lunes, 26 de noviembre de 2018

La cata. Fantastic Mr. Fox. El librero. Roald Dahl



"La cata" es uno de los más brillantes relatos de Roald Dahl. Se publicó por primera vez en la edición de marzo de 1945 del Ladies Home Journal y posteriormente fue publicado, en 1951, en The New Yorker.


Seis personas se sientan a la mesa en la casa de Mike Schofield, un corredor de bolsa londinense. Mike, su esposa e hija, un narrador sin nombre y su esposa, y un famoso gastrónomo, Richard Pratt. Pratt suele hacer pequeñas apuestas con Schofield con el fin de adivinar el vino que se está sirviendo en la mesa, pero esta noche la apuesta será mayor...
 
 
 (...) Este vino es de Burdeos, del municipio de St. Julien, en el distrito de Médoc. Hasta aquí, bien. Pero ahora llega la parte difícil: el nombre del viñedo. Porque en St. Julien hay muchos viñedos y, como nuestro anfitrión ha señalado antes muy acertadamente, a menudo no hay mucha diferencia entre el vino de uno y de otro. Pero vamos a ver (...Pág.54)


 Autor: Roald Dahl
Título: La cata
Traducción: Íñigo Jáuregui
Ilustrador: Iban Barrenetxea
Nordicalibros 2014
Nº de Páginas: 67



 Publicado por primera vez en la edición de enero de 1987 del Playboy El librero es uno de los grandes relatos de Roald Dahl. El final es, como siempre en sus libros, sorprendente e inesperado.
 
  De vez en cuando, aunque no con demasiada frecuencia, un cliente accedía a la oficina desde la librería y le entregaba el volumen de su elección a la señorita Tottle, quien comprobaba el precio escrito a lápiz en el guarda y aceptaba el dinero, buscando cambio si era necesario en el cajón izquierdo de su escritorio. El señor Buggage ni siquiera se molestaba en mirar a quienes entraban y salían...(Pág. 15)
 
 
La Chamana. Sabores de México







 
Pastel de flote, tacos al pastor, langostinos, quesadilla otomí flor, agua de tamarindo...


 

lunes, 29 de octubre de 2018

Catedral de León


Catedral de León


León presume esta año del título de capital Española de la Gastronomía. Y lo hace bajo el eslogan "Manjar de Reyes", recordando que su tradición culinaria viene de lejos y se fundamenta en la fidelidad a los productos del viejo Reino y la evolución que ha experimentado de la mano de los restauradores, convirtiéndolos en sencillas tapas o elaborados platos.

Del ADN culinario leonés hay curiosas referencias en la Catedral, que fue y sigue siendo el motor social, cultural y económico de la ciudad.
León Premio Europeo de Urbanismo: calles empedradas, rincones cuidados y uno de los pocos sitios donde se ha combinado con acierto la escultura moderna y el tejido antiguo. Al otro lado del río, se levantan los modernos campo de fútbol y Palacio de los Deportes, también construcciones vanguardistas el MUSAC a 500 metros del Hospital de San Marcos.

Reproducción  de la pisada de una sandalía romana encontrada en unas excavaciones.

Muralla romana

Hasta finales del siglo XVIII la Catedral de León ofrecía cobijo, comida, asistencia sanitaria, y hasta educación, a cualquier persona necesitada, residente o forastera. Lo hizo con el apoyo del obispado, de reyes, nobles y hasta Papas, en el propio templo catedralicio o en hospicios y hospitales impulsados y administrados por el Cabildo. Los primeros recursos públicos para la beneficencia llegan con la Ilustración, utilizando en muchos casos propiedades y bienes religiosos desamortizados. Y hasta un siglo después, a finales del siglo XIX, no aparece en la ciudad la primera entidad benéfica privada, la Casa de la Caridad.
 



Templo pálido de altura sobresaliente y longitud regular, cuyo esbelto cuerpo superior se aferra  alas torres laterales soportadas por arbotantes que permiten la elevación y por tanto la entrada de luz a través de las maravillosas vidrieras.No en vano se considera al conjunto de ventanales de esta catedral uno de los principales exponentes del vitral europeo, ocupan 1.750 metros cuadrados de superficie, ejemplo del estilo gótico francés en tierras españolas; por algo se la conoce como Pulchra Leonina (elegante leonesa).
 

Además de por la evolución arquitectónica, escultórica o pictórica, la historia de León y la de su Catedral ha quedado reflejada en la radición, los instrumentos y los fondos musicales que custodia el archivo de la misma.

