viernes, 2 de diciembre de 2016

El hándicap de la vida. Rudyard Kipling


"Dios ha hecho muchas mentes, pero hay un único  corazón en el mundo"
                                                                                                 Gobinda Sadhu


En India septentrional se alza un monasterio conocido bajo el nombre de Chubára de Dhunni Bhagat. Nadie recordaba quién ni qué había sido Dhunni Bhagat. Ese hombre había vivido su vida, había hecho algún dinero y lo había gastado todo, como cualquier buen hindú ha de hacer, en una obra piadosa: el Chubára. Estaba lleno de celdas de ladrillo, pintadas con amenas figuras de dioses, reyes y elefantes; allí los sacerdotes cansados podían sentarse a meditar sobre...(Pág. 11)




Antes de mi primavera
tuve riqueza de otoño;
antes que el tiempo llegara,
lució su grano mi campo,
brindó el año sus secretos
a mi insistente requiebro.
Hoy, forzada, desflorada,
cada estación yace enferma
entre las sombras del medro
que va hasta la decadencia.
Yo vi la puesta de sol
cuando otros vieron el día,
yo, que en exceso conozco
eso que ignorar debía.
                                              Aguas amargas
 




Rojas son nuestras caras y plomo es el cielo,
de par en par las puertas del infierno,
y sus vientos furiosos están sueltos;
sube el polvo a la faz del firmamento
y bajan las nubes, sudario ardiendo,
peso al subir y duras al posarse.
El alma humana pierde su alimento,
lejos de la pequeñez y el esfuerzo,
dolido el corazón, enfermo el cuerpo,
como polvo de un sudario se hecha al vuelo
el alma, que se aparta de su carne,
como el cuerno de cólera, en su estruendo.
                                                                  Himalayo


Cuatro hombres, cada uno con derecho "a la vida, a la libertad y a la conquista del bienestar", jugaban...(Pág. 53)
 

  

 Josep Rudyard Kipling, profundo conocedor de la vida y costumbres de la próspera colonia británica, llegó a Londres en 1899 desde India precedido de una fama que iría incrementándose hasta alcanzar el Premio Nobel en 1907. Poeta y novelista, su talento despunta en el relato breve, en el que demostró una habilidad especial para narrar con asombrosa viveza y un agudo sentido de la observación las peripecias de unos personajes siempre enfrentados a su destino.

 El hándicap de la vida (1891) recoge un amplio conjunto de narraciones ambientadas en la India colonial, un universo en el que conviven multitud de religiones, lenguas y razas con su inevitable misterio. Una sucesión gozosa de cuentos entre los que se encuentran algunos de sus relatos más famosos, como "La marca de la bestia", que revela el talento juvenil de Kipling.


Autor: Rudyard Kipling
Título original: Life's handicap
Traducción: Ana Poljak
Ediciones Siruela, S.A.
Nº de páginas: 270






CaixaForum



sábado, 26 de noviembre de 2016

El Egipto de los magos. Rudyard Kipling



 Pero no compré nada.La ciudad me cubrió con un tesoro mayor que el que podía llevarme. Aquel tesoro salía de oscuras callejuelas en camellos rojizos cargados de cacharros o en burritos apresurados medio sepultados debajo de sacos de trébol recién cortado; estaba en las manos exquisitamente modeladas de los niños que corrían de la cantina a casa con la comida vespertina, apretando la barbilla contra el borde de la bandeja...(pág. 67)

 Autor: Rudyard Kipling
Título original: Egypt of the magicians, 1914
Introducción y traducción: Emili Olcina
Laertes S.A. de Ediciones
Edición 2011
Nº de páginas: 160


Aquel que murió en viernes
 se acabó para siempre.
 Pues la vida es vapor.
Porque la carne es hierba.
Pues la vida es ceniza.
Porque la carne es barro.
Más la hierba vuelve como res.
Y la nube vuelve como lluvia.
Con ceniza se repara una senda,
y con barro se tapona una grieta.
¿Por qué razón, entonces,
él y Faraón no han de volver?

Estos versos fueron posteriormente integrados a un poema más extenso. El primer verso está tomado e Shakespeare, Enrique IV, actoV, escenaI, última entrada (Falstaff).

