sábado, 19 de diciembre de 2015

El origen de los armadillos. Rudyard Kipling



Si eso es lo que queréis
seré intachablemente delicado.
No seré un hombre
sino
una nube en pantalones.
                          Maiakovki




Rudyard Kipling (Bombay, 1865-1926) escritor y poeta inglés que escribió varios relatos sobre la interacción de los animales. En su cuento "El origen de los armadillos", participan tres especies, la madre leopardo y su joven hijo, el erizo espinoso testarudo y la tortuga sólida lenta, que además sabe nadar en el río Amazonas. Como en su cuento sobre la mangosta Riki Tikki Tavi, los animales más pacíficos aprenden a defenderse de los depredadores, mediante una simbiosis en la que se enseñan otras habilidades.
 



Autor: Rudyard kipling
Título: El origen de los armadillos
Traducción: Mª del Carmen Rodríguez Mederos
Ilustraciones: Lorinda Bryan Cauley
Editorial Debate, S.A.




En este relato el erizo y la tortuga confunden con su palabra y mezcla de movimientos al joven jaguar pintado, quien desiste de cazarlos para comer. Confundido el jaguar cuenta a su madre lo sucedido y ella por error piensa que se trata de un tercer animal distinto, al que no hay que cazarlo y lo llama "armadillo". En esta leyenda, el armadillo combina las placas de la tortuga, la astucia y contracción del cuerpo del erizo, y es reconocido por los nativos como un animal que se adaptó hábilmente al territorio amazónico.
 



Esta es una historia contada a un niño, sobre la cadena alimenticia como ley de vida, pero también valora las estrategias de supervivencia de los animales más débiles para evitar a sus depredadores. El relato no tiene buenos ni malos, pues cada animal está presentado en su ethos y naturaleza. La madre del jaguar con mucha ternura educa a su hijo sobre la forma de cazar y como reconocer a los animales. Este entretenimiento de los animales cazadores ha sido recogido en el relato como necesidad de subsistir.
 




Conclusión
El armadillo tiene un origen de leyenda en el Amazonas, como un animal que nació de la confusión de los grandes depredadores al ver sus peculiares atributos que lo sacan del común de los mamíferos. Cada animal cumple su rol en el ecosistema, sin ser censurado por su conducta, pues el relato reconoce las necesidades de cada especie para sobrevivir. G.V.Dávila




  En la mitología germánica y nordica, la leyenda de los elfos nos dice que viven miles de años en los bosques, lagos, fuentes y cuevas. Ningún humano puede verlos, las elfas son muy bellas y todos poseen un carácter alegre y travieso. Viven con Santa Claus todo el año y trabajan en su enorme taller para ayudarle a hacer realidad nuestros deseos por Navidad.
¡Feliz Navidad!



jueves, 10 de diciembre de 2015

70 Haikus y Senryûs. Masajo. Chie. Sachiko

Suzuki Masajo

Suzuki Masajo, nació en 1906 siendo la tercera hija del dueño de un hotel balneario, Yoshidaya, en Kamogawa. Masajo conoció a su gran amor destinado, Y. M. (1913 - 1977), en 1936. 
Y. M. y el haiku entraron en la vida de Masajo en el mismo período. Haiku le abrió un mundo en el que ella pudo ser libre y creativa. Ella comenzó a estudiar haiku bajo la dirección del maestro de su difunto hermano, Hakusuirö Oba en 1936.
Posteriormente se unió al shunto ( Luz de Noche Primavera) grupo de haiku y estudió bajo la guía del Mantaro Kubota hasta su muerte en 1963. 
Cuando se le preguntó acerca de la influencia en su haiku, dijo Masajo, "La influencia de las artes y los artistas en mí no ha sido  pequeña, pero lo que más ha influido en mi haiku ¡Amor! Ha sido la fuente de todas mis actividades artísticas."
Falleció el 14 de marzo de 2003, a los 96 en un hogar de ancianos de Kyoto, el velatorio se llevó a cabo en el templo Gokokuji en Tokio, los asistentes ofrecieron crisantemos blancos en honor de esta extraordinaria mujer.

Kaimyô wa masajo de yoroshi shimokuren

Magnolias moradas.
Mi nombre de Buda
será también Masajo.  



Onna hitori mezamete nozoku hotaru kago

Una mujer sola.
Se despierta y mira
la caja de las luciérnagas.

 
Steve McCurry
 
Fuyu no yo no kagami ni utsuru mono ni ware

Noche de invierno.
Cosas que se reflejan
en el espejo: yo. 


Foto Kiyoshi

Akikaze ni hiroishi kai no na wa shirazu

Con viento de otoño
he recogido una concha...
No sé cómo se llama.


