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lunes, 30 de junio de 2025

Los empeños de una casa. Sor Juana Inés de la Cruz

Compañía Nacional de Teatro de México
Los empeños de una casa
Sor Juana Inés de la Cruz
 
Los empeños de una casa es la primera comedia que escribió Sor Juana Inés de la Cruz. La creó para festejar el nacimiento del primogénito de María Luisa Manrique de Lara y Gonzaga, XI condesa de Paredes y marquesa de La Laguna, la entonces Virreina de Nueva España.
De acuerdo con especialistas de la vida y obra de la monja, Sor Juana y la Virreina sostuvieron una relación de naturaleza amorosa. ¿Qué tan platónica o carnal fue? No se sabe realmente, pero hay dos huellas imborrables que dan fe de dicho afecto: por un lado, importantes pasajes de la obra poética de la monja y, por el otro, el hecho de que María Luisa, a su regreso a España, hizo que se publicara la obra de Sor Juana, acto no solo amoroso, sino de una gran trascendencia, ya que es gracias a este hecho que conocemos su obra.
 

Los empeños de una casa se escribió dentro de un canon que consideraba a las comedias como la parte fundamental, pero no exclusiva, de un espectáculo más amplio: la fiesta barroca. En ella se conjuntaban una serie de representaciones que se iban desplegando antecediendo o alternando con las jornadas o actos de las comedias o bien, a su término.
Tal era el caso de los sainetes, las loas, los entremeses, las mojigangas, las canciones, etc...Sor Juana, gran admiradora de Calderón y del teatro alegórico, no quiso quedarse atrás y se entregó a la experiencia aurisecular total, escribiendo para el estreno de Los empeños de una casa, además, loas, sainetes y canciones. 
Porque  Juana, como escritora, no conoció límite alguno, abarcó todas las áreas del conocimiento barroco y exploró todos los géneros literarios de su tiempo, dándose incluso el gusto de escribir villancicos en náhuatl.
 
Sala roja Concha Velasco

En medio del fragor del siglo XXI resultaría imposible representar una fiesta barroca en su totalidad, por lo que en esta producción se representan solo las tres jornadas de la comedia. Sin embargo el montaje incluye diversos momentos musicales que buscan recordar ese sentido festivo de las representaciones del siglo XVII, igualmente llena de sonetos y romances adicionales de la obra poética de la monja que irrumpen en la comedia y que también dan voz al juego metateatral entre ella y María Luisa.
 
La luna como casa y el bolero como expiación
 
En estos tiempos la pregunta ya no se si las mujeres somos monstruos o los hombres son necios, la pregunta de fondo sigue y seguirá siendo ¿cómo sobrevivir a ese estado de luna en el pecho que todos hemos padecido alguna vez o que padecemos recurrentemente? Pregunta Sor Juana en esta comedia: "¿Cuál es la pena más grave, que en las penas de amor cabe? ¿Los celos, la envidia, la ausencia o el carecer de favor?. No habla, sin embargo, de su propia pena (consumada o platónica, carnal o literaria), de la de quien se enamora de la persona equivocada en el siglo equivocado. Pero sea cual sea la pena de cada quien, está claro aquello que decía García Lorca de que "el que araña la luna, se arañará el corazón".  
 
 
Hay, otra convergencia del símbolo de la luna en la obra de Sor Juana que también forma parte de la metáfora escénica de esta producción. Se trata del debatido eclípse del Primero sueño, su poema mayor, en el que aborda, con inigualable profundidad filosófica y maestría poética, la enigmática relación entre el ser humano y el conocimiento.
Es razonable pensar que Sor Juana padeció por amor, pero que también lo hizo y mucho a causa de su ingenio, al que describe como un "fuego, que, con la materia ingrato, tanto la consume más cuando él se ostenta más claro".
 
No existe un género musical que dialogue con la poesía del descorazonamiento sorjuanil más directamente que el bolero. Hay en su nostalgia, en su desesperación y en su elegancia vasos comunicantes con los ánimos de todos los personajes de esta comedia en la que la monja desata tempestades propias y ajenas y en la que deja en claro que, además de tener una agudeza que deslumbraba y una lucidez que enfurecía (a sus perseguidores...), la monja tenía un sentido del humor extraordinario. Aurora Cano
 
XXII Premio Max de Honor 2019

Goya XX Aniversario 2006
Algunos de los galardones de Concha Velasco
  

Pedirte, señora quiero
de mi silencio perdón,
si lo que ha sido atención
le hace parecer grosero.
Y no me podrás culpar 
si hasta aquí mi proceder,
por ocuparse en querer,
se ha olvidado de explicar:
que en mi amorosa pasión
no fue descuido mi mengua
quitar el uso a la lengua
por dárselo al corazón.
                                                             Sor Juana Inés de la Cruz 





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