 
  (...) Me enseñó un pequeño prospecto seductor. Lo que es yo preferiría dejar en paz el ajuar funerario de un hombre, especialmente si se fue a la tumba creyendo que las baratijas garantizaban su salvación. Tenemos, claro, el argumento inverso, esgrimido por los escépticos: que el egipcio hacía descaradamente propaganda de sí mismo y nada lo complacería más que la idea de ser examinado y admirado al cabo de tantos siglos. Con todo, puede que uno esté perpetrando un robo contra un alma menguante que no veía las cosas bajo esa luz...(Pág. 91-92)

-Vivimos junto al Río...una línea sin anchura ni grosor. Detrás tenemos el Desierto, al que nada afecta, al que nadie va hasta después de muerto. (Uno no malgasta la buena tierra de cultivo en cementerios.) Prácticamente, pues, nos movemos tan solo sobre dos dimensiones: corriente arriba y corriente abajo. Dejemos de lado el Desierto, al que no hacemos más caso del que hace a la muerte un hombre sano, y verás que no tenemos ninguna clase de telón de fondo. Nuestro mundo e una franja recta de tierra marrón o verde y, durante unos meses, una superficie de agua que refleja el cielo y lo borra todo...(Pág. 97)

   
Rudyard Kipling
Los constructores de puentes

(The Bridge Builders, 1898)


Lo fantástico, en los cuentos de Kipling (1865-1936), nace del contraste entre dos mundos: las culturas de la India, con toda la riqueza de sus tradiciones religiosas y filosóficas y de su modo de vida, y la moral del inglés, convencido de estar construyendo en la India una nueva civilización y que siente la responsabilidad  de tal deber y la angustia por la incomprensión de los hindúes y de muchos compatriotas. Ambos mundos son objeto en Kipling de un profundo conocimiento y de una profunda pasión.
  Emblemático entre los demás en este cuento que parte de la crónica de una empresa tecnológica, la construcción de un puente sobre el Ganges (el volumen en el que está incluido se titula The Day's Work, El trabajo diario), que choca con las fuerzas de la naturaleza y con la religión que en estas fuerzas se inspira -hay una evocación visionaria de los dioses de la India-. El diálogo entre los dioses a que asistimos es un debate ideológico sobre una posible integración de ambas civilizaciones, en el sentido de que la hindú, mucho más antigua, podría englobar perfectamente a la inglesa.Italo Calvino

Findlayson, Ingeniero Gefe, giró en su vagoneta y contempló el aspecto del paisaje que él había cmbiado en siete millas a la redonda. Miró hacia atrás a la aldea bulliciosa con sus cinco mil obreros; río arriba y río abajo, hacia las perspectivas de salientes y arena, por encima del río hasta los pilares más alejados, apenas visibles por la calima...(Pág.13)

  -¿De qué sirven las ofrendas y las lamparitas de keroseno y el grano seco -gritó Peroo-, si lo único que puedes hacer es sentarte en cuclillas sobre el barro? Has tratado mucho a los Dioses cuando estaban contentos y bien dispuestos. Ahora están enfadados. ¡Háblales!...(pág.37)

Cuentos Fantásticos del XIX
Tomo 5
Círculo de Lectores, S.A. 
Nº de páginas: 123    



 


Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía



lunes, 14 de noviembre de 2016

El fantasma de Anya. Vera Brosgol



Autora: Vera Brosgol
Título original: "Anya's ghost"
Edición: Abril 2013
Norma Editorial
Nº de páginas 223




Vera Brosgol nació en Moscú, Rusia, pero ha vivido la mayor parte de su vida como estadounidense. recibió un diploma en Animación Clásica del Sheridan College y se pasa el día dibujando storyboards para películas y series de animación en Portland, Oregón.
Por las noches hace ilustraciones y cómics, algunos de ellos publicados en las antologías Flight. Esta es su primera novela grafica.


 


Anya tiene problemas, no es la chica más popular del instituto, su apellido ruso es impronunciable, le sobran unos kilitos, está colada por el capitán del equipo de baloncesto...

...y encima ahora ha caído en un agujero donde hay un esqueleto humano. ¡Que miedo!

pero en ese agujero conocerá a Emily, una niña fantasma que se convertirá en su mejor amiga y la ayudará a triunfar en el instituto.

claro que... los fantasmas tienen secretos, y el de Emily puede ser terrorífico...
 
 
 
CaixaForum




martes, 1 de noviembre de 2016

El sueño de los héroes. Adolfo Bioy Casares


Jardín de la Vega. Campana de la Paz. Alcobendas.

El amor es como los huéspedes: lo que importa no es creer en ellos, sino saberlos recibir cuando se presentan, aprovecharlos mientras están y, despedirlos con cortesía cuando se marchan.