 

Waga koi ya akikaze wataru naka ni ari

Sopla el viento
de otoño, mi amor
va dentro. 




Hito wa nusumedo mono wa nusumazu sudare maku

Salvo algún hombre,
nunca he robado nada.
Levanto la persiana de bambú.




Inoru koto shiranu onna ni hoshi nagare

Una estrella fugaz
para una mujer
que no sabe qué pedir.



 
Kamegaya Chie

kamegaya Chie, emigrante en Canadá, esa parte de la cultura nipona que existe fuera y al margen de su sociedad, , con su haiku fuertemente contagiado de la modernidad poética occidental y su expresivo patetismo, cuya obra es desconocida en su propio país.
 
Furuyuki ya shiroki se tsurane oyako jika

Está nevando.
Los ciervos y cervatillos se acercan
con el lomo blanco.


  

Kozokotoshi hitori jûkyo wa kawari naku

De un año a otro
no ha habido cambio alguno.
Igual de sola.
 

 
 
Ôhirune yûhi kabe ni kokage yure

Una buena siesta.
Con el sol de la tarde, sombras de árboles
moviéndose en la pared.  




Karigane no retsu totonoetsu nakiwataru

Cruzan el cielo
cambiando sus puestos...
el canto de los gansos.



   
Kogarashi no torinokoshitaru ringo mitsu

El vendaval...
han quedado sin recoger
tres manzanas. 
   


Inazuma no hikarishi sora no kurasa kana

El relámpago
deslumbrante, y luego...
la negrura del cielo. 




Nishiguchi Sachiko

Y, por último, Nishiguchi achiko, una anciana que ha pasado toda su vida en una aldea de cuarenta casas en el corazón de Shikoku, cultivando su huerto, cultivando su haiku seco y difícil, Japón en estado puro: ausencia total de pretensión, "una de tantas malas hierbas del haiku en Japón". A los amantes del haiku habrá que advertirles que el "sabor de haiku" (haimi) que buscan no es el corazón de Issa ni la contundencia de Bashô sino la sencillez de cada uno de los instantes que conforman nuestra vida, eso que tan magistralmente reflejan los haikus de Nishiguchi...lo que más impresiona de Nishiguchi es cómo no discrimina lo bello de lo feo, lo vulgar de lo maravilloso, cómo puede hablar lo mismo de bosques, que de aspirinas, de hojas caídas, bomberos, pintores, cascada, béisbol, peregrino, mar...
 



Waga ugoku oto no hoka nashi warabiyama

Silencio en la montaña.
Sólo el ruido que yo hago
recogiendo helechos.


 

Kuwa arau konagare hayashi hototogisu

Limpio la azada.
Fluye veloz el agua.
Canta el ruiseñor 



   
Hitosu  no tsurô nokoshite bancha hosu

Entre las hojas de té
puestas a secar,
sólo un sendero.
   



Tsukiyama no shiba nadaraka ni uka no semi

Del montículo
de hierba del jardín
surge una cigarra.




Kadomatsu ni kazeoto toezu misakidera

Contra el kadomatsu,
incesante sonido del viento.
Templo de Misaki.


 

Tres mujeres japonesas  del siglo XX, poetisas de haiku y de senryûs, tres actirudes ante su sociedad: la proscrita, la fugitiva y la mujer-raíz. Tres maneras de ser ignorada como mujer en la cultura japonesa.
Diferencias entre haiku y senryû: el senryû tiene el mismo metro que el haiku clásico (5-7-5) y ciertos elementos que pueden coincidir con el haiku erótico y con el cómico, pues su temática es precisamente lo sarcástico, lo ingenioso, lo crítico, lo obsceno. Pero el senryû no es haiku porque carece de elegancia, de profundidad, de naturalidad, de falta de intencionalidad, de objetividad..., en definitiva, de todo lo que constituye el "sabor de haiku" (haimi). No es sólo que no tenga "palabra estacional" (kigo), referencia a la estación del año, porque a veces un poema tiene kigo y sigue sin ser haiku, y en ocasiones un haiku no tiene kigo y no por eso deja de ser haiku (es el caso de los mu-kigo haiku).



  


Título: 70 haikus y senryûs de mujer.
Autoras: Suzuki Masajo, Kamegaya Chie, Nishiguchi Sachiko. 

Traducción: Vicente Haya y Yurie Fujisawa
Caligrafías y haiga: Keiko Kawabe

Edición Bilingüe
Poesía Hiperión, 625

Colección dirigida por Jesús Munárriz
Diseño gráfico. Equipo 109

Ediciones Hiperión, S.L.
Nº de páginas: 93