Puerta de San Froilán
Las catedrales conservan  tras sus muros riquezas artísticas de valor incomparable, que son una muestra del devenir de las épocas artísticas, de sus corrientes y estilos. Arquitectura, pintura, escultura y música son disciplinas que conservan importantes huellas de su evolución histórica en las naves, capillas y archivos de las principales iglesias diocesanas.
Uno de los documentos más importantes para la Catedral y para la historia de la música española, es el Antifonario Visigótico-Mozárabe. Representa la liturgia hispana de la primera mitad del siglo X. También destaca por su importancia el conocido como Canto de la Sibila. El Códice 23 conserva la Prophetia nathalis Domini et Versus Sibyllae.


Puerta del Traslado

Desde hace siglos, en León se elaboran cerveza y vinos de la tierra, y se preparan suculentos platos tradicionales, sabroso embutidos, quesos y postres...y uno de los mejores panes, un pan de hogaza que recuerda al pan de pueblo, artesanal, el del horno de leña que se mantiene vivo por el amor a la tradición y al trabajo bien hecho.
La Catedral de León no es ajena a esa tradición culinaria, ya que en su archivo, relieves, vidrieras y pinturas, se encuentran muchas referencias gastronómicas. 

De entre todas las referencias destaca el que es considerado como el primer documento escrito en lengua romance diferente del latín, datado en el siglo X. Con él nace el leonés, anterior en el tiempo a las glosas silenses y emilianeses que darían lugar al castellano. Es la Nodicia de kesos, se trata de un sencillo inventario que realizó el monje Jimeno, despensero del monasterio de los Santos Justo y Pastor, en Rozuela, para contabilizar el consumo de quesos del templo. El inventario está escrito en el dorso de un pergamino sin fecha que hace referencia a la visita que el rey Ramiro III hizo al monasterio en el año 974.
 






Y si el queso es ya importante en el viejo reino leonés, competían en relevancia el vino y la cerveza, cuyos orígenes se remonatan a varios siglos atrás. En elcaso del vino, esta provincia tiene dos Denominaciones de Origen, con una gran variedad de uvas, bien autóctonas o introducidas a través del Camino de Santiago. La importancia del vino en el Reino de León está ya recogida en varios documentos del siglo X, donde se acredita la adquisición de "terrenos dedicados al cultivo de viñas uninea nostra" por la comunidad de monjes del convento de Santa María y Santiago de Valdevimbre.
El vino ha sido el gran protagonista en la vida cotidiana medieval, hasta el punto de aparecer reflejado en los relieves del claustro, en el proceso de vendimia, la recolección de la uva para su prensado y fermentación.

Pero si llamativas son las alusiones al vino en la Catedral, no lo son menos las referencias a el lupulus. La mención a esta planta es todo un descubrimiento, ya que tradicionalmente se creía que el cultivo se había introducido en España a principios del siglo XX y, aunque se sabe de su consumo en la Antigüedad, siempre se creyó que la cerveza se habría realizado con lúpulo importado de otros países. Sin embargo, alguno de los relieves catedralicios no dejan lugar a dudas: su calidad deja bien patente que se trata de esta flor verde, lo que abre la puerta a la idea de que su cultivo fuese algo común en época medieval, hasta el punto de llegar a recrearse en un relieve en el interior de la Catedral. A día de hoy, León, gracias a la comarca de la Ribera del Órbigo, es el mayor productor de lúpulo, y en la provincia se elaboran diferentes tipos de cervezas de alto nivel.
 

Tierra del pan, el antiguo Reino de León cuenta con una zona llamada Tierra del Pan representa la importancia que ha tenido este producto tan telúrico en esta tierra y en la historia. El proceso de elaboración del pan tiene una relevancia específica, por lo que el Fuero de León, del año 1017, legisla el papel de la panadera y sus derechos, incluso por encima de la voluntad del rey. Esto es unico y pionero para la Europa medieval del momento.
En sendos capiteles historiados, también del claustro catedralicio, se representa con gran detalle el proceso de la elaboración del pan. Y los diferentes procesos culinarios terminan cristalizando en los suculentos y joviales banquetes celebrados en el medievo, tan representados a lo largo de la historia del arte como momentos de fiesta y jolgorio. La música y la danza se unen a los más sabrosos manjares, de reyes y plebeyos, para celebrar la vida en un tiempo en que ésta era corta, azarosa y difícil. Pan, queso, vino, cerveza, asi como los alimentos provenientes de la caza, que en León desde tiempo inmemorial tuvo un enorme peso, se dan cita en estas copiosas mesas o tabulas inmortalizadas en la catedral.
 

Adán, y Eva, Noé, Abraham, Isaac y Jacob. José, Moisés, Aarón y Josué. Jael, Judit y Albunea... Y así, personajes (entre patriarcas, jueces, reyes y profetas del pueblo de Israel), conforman las vidrieras de los claristorios del lado norte, hasta el rosetón septentrional. estos espectaculares vitrales de la pulchra que resumen el Antiguo Testamento.
 
