La transformación y elaboración de productos secundarios era muy importante. Si las industrias artesanales (herrerías, alfarería y carpintería) y agrícolas (almazaras y molinos harineros), sostenían sobradamente al municipio, la industria textil fue muy importante. Esta última se vinculó a una economía más comercial, encontrando en la localidad manufacturas de paños y bayetas (hubo 16 tejedores de paños, 10 de lienzo, tres tundidores y un prensador); tratamiento de tintes (hubo dos maestros tintoreros); fabricación de canillas (carretes para tejer) -con 6 canilleros-; cardado de lana (hubo hasta 57 cardadores), e hilado de seda.
El Auxar era la cabeza de la antigua taha de Andarax, rico y fecundo distrito en donde una próspera comunidad morisca (antiguos conversos musulmanes) convivía con el reducido grupo de cristianos viejos. La difícil relación entre las comunidades cristiano nueva y vieja estalló en este lugar entre el 27 y 28 de diciembre de 1568 al grito de su líder, Hernando El Gorri. En unos breves días la revuelta morisca se extendió por toda la comarca alpujarreña, que se declara independiente y proclama rey a Abén Humeya, iniciándose casi de inmediato la cruenta Guerra de las Alpujarras.
"Ad maiorem Dei Gloriam"
Laboriosidad, sabiduría
Pedro Murillo Velarde nació en 1696 en Laujar de Andarax, en el seno de una familia acomodada, que se había asentado en las Alpujarras en la época de la sublevación de los moriscos. Estudió Sagrados Cánones en las universidades de Granada y Salamanca, llegando a dar clase de Derecho Civil en ésta ultima. Interrumpió su brillante carrera, con gran disgusto de su familia, para hacerse Jesuita. Continuaría estudiando en la universidad de Alcalá, donde finalizó sus estudios de teología.
A Filipinas llegó en 1723. Tras dos años en las misiones en las parroquias cercanas a Manila, en 1725 fue nombrado profesor de derecho civil y canónico el el colegio de Manila. Aunque viajó mucho por el archipiélago y ocupó diversos cargos, su vida estuvo muy ligada al citado centro educativo. En 1746 fue destinado a la misión de Antipolo, cerca de Manila, como rector.
Al final de su vida la congregación provincial de la Compañía de Jesús de filipinas lo eligió primer procurador provincial ante las cortes de Madrid y Roma. En esta etapa de hombre político, el padre Murillo Velarde desarrolló su actividad ante las más altas instancias civiles y eclesiásticas, intentando mediar a favor de la Compañía de Jesús en la Indias y, especialmente, de la provincia de Filipinas.
La trágica muerte de Pedro Murillo es todo un misterio. Justo antes de embarcarse de regreso a Filipinas, el 25 de noviembre de 1753, se precipitó desde o alto del colegio de la Compañía en el Puerto de Santa María, quedando convaleciente y muriendo a los cinco días.
Gran cartógrafo, entre sus obras sobresale la Carta hidrográfica y corográfica de las Islas Filipinas, mapa impreso en 1734 y que en la actualidad es todo un icono del nacionalismo filipino. Esta obra hizo de Pedro Murillo Velarde un personaje de gran prestigio en la historia de la República de Filipinas. Este mapa se concibió en 1727 cuando el rey emitió una orden real solicitando un mapa de las islas Filipinas que contuviera los últimos descubrimientos. El gobernador Valdés Tamón encargó el proyecto a Murillo Velarde, quien realizó una obra notable y precisa. Hasta finales del siglo XVIII fue el mapa normalmente utilizado por la marina no solo española sino extranjera.
La obra cartográfica de Pedro Murillo Velarde ha supuesto que en la actualidad sea considerado como un héroe en Filipinas. En 1734 señaló el bajo de Scarborough y las islas Spratlys como territorios de la soberanía hispana, y por tanto filipinos. Territorios que están ocupados en la actualidad por China, pero Filipinas los reclamó ante el Tribunal Internacional de la Haya, ganando la reclamación en parte gracias al mapa de Murillo Velarde.
Murillo Velarde fue el intelectual más destacado de Filipinas en el siglo XVIII. Escribió poesía, compuso música, realizó escenografías y escribió obras de teatro como se ve en su obra Relación de las fiestas, que hizo el Colegio de la Compañía de Jesús de Manila en la canonización de san Stanislao Kostka y san Luis Gonzaga. También firmó diferentes libros de temáticas religiosas y fue un insigne jurista. Entre otras obras escribió la primera cátedra de Derecho Canónico, Curcus luris Canonicihispani, que recibió el aplauso público del Papa Benedicto XIV. Esta obra de Murillo Velarde ha sido desde el siglo XVIII hasta nuestros días referencia para dilucidar problemas jurídico-morales en las sociedades hispánicas.
También fue un eminente historiador y geógrafo. escribió en diez volúmenes su Geografía Histórica, su gran obra, la que le daría mayor prestigio. Se trata de una historia general de la cultura y civilización universal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario