Molino del lugar. A partir del siglo XVIII, fueron característicos de esta zona de la Alpujarra. Construido hacia 1814 y recientemente rehabilitado, acoge la sección etnográfica del museo.
Ciclo del cereal, el trigo. Los testimonios materiales que se conservan en Adra ligados al trigo, como es el caso de este molino, nos hablan de la producción propia de este cereal, cuya plantación se realizaba en secano.
No obstante, el cultivo del trigo no se desarrolló de manera extensiva en esta localidad, cuyos agricultores preferían trabajar otro tipo de cultivo de mayor rentabilidad. Por ello, hubo épocas en las que era necesario importar cargamentos de este cereal para que el molino pudiera abastecerse y producir harina.
Las albuferas, islas de agua en un mar de plástico.
Las albuferas de Adra son uno de los pocos humedales que aún sobreviven en el sudeste español. Estas lagunas aparecen hoy rodeadas de invernaderos, ofreciendo la imagen de islas de agua dentro del mar de plástico del poniente almeriense.
Las lagunas, su flora y su fauna, han sido estudiadas y valoradas por su importancia ecológica.
Los humedales no son solo agua. La tierra más o menos empapada que rodea a las lagunas también forma parte de éstos. Se trata de suelos con diferentes grados de humedad, donde viven comunidades de flora y fauna propias.
En las zonas de ribera proliferan muchas especies de plantas palustres. Algunas de ellas enraízan dentro del agua, como la masiega, la enea fina y el carrizo. Otras, se sitúan en zonas más alejadas, donde la inundación solo ocurre de vez en cuando, como la enea basta, los juncos y los tarajes.
Entre palacios del siglo XVIII, el Museo de Adra, se encuentra en la casa del Marqués de Villacañas al lado de la Ermita de san Sebastián.
Sus seis salas de exposiciones cuentan con numerosos vestigios, taller de actividades escolares, salas de conferencia y una zona destinada a investigación. desde su patio se accede al yacimiento arqueológico del Cerro Montecristo.
El Museo de Adra cuenta con tres salas expositivas que muestran el legado cultural del mundo fenicio, púnico y romano. Además en sus salas se desarrollan exposiciones temporales de gran prestigio a lo largo de todo el año.
Adra municipio situado en el extremo suroeste de la provincia de Almería. La mayor parte de su término está ocupado por el terreno montañoso y árido de las estribaciones de la Sierra de la Contraviesa. La parte llana corresponde a la franja litoral, ocupada en su mayor parte por terrenos dedicados a la agricultura de invernaderos. Sin embargo, dentro de sus 20 km de costa nos podemos encontrar excelentes playas y la Reserva Natural de Las Albuferas de Adra, lugar de gran importancia por la cantidad de aves acuáticas que la visitan anualmente.
La ciudad, situada en plena línea de playa, data del siglo VIII, a.C. En la actualidad en un importante centro turístico, tiene gran importancia la pesca y la agricultura. Conserva restos de su patrimonio como la iglesia parroquial, algunas casa señoriales del siglo XVIII y la interesante Torre de los Perdigones, muestra de la arquitectura industrial del siglo XIX.
Antigua ciudad de Abdera. Según Estrabón fue una colonia de origen púnico fundada en el siglo VI a.C. Aunque en el siglo VIII a.C., ya fue un emplazamiento fenicio hubo un interesante comercio por la explotación d minas de hierro del interior.
Bajo el dominio romano, acuñará sus propias monedas. En el siglo I d.C., Abdera conocerá una época de esplendor por la industria artesanal, salazones de pescado y puerto de salida de la metalurgia del interior.
Durante el período de Al-Andalus, su economía se basó en la agricultura de regadío, el cultivo de la morera y la industria sedera y en el comercio marítimo.
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