 Gauna acababa de cumplir ventiún años. Tenía el pelo oscuro y crespo, los ojos verdosos; era delgado, estrecho de hombros. Hacía dos o tres meses que había llegado al barrio. Su familia era de Tapalqué: pueblo del que recordaba unas calles de arena y la luz de las mañana en que paseaba con un perro llamado Gabriel. Muy chico había quedado huérfano y unos parientes lo llevaron a Villa Urquiza. Ahí conoció a Larsen: un muchacho de su misma edad...(Pág. 8)
 
 

  No sólo vio su coraje, que se reflejaba con la luna en el cuchillito sereno; vio el gran final, la muerte esplendorosa. Ya en el 27 Gauna entrevió el otro lado. Lo recordó fantásticamente: sólo así puede uno recordar su propia muerte. Se encontró de nuevo en el sueño de los héroes, que inició la noche anterior...(Pág. 178)
 
 
 
  En El sueño de los héroes se dan cita todas las preocupaciones y temas -la imaginación gobernada por la razón, el amor como percepción privilegiada, la coexistencia de realidades diferentes- que aparecen de manera recurrente en las novelas de Adolfo Bioy Casares. Ciertamente, su obra narrativa, formada por relatos tan intelectuales que las ideas no toman la preocupación de disimularse, ofrece al lector mundos fabulosos construidos de acuerdo a leyes precisas.
 
 
Parque de Cataluña en Alcobendas


  Autor: Adolfo Bioy Casares
 
Título: El sueño de los héroes.
 
Alianza editorial. Libro de bolsillo.
 
Nº de páginas: 178



Brock




sábado, 29 de octubre de 2016

Breve antología de la poesía china. Marcela de Juan


Marcela De Juan (La Habana, 1905 - Ginebra, 1981) era el nombre hispanizado de  Huang Masai, escritora, traductora, intérprete, periodista y difusora de la cultura china -especialmente la literaria- en España.
De Juan fue hija de Huang Lühe, un alto funcionario y diplomático en las postrimerías de la dinastía Qing, y de Juliette Broutá-Gilliard, una ciudadana belga de origen español.


Hay quien esconde su amor 

¿Quién dijo que fue por mi deseo
Esta separación, este vivir sin ti?
Mi túnica está aún transida de tu aroma;
Aún guardo entre mis manos la carta que enviaste.
Rodeando mi cuerpo
Me ceñí el cinturón en doble vuelta,
Y sueño que nos une a los dos en amoroso nudo.
¿Sabes que hay quien esconde su amor?
Como la delicada flor, demasiado preciosa para ser cortada?

                                                                      Emperador Wu Ti, de la dinastía Liang.
                                                             Siglo V. 
 
Los hechos y los hombres viajan hacia el morir como pasan las aguas del Río Azul a perderse en el mar...


Flores y calro de luna sobre el río en primavera

Yerto e inmóvil en la tarde el río.
Los colores de la primavera brillan en plenitud.
De repente una ola arrebatada a la luna.
Y llega la marea con su carga de estrellas.

                                                                     Emperador Yang Ti, de la dinastia Sui.
                                                   Siglo VII
  

Bambúes de mi jardín de Tchang Kon

Los bambúes antiguos, son aceradas puntas,
rozan las nubes del azul.
Como Siang Jou, torno indolente a mi país,
sin más deseo que una noble pobreza.
Mil arpentas de bambúes se agitan en el viento,
silban bajo la lluvia.
Bajo el peso de un pájaro, inclínase una rama
y penetra en mi ánfora.

                                                                                     Li Ho. Dinastía T'ang.
                                                                                     Siglo VIII   

 
Estampa

Sin hablarse, dos corazones se amaron en secreto.
Ella borda a la luz del quinqué; camina él a la luz de la luna.
Al llegar ante la celosía, él sabe que ella vela,
En el hondo silencio de la noche se oye el leve ruido
de las tijeras que se caen al suelo...

                                                                  Anónimo. Dinastía T'ang
                                                                Siglo VIII   
  

Canción de las marionetas

Se tallan en madera
los rostros viejos de las marionetas.
Se manejan con hilos.
Con su arrugada piel y sus cabellos blancos,
Asemejan verdaderos ancianos.
Mas, acabada la comedia,
se derrumban inmóviles.
Igual que marionetas, los humanos
pasan, como en un sueño, por la vida.

