Esta Biblioteca cuenta con diferentes secciones que conforman una colección que, por su calidad y singularidad, es una de las más relevantes del país, en especial en relación a la música española.
La sección partituras contiene documentos dedicados a la enseñanza de la música (métodos de estudio, solfeo, armonía, y obras didácticas) pero también partituras para una gran variedad de instrumentos, formas y épocas.
Otro apartado lo constituyen tratados, biografías de músicos y otros libros sobre música teórica y práctica. Completan la colección documentos audiovisuales de todos los géneros musicales y revistas especializadas en música.
La Biblioteca posee fondos de gran valor histórico y artístico en los que se engloban distintas colecciones excepcionales: la colección, única en el mundo, de obras musicales inspiradas en El Quijote reunida desde la fundación de la Biblioteca, el conjunto de objetos relacionados con la música compuesto por instrumentos musicales antiguos y singulares, partituras autógrafas, batutas de músicos eminentes...; y la serie de programas de conciertos y carteles cuyos fondos más antiguos datan de finales del siglo XIX.
Servicios
- Préstamo de partituras, libros y audiovisuales.
- Préstamo de instrumentos musicales a domicilio.
- Cabinas e instrumentos de ensayo.
- Información y referencia especializada en música.
- Visitas guiadas y actividades.
- Reprografia.
Esta Biblioteca musical abrió sus puertas en Madrid en el año 1920. Un año antes, el académico de Bellas Artes, musicólogo y crítico Víctor Espinós (1871-1948), impulsor y primer director de la Biblioteca Municipal, había presentado su propuesta de creación al Concejo de la ciudad que la aceptó inmediatamente por ser una iniciativa a favor de la cultura.
El lema que definió la Biblioteca desde sus comienzos, la reflexión de Sancho en El Quijote, "Señora, donde hay música no puede haber cosa mala", nos hace pensar en un proyecto lleno de profundas convicciones y de amor a la música.
Yueh kin (Laúd chino)
El yueh kin, cuyo nombre significa literalmente "instrumento de cuerda con forma de luna", es un instrumento tradicional chino de cuerda pulsada. El nombre deriva de su característica caja de resonancia totalmente redonda que evoca la forma de la luna llena. Su nombre en coreano (wolgeum) y japonés (gekkin) significan lo mismo.
Con raíces que se remontan a la dinastía Qin (221-206 a.C.), el yuekin ha evolucionado a lo largo de los siglos, desde su origen que bebe del "ruan", adaptándose a distintos estilos regionales y géneros musicales.
Aunque originalmente se utilizaba en la ópera de Pekín, a menudo desempeñó el papel de instrumento melódico principal en la sección de cuerda frotada, hoy en día también se interpreta en conjuntos de música tradicional y moderna.
El yueh kin se construye tradicionalmente con madera, generalmente wutong.Es un laúd con una caja de resonancia redonda y hueca, un mástil corto con con trastes y habitualmente cuatro cuerdas. Su mástil corto y trastes elevados permiten una ejecución ágil y expresiva. El sonido que produce es cálido y vibrante y con un timbre muy particular, ideal para acompañar la voz o destacar en solos melódicos.
En concreto, este instrumento fabricado en China en el siglo XIX, con caja circular de madera, con cuatro cuerdas de tripa y cuatro clavijas cónicas de madera. Además, tiene ocho trastes de madera, y bajo los trastes tiene un papel con ideogramas que significa: fabricado por: Lisehengzhai ("taller del sonido hermoso")
Donado por J. Gogé, en el año 1936
Augusta Holmés (1847-1903)
Augusta Mary-Anne Holmés (1847-1903) nació en París en el seno de una familia de origen irlandés y desde muy joven mostró un talento excepcional para la música. A los cuatro años ya ofrecía conciertos de piano en público, y muy pronto empezó a escribir sus propias composiciones y publicó alguna de sus primeras obras bajo el seudónimo masculino de Hermann Zenda.
Comenzó a interpretar y presentar sus composiciones al público a la edad de veinte años, alrededor de 1866. Conoció a Wagner en 1870 y su influencia se reconoce en muchas de sus composiciones.
Por esta época comienza a ser muy conocida en el ambiente musical parisino por su pasión por la música wagneriana y rápidamente se convirtió en una celebridad. Se ganó la admiración de Liszt, Wagner, Gounod y Saint-Saëns, cuya propuesta de matrimonio rechazó, aunque forjó una duradera amistad con él.
En la década de 1880, se centró en temas nacionalistas y compuso poemas sinfónicos como Lutecia, Irlanda, Polonia y Ludus pro patria. En 1880, su obra sinfónica Los Argonautas recibió una mención honorífica en el Prix de la Ville de París.
En 1889, recibió un encargo oficial para las festividades de la Exposición Universal, que conmemora el centenario del levantamiento parisino en 1789, y compuso la letra y la música de la Oda Triunfal. Esta obra se representó en el Palacio de los Campos Elíseos en septiembre de 1889, bajo la dirección de Édouard Colonne, con 1200 coristas (unos quince coros parisinos y escolares).
Un año más tarde, en 1890 escribió su Hymne a la Paix, para la Exposición de Florencia. El 8 de febrero de 1895 estrenó en la Gran Opera de parís su ópera en cuatro actos La montagne noire, que después se representó en Londres.
Entre las obras pianísticas de Augusta Holmés, aunque no son tan conocidas como sus composiciones orquestales y vocales, se destacan algunas piezas que reflejan su habilidad y sensibilidad como pianista. Estas incluyen pequeñas piezas como Trois petites piéces y Fantaisie en Si bemol para clarinete y piano.
El legado de Homés incluye una amplia colección de obras que abarca cantatas, poemas sinfónicos, óperas, música de cámara y más de 100 canciones para piano.