jueves, 20 de mayo de 2021

Toledo, Ciudad Imperial

 

Parador Nacional de Toledo
 
Fue el rey Alfonso XIII el encargado de elegir el lugar en el que abriría sus puertas, el 9 de octubre de 1928, el primer Parador de España, construido en piedra y pizarra en la Sierra de Gredos (Ávila). El día de su inauguración, cocineros y camareros del restaurante Lhardy de Madrid sirvieron el menú, y la decoración corrió a cargo de Zenobia Camprubí, esposa de Juan Ramón Jiménez. Presidido por una gran chimenea, el Salón del Silencio del parador albergaría años después, en 1978, la reunión de la que saldría el texto de nuestra actual constitución.

El parador de Toledo se encuentra situado en la zona de los Cigarrales.
 
Mucho antes de que Hemingway se alojara en el Parador de Manzanares y de que Charles de Gaulle escribiera sus memorias en el de Jaén, hubo otros ilustres huéspedes. Cuenta la historia que Abderramán I plantó la primera palmera de Europa en el jardín del Parador de Córdoba, y los Reyes Católicos mandaron construir el hostal de peregrinos de Santiago de Compostela en el que más tarde dormiría Mick Jagger. Carlos V vivió en el de Jarandilla de la Vera y Quevedo estuvo preso en la cárcel que en sus tiempos fue el Hostal de San Marcos (León).
 
 

 

 

 

 

 
El Parador de Toledo se encuentra a 4 km. del centro de la ciudad.


 

 

 
Puerta  Nueva de Bisagra

De origen musulmán, de cuya época conserva restos en el segundo cuerpo interior. Su nombre deriva de la palabra árabe Bab-Shagra, que significa "Puerta de la Sagra". Fue totalmente reconstruida bajo los reinados de Carlos V y Felipe II, según las trazas de Alonso Covarrubias. Está formada por dos cuerpos, entre los que se intercala una plaza de armas.

Fachada interior

Puerta Antigua de Bisagra

 

 
 

Casa Museo del Greco
Paseo del Tránsito, s/n.
 
Las cuevas, un vestigio medieval de la judería. Estas cuevas se hallaban en el solar que adquirió el marqués de la Vega Inclán para completar su proyecto constructivo que incluía, además de la imaginativa reconstrucción de la Casa del Greco, la creación de un museo y un jardín.


Desde un punto de vista histórico son el único resto conservado del palacio que Samuel Leví, tesorero de Pedro I, construyó a mediados del siglo XIV en la judería. Las galerías abovedadas distribuidas en dos plantas constituyeron el sótano y semisótano del palacio, el resalte de este último sobre el nivel del suelo aumentó su altura e hizo de él un referente visual de la judería y de la ciudad. En él se instalaron una serie de almacenes y un importante baño ritual con sus correspondientes aljibes.
 
Palacio y cuevas despertaron la imaginación popular desde el inicio de su construcción y hasta su ruina, haciendo de las cuevas una referencia legendaria de la mítica ciudad de Toledo.
 
 

 



Recreando la Casa del Greco
 
El Greco en Toledo tiene una amplia y variada clientela. Es un extranjero, un "cretese", como subraya a menudo en su firma en letras griegas. No obstante, ha aprendido bien el castellano, hasta el punto de hacer de intérprete en 1582 en un proceso contra el sastre ateniense Michel Rizo Carcandil, acusado por la Inquisición de ser musulmán. Es uno de los hombres más cultos de Toledo, con su rica biblioteca que cuenta con libros griegos, latinos, italianos y en "lengua vulgar". Jenofonte, Demóstenes, Homero, Isócrates, Hipócrates, son los autores griegos que destacan en sus estanterías junto al Sínodo Tridentino, el Antiguo y el Nuevo Testamento, las Fábulas de Esopo, las Vidas de Plutarco, oraciones, homilías, textos satíricos, políticos, astrológicos. Entre los italianos, Petrarca, Tasso, Ariosto, tratados de pintura, vocabularios de gramática, libros de historia, de filosofía moral, de disciplina militar, de medicina, de arquitectura. Especialmente los Diez libros de la arquitectura de Vitruvio en la edición de Daniele Barbaro, hoy propiedad de Biblioteca Nacional de Madrid, llenos de notas y a menudo criticados: valiosas apostillas que permiten penetrar en el universo intelectual del Greco.
 
 
Raimundo de Madrazo. Sagrada familia, 1908.

La obra original pintada por el Greco se encuentra en The Hispanic Society of América (Nueva York). Esta copia fue realizada por Raimundo de Madrazo tras vender el original a la institución americana en un momento en que el mercado de obras de arte del greco estaba en plena pujanza, ya que los Madrazo, además de ser una de las dinastías artísticas más importantes e influyentes de su tiempo, fueron coleccionistas y marchantes de arte.
 

San Felipe, santo Tomás, san Bartolomé, san Mateo y san Juan Evangelista.

