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lunes, 21 de octubre de 2024

Cabo de Gata-Níjar (Almería)


Una tierra reseca donde cada gota de agua supone un tesoro, un mar generoso de ricas entrañas: un escenario de excepción para más de 10.000 años de historia.
 
 
Centro de Visitantes Las Amoladeras. Parque Natural Reserva de la Biosfera. Geoparque Mundial UNESCO.





Hasta hace pocas décadas, la agricultura y la ganadería mantenían los esquemas tradicionales. Los cultivos estaban poco mecanizados y se nutrían de métodos de aprovechamiento del agua heredados de los árabes.
Hacia 1980, se implantó la agricultura de frutas y hortalizas en invernadero, transformando el paisaje de la periferia del Parque Natural. En la actualidad, cada vez van tomando más auge los sistemas ecológicos de agricultura y ganadería, sobre todo caprina, una buena opción ante los nuevos requerimientos del mercado.
 

 

 
Las salinas son uno de los escasos ejemplos de armonía entre la actividad humana y la conservación del equilibrio ecológico. Explotadas ya por los romanos, su situación al nivel del mar facilita la entrada directa de agua con los vientos dominantes de poniente.
Si falta agua, se bombea o se transporta, desde unos diques construidos en los acantilados, por un canal de 5 km de longitud. La clave que determina la riqueza biológica de las salinas es el mantenimiento a lo largo del año de un nivel de agua relativamente estable, a diferencia de lo que sucede con la mayoría de las lagunas naturales andaluzas, que se secan en verano.
La diversidad y abundancia de seres vivos en un medio tan particular varía en función de las características de las diferentes balsas.

Una historia milenaria . En este territorio se han sucedido distintas culturas a lo largo de milenios, cada una de las cuales ha dejado su vestigios,  como las tumbas circulares y los dólmenes del Neolítico o los restos de villas romanas, cuya población se dedicaba a la agricultura, a la ganadería, la pesca y la explotación de las salinas y la minería. Los musulmanes desarrollaron la agricultura de regadío de la que existen innumerables muestras (norias, aljibes) y establecieron núcleos defensivos.
Tras la reconquista cristiana, se instalaron en el litoral numerosas construcciones para la protección frente a los ataques de piratas, turcos y berberiscos, entre las que destacan las torres vigías y atalayas.
 

La pesca en las aguas del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar se desarrolla igual que hace muchos años. La pesca es de bajura (cercana a la costa), se emplean artes tradicionales, sostenibles, como el trasmallo y el palangre, y las embarcaciones, que suelen ser pequeñas, son varadas en la playa al finalizar las tareas. Desde antiguo se han explotado también los recursos minerales, como el oro en Rodalquilar, que se mantuvo hasta hace pocas décadas y en la actualidad la obtención de sal en las salinas de Cabo de Gata y la explotación de bentonita.
 

La artesanía que hoy se conserva en el Parque Natural y su entorno es heredera de la de los árabes, hábiles artesanos del barro, el esparto y la seda. Hasta hace poco se trabajaba la fibra de palmito y todavía puede encontrarse algún habitante de la zona que fabrica elementos de esparto.
Entre los objetos de artesanía tradicional que se producen hoy destacan la alfarería, las mantas, los tapices y las famosas jarapas, peculiar forma de reciclado de retales sin uso. En los últimos años, una nueva corriente de artistas y artesanos innovadores plantean una variada oferta inspirada en las características y los materiales de este territorio.
 
 
No es fácil encontrar un territorio de la extensión del Parque natural Cabo de Gata-Níjar (en la actualidad 37.500 hectáreas terrestres y 12.012 marinas) que ostente tantas distinciones, en los ámbitos regional, nacional, europeo y mundial, como reconocimiento de los valores naturales que alberga, lo que manifiesta que realmente nos encontramos en un espacio único. El Parque Natural se creó en 1987, siendo el primer parque marítimo-terrestre de Andalucía, uno de los pocos espacios protegidos de Europa de vocación subdesértica y estepárica y con 50 km de costa acantilada mejor conservados del litoral mediterráneo europeo.



Mirador Las Sirenas. Esta panorámica representa el paisaje que disfrutaríamos si estuviésemos situados en un punto a 200 metros mar a dentro. De izquierda a derecha divisaríamos: el Arrecife de Las Sirenas; el Cabo de Gata, sobre el que se dispone el faro del mismo nombre; y la Cala de las Sirenas. Los fondos marinos que se divisan están catalogados como Reserva Marina.
El Arrecife de las Sirenas es en realidad el resto de una antigua chimenea volcánica. Probablemente recibe este nombre por la presencia de una colonia de foca monje, que los pescadores de la zona llamaban sirenas o lobos marinos. Este mamífero habitó toda la costa de Cabo de gata hasta mediados del siglo XX, razón por la cual aparece en el mural de este mirador. Actualmente se encuentra en peligro crítico de extinción en todo el Mediterráneo.
 

A continuación aparece el Morrón de Cabo de Gata, coronado por el faro. Este es el punto más sudoriental de la Península Ibérica y, a lo largo de la historia ha recibido muchos nombres como el griego de "Charidemun Akra" y el latín "Promontorium Charidemun", que podría traducirse como "Promontorio de la Ágatas", debido a las piedras semipreciosas que se podrían encontrar en sus alrededores. Éste podría ser el origen de la denominación de Cabo de Gata, que ya aparece como tal en el siglo XIV.
Utilizando un emplazamiento privilegiado, el faro de Cabo de Gata fue construido en 1.863 para la seguridad de la navegación. Se levantó sobre el patio central del castillo de san Francisco de Paula, edificado enla primera mitad del siglo XVIII, durante el reinado de Felipe V, para la defensa de la costa del Reino de Granada. De el solo se conserva el muro de la base. Uno de los cristales del faro es de color rojo, el haz de luz que proyecta la lámpara marca la "Laja del Cabo", una emergencia rocosa que queda a menos de 3 metros de rpofundidad, causa de multitud de naufragios en la zona.
 
 
Las erupciones volcánicas que originaaron la Sierra de Cabo de Gata son relativamente recientes, geológicamente hablando. Su edad e sitúa entre 6 y 15 millones de años y están relacionadas con el choque entre las placas Africana y Europea.
Algunos de los edificios volcánicos formados llegaron a emerger configurando un extenso archipiélago marino en un clima subtropical, en el cual se acumularon carbonatos y se desarrollaron arrecifes de coral.


 



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