en cafés y salones, pero pronto adquirió un carácter propio.
Cada elemento evoca la presencia de estas almas que no se han ido del todo. Sus risas aún flotan en el aire, sus pasos aún marcan el ritmo entre bastidores, y su recuerdo brilla como el último foco sobre el escenario.
Este altar no solo honra a quienes ya partieron, sino que también nos recuerda que la vida, como el mejor de los cabarets, debe vivirse cantando, bailando y amando hasta el final. El diseño y coordinación del altar está a cargo del arquitecto y diseñador Guillermo González, reconocido por su capacidad de transformar espacios en escenarios memorables llenos de magia, elegancia y originalidad. El altar se compone de tres obras principales de arte popular, catrinas vedets realizadas en la técnica de cartonería, un tzompantli de calaveras de acrílico y esferas de vidrio soplado.
Elementos de los altares de muerto
Los altares de muertos varían dependiendo las costumbres de las diferentes regiones de México. Todos ellos incluyen la representación de los cuatro elementos: fuego, aire, agua y tierra.
Cecilio Sánchez Fierro. Esqueletos articulados, 2025. Barro natural policromado en frío. Metepec, Estado de México.
Matías Reyes Gómez. Olla con cráneos, 2025. Barro negro con técnica de reducción de oxígeno. San Bartolo Coyotepec. Oaxaca.
Cecilio Sánchez Fierro. Máscara calavera, 2025. Barro natural policromado en frío. Metepec, Estado de México.
Adán Jacobo Cortés. Catrina flamenca, 2025. Barro natural al pastillaje. Capula, Michoacán.
Olivia Domínguez Rentería. Vasija de día de muertos, 2025. Barro modelado y pintado a pincel esgrafiado. Mata Ortiz Chihuahua.
Fuego
Copal. Es una resina aromática que representa la purificación del alma. Su aroma es capaz de guiar a los difuntos hacia su ofrenda.
Velas. Representan el fuego e iluminan el camino de ida y vuelta. También representan la esperanza. En algunas comunidades indígenas cada vela representa a un difunto.
Aire
Papel picado. Representa el aire, el soplo vital, la vitalidad y alegría de la festividad. Al moverse con el aire avisa que las almas están llegando a disfrutar de su ofrenda.
Agua
Agua, conmemora la pureza el alma y la regeneración de la vida. Es necesaria para calmar la sed del visitante después de su largo recorrido.
Tierra
Sal. Elemento de purificación que sirve para que el alma no se corrompa en su viaje de ida y vuelta. para los mesoamericanos simbolizaba los cuatro puntos cardinales y se coloca para orientar al difunto. Para los católicos, la cruz simboliza la resurrección.
Pan de muerto. Tiene un doble significado. por un lado, representa la eucaristía cristiana; por otro, sobre el pan se forman figuras que representan huesos, a los que se espolvorea azúcar.
Flores. Guían el camino de los muertos con su color y su significativo aroma. Representan la luz del sol, el calor y la vida en el camino de los muertos. La más común es la flor de cempoalxóchitl "la flor de veinte pétalos" o "flor de muerto". Las flores blancas como de alhelí y la flor de nube, significan pureza y acompañan a las ánimas de los niños. las flores moradas como la flor de terciopelo representan el duelo por un difunto recién fallecido.
Alejandro Jacobo Pineda. Ofrenda a la Catrina, 2024. Barro modelado. Capula, Michoacán.
Calaveritas de azúcar. Recuerdan que todos somos mortales. Se personalizan escribiendo el nombre del difunto en la frente de la calavera. Proceden de los alfeñiques, dulces elaborados en la Nueva España por las monjas de santa Clara y san Lorenzo que imitaban las reliquias de los santos. También se suele colocar calaveras artesanales de barro, papel mache y otros materiales.
José Manuel Jerónimo Ceja. Cráneo Tererl, 2024. Barro modelado, moldeado con pastillaje y vidrio. Santa Fe de la Laguna, Michoacán.
Alimentos y bebidas. Que el difunto disfrutó en vida. Pueden ser platillos preparados, tortillas, frutas, dulces y bebidas alcohólicas.
Semillas. Representan el alimento durante el viaje del alma.
Fotografías. De los difuntos a quienes se dedica el altar.
Objetos personales. Se colocan elementos que el difunto valoraba. Si la ofrenda es para un niño habrá muñecos y juguetes.
Objetos religiosos. Según la devoción que tenía el difunto o la familia que lo recuerda.
Catrinas y calacas. La Catrina deriva del personaje creado por José Guadalupe Posada, una crítica social a la burguesía de la época cuyos lujosos atuendos de seda contrastaban con la realidad de muchos otros mexicanos. Posada utilizaba las calacas para representar las alegrías y dificultades cotidianas.
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