El Apostolado

El Apostolado es un conjunto de cuadros de los doce apóstoles presididos, a veces, por la imagen del Salvador. Estas series de apóstoles, mensajeros de Cristo, eran especialmente adecuadas para decorar sacristías, salas capitulares o aulas conventuales. En ellas se dispusieron, de forma casi ritual, seis figuras a un lado de Cristo, mirando a la izquierda, y seis al otro, giradas a la derecha, de modo que parecieran dirigirse o escuchar la palabra del Maestro, que suele estar de frente y bendiciendo.

Repetidos por el Greco y su taller para iglesias y comunidades religiosas, se conservan tres más o menos completos: el de la Catedral de Toledo, el que se exhibe en el Museo de Bellas Artes de Asturias y el que se expone aquí, procedente del Museo y Casa del Greco. Los Apostolados corresponden a una época tardía en la producción del pintor.
 


Con notable maestría, el Greco realzó las figuras situándolas en primer plano y destacando sus diferentes posturas sobre un fondo neutro, sin referencias espaciales y temporales. Las dotó de una gran monumentalidad valiéndose de los voluminosos ropajes que cubren sus cuerpos y las individualizó creando rostros bien diferenciados, siempre delgados, expresivos y de intensas miradas.  

 
San Pablo y Santiago el Mayor

(Detalle)

San Judas Tadeo y san Andrés.

Vista y mapa de Toledo (1608-1614)

Este fascinante cuadro procede del palacio arzobispal de Toledo, donde se encontraba todavía a comienzos del siglo XIX. El primer propietario fue probablemente Pedro Salazar de Mendoza, administrador del hospital Tavera y coleccionista del Greco. En la parte izquierda del lienzo destaca una alegoría del Tajo, mientras que en lo alto la Virgen se aparece a san Ildefonso para entregarle la casulla, según la antigua leyenda. Esta vista de Toledo, con abundantes significados alegóricos, refleja el gusto del Greco y de su culto comitente por el paisaje. Representa la ciudad en toda su grandiosidad. Torres, palacios, castillos, iglesias, el Alcázar, todos de austera piedra gris, rodeados por las viejas murallas, mientras entre puentes y huertos corre impetuoso el río. 
 
 
Retablo de san Bernardino

Techo de la sala.



 

Sabemos que El Greco atribuía más importancia al color que al dibujo. Dibujaba directamente con el pincel en vez de rellenando los contornos con color y sobre todo se preocupaba de los planos y los volúmenes que éstos definen. Siglos después, la técnica del maestro español sería descubierta por Cézanne y haría de él, en la luminosidad del impresionismo y de la pintura en plein air, un artista absolutamente personal.El Greco, 1951. H.Dumont
 
 

 

 
 Una fría, calculada pasión, el ir hasta el fondo del color para desentrañar lo que tiene de desentrañable, cierta sensación de haber sido sorprendidos por un aire de tormenta, le hacen original y único. El color ya no es fiesta. Dice su palabra despejada, honda, cortante a veces como un cuchillo, el cuchillo del alma que va descarnando las figuras, limpiándolas de pinturas innecesarias. El color es una preparación, una escala hacia los colores del juicio final. R. Gómez de la Serna. El Greco, visionario iluminado, 1955.
 
 

 

 
Es el pintor puro. No los hubo antes que él. después de él, solo Rembrandt y Van Gogh...Por su ingenio misterioso y su incomprensible maestría con el pincel, El Greco es el pintor de la era atómica. K. Ipser. El Greco, 1960.
 
 

 


 
Museo Sefardi. C/. Samuel Leví, s/n.

Los muros de la sala de oración.

Sinagoga del Transito 
 
En el año 711 tropas musulmanas mandadas por Tariq b. Ziyad atraviesan el estrecho de Gibraltar e inician un penetración en la Península que en pocos años acaba con el reino visigodo. Los judíos, tras más de un siglo de persecuciones, los reciben como liberadores y les ayudan en sus campañas. Aunque sometidos a tributos especiales (como dimmíes), gozarán de libertad religiosa y relativo bienestar.
Durante los primeros siglos de dominación musulmana se da un sensible desarrollo de las comunidades judías que se administran de manera autónoma. El emirato omeya de Córdoba (756-952) consolida el poder islámico y favorece el crecimiento de aljamas como las de Mérida y Córdoba. Con el califato de Abderramán III (912-961) se refuerza la unidad y el esplendor del estado, y Córdoba se convierte en el centro de la cultura y de las artes. Los judíos cordobeses conocen un gran florecimiento cultural impulsado por Abu Yusuf Hasday ben Saprut.
 
 

 



 
Biblia de Rabbí Moshen Arragel de Guadalajara (Biblia de Alba)

Yeserías







Parece legítimo concluir que, aunque El Greco fuera siempre un extraño en Toledo, no por ello su genio dejó de ser apreciado y conocido. Todavía merecen crédito, pues, los notables versos de Fray Hortensio Félix de Paravicino en su elogio de "el divino griego":
 
Creta le dio la vida y los pinceles,
Toledo mejor patria donde empieza
a lograr con la muerte eternidades.
 
 

 




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