Debido a la trayectoria solar, las vidrieras de la cara norte del templo no son iluminadas por el sol directamente, sino que la claridad que proyecta el lado sur, las alumbra.

 
En el complejo proceso en que el hombre superó los murales románicos para hacer brillar sus templos góticos con la belleza de las vidrieras, la teología más gráfica ha jugado un papel fundamental en la plasmación de la iconografía bíblica.
Con el paso del tiempo y la intervención del hombre han alterado la disposición original de estos vítreos personajes.
 



El trascoro, (llamamos con este nombre a toda la extensión de la Catedral que comprende desde el acceso por su fachada principal hasta el propio coro), es una simbiosis entre los postulados del humanismo reformista y el espíritu de la contrarreforma. Refunde armónicamente lo italiano con lo nórdico, lo profano con lo religioso, y lo decorativo con las figuras humanas.
 
La sillería del Coro de la Catedral de León, que tallaron desde 1461 hasta 1481 varios escultores entre los que sobresalen Juan de Malinas y Diego Copin.
En el trascoro podemos ver a San Isidoro (padre de la iglesia de occidente), Nuestra Señora de la Asunción. el mártir centurión Marcelo (patrono de la ciudad) entre otros.


En cuanto a la música instrumental, la Catedral de León alberga en la Sala Barroca de su Museo un pequeño órgano, conocido como "realejo". Es un órgano procesional que era transportado por cuatro personas por las capillas de la Catedral o por la calle durante las procesiones solemnes. Según estudios, podría ser original del siglo XVI, aunque su armazón está datado en 1739.

En septiembre del año 2013 se instaló en la Catedral de León el gran órgano sinfónico construido por la Organería alemana KLAIS, de 5 teclados, pedal, 64 registros,4.114 tubos, de los cuales 4.021 en metal de zinc, estaño y plomo, y 93 en madera de roble; 4 cajas de madera de roble, consola movible y ocho fachadas, uno de los grandes órganos de Europa, en la actualidad. Inaugurado por el maestro Guillou dentro de la XXX edición del Festival de Órgano, en que Phillipp Klais hace la entrega del órgano al Cabildo.
 

La Catedral de León queda emplazado en el espacio que ocuparon en época romana las termas. Ya en época medieval, se erigieron en este lugar una iglesia visigoda y posteriormente, al establecerse la ciudad como sede episcopal, una primera catedral románica, en el siglo XI, muy vinculada a los reyes leoneses.
En la figura del obispo Manrique de Lara, de finales del siglo XII, se gesta la idea de una nueva catedral de mayor tamaña y monumentalidad, pero sólo pudo llevar a cabo parte de la cimentación. El verdadero empuje para dar inicio alas obras vendrá de la mano de la conjunción de intereses entre el rey Alfonso X el Sabio y el obispo Martín Fernández, promotores de la empresa catedralicia. 
 

  La Catedral de León presenta una planta de tres naves longitudinales, gran transepto y cabeecera hipertrofiada, es decir, posee la distribución prototípica del mundo gótico. En el crucero, encontramos enfrentados los dos espacios principales para el culto: la capilla mayor y el coro. En la cabecera se dispone la girola desde la que se abren capillas radiales de planta poligonal. El resto de capillas del templo se encuentran en el perímetro del transepto y bajo las torres, a los pies de la iglesia. En el extremo sur de la cabecera se halla el acceso a la sacristía, mientras que al norte del edificio se adosa el claustro.




La Colegiata de San Isidoro










La fundación del albergue real y posterior convento de San Isidoro data del siglo X, pero lo que vemos, de cariz románico, fue construido en el año 1063, aunque sufrió reformas y añadidos posteriores, perceptibles en su fachada exterior, donde conviven los arcos de medio punto  y los relieves románicos con elementos góticos (ventanas ojivales y pináculos superiores en la cabecera absidal) y algún aditamento barroco, caso del escudo y crestería ubicados sobre la Puerta del Cordero, entrada principal del templo.
 


Evoca la proa de un barco


Detalle de la fachada principal



Palacio de los Guzmanes

Ayuntamiento de León




viernes, 26 de octubre de 2018

Ponferrada


Plaza de las Eras o del Ayuntamiento


El León Atlántico

Ponferrada capital del Bierzo

El Bierzo es cada gota de agua que pinta de verde, alimenta y esculpe hasta el más recóndito rincón. Es cada leyenda, cada historia de nuestros mayores cada huella del pasado. El Bierzo es la esencia del Noroeste. La comarca del Bierzo se encuentra situada en el extremo noroccidental de la Comunidad Autónoma de Castilla y León. Limita al norte: con  Asturias y la comarca de Laciana (León), al oeste con Galicia (Lugo y Orense), al sur con la comarca de La Cabrera (León) y al este con las comarcas de la Omaña y la Maragatería (ambas de León). Ocupa una superficie de 3.178 kilómetros cuadrados y la conforman 375 pueblos agrupados en 38 municipios. 