                                                          Del Emperador Hiuan Tsong.
                                                   Dinastía T'ang. Siglo VIII 
 

Resignación

No pienses en las cosas que fueron y pasaron;
Pensar en lo que fue es añoranza inútil.
No pienses en lo que ha de suceder;
Pensar en el futuro es impaciencia vana.
Es mejor que de día te sientes como un saco en la silla;
Que de noche te tiendas como una piedra en el lecho.
Cuando viene el yantar, abre la boca;
Cierra los ojos cuando viene el sueño.

                                                         Po Chu Yi. Dinastía T'ang
                                                    Siglo IX

(...) La antología poética de la dinastía T'ang comprende 900 volúmenes que recogen más de 48.900 poemas compuestos por no menos de 2.300 poetas, se considera como la época de oro de la poesía china, sólo comprende tres siglos, breve espacio en la edad -dilatada como ninguna- de la civilización china, que es como decir de la poesía china. (pág. 3)

(...) En cuanto a impulsos y motivos líricos, el poeta chino responde en general a los mismos que el poeta de cualquier otra latitud, dentro de la constante universal del hombre que canta el gozo y llora la común angustia metafísica, eterno leit motiv de la poesía eterna.
Pero, sin duda, dentro de esta variedad de impulsos poéticos, hay algunos a los que el poeta chino es particularmente sensible. Entre ellos, en primer término, las incitaciones de la naturaleza, del paisaje. Más que ningún otro, el poeta chino es el arpa eólica que vibra -canta o gime- a la caricia o a la herida del paisaje; de la luz, del color, de la brisa y de la lluvia, de la luna y del sol: de todos los misterios efluvios, sutiles o violentos, de la tierra y del cielo. En la poesía china -dice Goethe- "la naturaleza exterior acompaña siempre al hombre. Se oye constantemente el chapuzar de los pececillos dorados del estanque, los pájaros cantan siempre en la enramada, el día es siempre alegre y soleado, la noche siempre clara; se habla mucho de la luna..." (Eckerman: Conversaciones con Goethe). Esto no es rigurosamente exacto, también ulula siniestro el huracán en el otoño y, en invierno, clava la nieve sus cristales en los miembros ateridos del árbol y del hombre...(Pág. 8-9)

(...)Más, a pesar de esta aparente monocordia, el mundo lírico de mi tierra de origen es tan amplio y ecléctico, tan universal y ambicioso, que a veces -con mucha frecuencia- llega incluso a salirse de los límites señalados a la poesía lírica por las preceptivas occidentales, y el poema se confunde con el aforismo, con el pensamiento filosófico, con la anécdota, con el cuadro de costumbres, con la crónica...(Pág. 10) Marcela de Juan
        

domingo, 23 de octubre de 2016

Otra vuelta de tuerca. Henry James



El secreto de la felicidad no es hacer siempre lo que se quiere,
sino querer siempre lo que se hace.
                               León Tolstoi

La historia nos había tenido en suspenso, alrededor del fuego, pero aparte de la obvia reflexión de que era siniestra, como esencialmente debe serlo toda extraña historia contada una noche de Navidad en una vieja casa, no recuerdo que sobre ella se hiciera ningún comentario...

Pero Miles se había escapado de mis brazos y volviéndome la espalda, exploraba a nuestro alrededor, escrutaba la ventana, para ver tan sólo el día apacible. Bajo el golpe de esta pérdida que tanto me enorgullecía, lanzó el grito de una criatura que cae al abismo, y el abrzo con que lo recobré pudo haber sido el de sujetarlo en su caída. Lo sujeté, sí, lo estreché contra mi pecho. ¡puede imaginarse con qué pasión! Pero después de un minuto empecé a sentir lo que realmente estrechaba. Estábamos solos en el día apacible, y su pequeño corazón, desposeído, había dejado de latir. (Pág. 186)
 

 
Autor: Henry James
Título original: The Turn of the Screw
Epílogo del autor

Traducción del inglés: José Bianco
Ilustracionaes: Ana Juan
Editorial: Glaxia Gutenberg / Círculo de Lectores

Edición 2013
Nº de páginas: 195


Henry James (Nueva York, 1843 - Londres, 1916) Narrador, crítico y dramaturgo estadounidense de obra psicológica y estructuralmente compleja, considerado uno de los grandes maestros de la ficción moderna. Era hermano del filósofo y psicológo W. James.
Estudió en Nueva York, Londres, París y Ginebra, y en 1875 se establció en Inglaterra. A los veinte años comenzó a publicar cuentos y artículos en revistas de  su país.
 
 

Pastas caseras de almendra