A partir del siglo IX se inició un período  de apogeo de las peregrinaciones jacobeas, por su ubicación , Ponferrada se convirtió en escala de peregrinos, mercaderes y todo tipo de gentes. Este trasiego humano, por fuerza habría de generar una importante actividad comercial y artesanal; la ciudad creció en forma de nuevos burgos (barrios). Y en el siglo XI se construyó el puente de Fierros del cual tomó nombre la población.

El desarrollo urbanístico de la Ponferrada del siglo XI constituye todo un ejemplo de racionalización, con ese trazado rectilíneo que no deja lugar al aglutinamento y al desarrollo espontáneos. Por aquella época, la frontera de la lengua leonesa cimbreaba el trazado de sus fortificaciones: más allá, hacia occidente, se hablaba, y haba aún, la lengua gallega.
 




Esta zona de la ciudad viene a coincidir con el antiguo núcleo amurallado, y esta integrado por un conjunto de calles empedradas en las que se suceden casas señoriales y construcciones populares bercianas, con sus tejados de pizarra y paredes de canto rodadod; las grandes balaustradas y los portales blasonados, distinguen a las primeras, así como la presencia  del sillar de granito. Varias de estas calles presentan arcos, que en ocasiones son fundamento de torres como la del Reloj del siglo XVI, único vestigio de las murallas.

El castillo se erige, majestuoso, sobre un espigón rocoso jalonado por el río Sil y el Camino de Santiago


Castillo templario

Sobre las ruinas del presidio romano de Bergidum alzaron su fortaleza los monjes soldado del Temple, construida ya en 1282. 

"El Templo tiene buenos caballeros, que traen capas blancas con una cruz roja sencilla y una bandra o estandarte de colores que llaman Baucent y que va delante de ellos en las batallas. Esperan a los enemigos y sus primeros ataques. En ir son los primeros, en volver los últimos. O del todo derrotan a su enemigo o todos mueren siendo siempre los últimos en retirarse".


Tras ser confiscado a la Orden del Temple en el siglo XIV, su nuevo señor, Pedro Fernández de Castro, levantó un castillo  en un extremo (Castillo Viejo). Durante el siglo XV perteneció al Duque de Arjona, a su hermana Beatriz de Castro, y al esposo de ésta, Pedro Álvarez Osorio, Conde de Lemos, que realizó grandes obras convirtiendo lo que quedaba del primitivo recinto templario en un fuerte y lujoso palacio que se llamó Castillo Nuevo. Su nieto el insigne Conde de Lemos, que adoptó como divisa la "Tau", se sublevó contra los Reyes Católicos, que finalmente, y desde 1507 tomaron posesión de la fortaleza.
El ejército desplazado por los Reyes Católicos para la reconquista del Bierzo y toma de la fortaleza de Ponferrada, supuso un notable despliegue. El grueso de las tropas estuvo formado por 2.900 peones, 650 lanzas de caballería, 100 espingarderos de las tropas de élite y numerosos soldados de fortuna.




Fachada del Museo de la Radio Luis del Olmo



La memoria de la radio

El Museo tiene su sede en el edificio conocido por "Casa de los Escudos", casona solariega de estilo barroco tardío e influencias rococo, perteneciente a la familia García de las Llanas, procedentes de La Rioja, que crea en Ponferrada una gran hacienda a lo largo del siglo XVII. La casa se levanta en la segunda mitad del siglo XVIII por Manuel Francisco García de las Llanas, Regidor de la Villa de Ponferrada, Caballero de la Orden de Alcántara y capitán del regimiento de milicias de León, los blasones del exterior corresponden a su linaje.
En 2003 la "Casa de los Escudos" se convierte en sede del Museo de la Radio Luis del Olmo.
 
 


Basílica de Nuestra Señora de la Encina


Estatua ecuestre de Guzmán el Bueno

Al comienzo de Ordoño II se ve la estatua de Guzmán el Bueno (defensor de la plaza de tarifa, no dudo en lanzar a los sitiadores sarracenos su propio puñal cuando aquellos le ofrecieron la vida de su hijo a cambio de la rendición de la fortaleza): a decir de los locales extiende un dedo hacia la estación, indicando al forastero que no le agrade la ciudad la forma más fácil de abandonarla.