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sábado, 15 de abril de 2023

Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía

 
La apertura del museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía en 1990 supuso la creación de un museo de arte moderno y contemporáneo en España de nivel internacional, aunque o fueron pocos los avatares sufridos por el edifico hasta alcanzar tal fin.
 
La primera fundación del Hospital San Carlos, actual sede del Museo, se debe al rey Felipe II, quien, en el siglo XVI, centralizó en este lugar todos los hospitales que estaban dispersos en la Corte. En el siglo. En el siglo XVIII, Carlos III decidió una nueva fundación, al resultar insuficientes las instalaciones para la ciudad. El actual edificio es obra de los arquitectos José de Hermosilla y Francisco Sabatini, debiéndose a este último gran parte de la obra. 
 
 
En 1788, tras la paralización de las obras con la muerte de Carlos III, el edificio fue ocupado para asumir la función para la que había sido construido, la de Hospital, aunque lo edificado no fuera sino solo un tercio del proyecto de Sabatini.
 
Desde entonces sufrió varias modificaciones y añadidos hasta que, en el año 1965, se clausura el hospital, pasando sus funciones a ser desempeñadas por la Ciudad Sanitaria Provincial. Logra sobrevivir  a diversos rumores de demolición y, por medio de un real decreto de 1977, es declarado Monumento Histórico-Artístico, garantizando su supervivencia. 
 
 
En 1980 comienza la restauración del edificio, realizada por Antonio Fernández Alba; en abril de 1986 se abre el Centro de Arte Reina Sofía, utilizando las plantas 1 y 2 del antiguo hospital como salas de exposiciones temporales. A finales de 1988, José Luis Íñiguez de Onzoño y Antonio Vázquez de Castro llevarían a cabo las últimas modificaciones, de entre las que cabría destacar especialmente las tres torres de ascensores de vidrio y acero, diseñadas en colaboración con el arquitecto británico Ian Ritchie
 
 
El Museo, Organismo Autónomo dependiente del Ministerio de Cultura, fue creado por Real Decreto 535/88 de 27 de mayo de 1988., con sede en el Hospital de San Carlos de Madrid y con los fondos artísticos que en su día estaban integrados en el Museo Español de Arte Contemporáneo.
 
El 10 de septiembre de 1992, Sus Majestades los Reyes D. Juan Carlos y Dña. Sofía, inauguraban  la Colección permanente del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, que hasta ese momento había acogido únicamente exposiciones temporales. A partir de entonces quedaría constituido en auténtico museo, con los cometidos de custodia, acrecentar y exhibir sus fondos artísticos, promover el conocimiento y el acceso del público al arte contemporáneo en sus diversas manifestaciones; realizar exposiciones de nivel internacional, y poner en marcha actividades de formación, didácticas y de asesoramiento en relación a sus contenidos, tal y como se recoge en su estatuto.

Claustro de la 1ª planta

Ocupando el corazón  del Edificio Sabatini se encuentra un magnífico espacio al aire libre, un jardín en el que las zonas ajardinadas y las fuentes conviven en armonía con las esculturas de Alexander Calder, Joan Miró y Eduardo Chillida.
 
Un remanso de paz  en el centro de Madrid, los grandes muros del museo abrazan esta zona creando un ambiente perfecto para la lectura. Se accede desde el claustro, espacio con el que se comunica a través de varias puertas.
 
Joan Miró, Pájaro Lunar, 1966

Ampliación del Museo Reina Sofía, Madrid
 
 Jean Nouvel / Alberto Medem / b720 Fermín Vázquez Arquitectos
 
El proyecto de ampliación del Museo Reina Sofía data de 1999 año en que se alzó ganador frente a las  propuestas de otros once equipos. El programa consistía en un auditorio, una biblioteca, varias salas de exposiciones y áreas auxiliares (despachos, restaurante, almacenes, etc) que debían ocupar una parcela triangular colindante con la ronda de Atocha al oeste del antiguo hospital de Sabatini -sede del museo-, donde se situaban  en tiempos pabellones anejos al hospital militar.
 
Frente a la compacidad del edificio de Sabatini, la ampliación se fragmenta y disuelve, dejando una plaza pública entre sus piezas con la voluntad de servir de catalizador para la regeneración del entorno urbano.
 

Se utilizan materiales y técnicas poco habituales en la tradición  castellana: la audaz cubierta de zinc y aluminio, los dados de vidrio fabricados ex profeso en el techo de la biblioteca, o el GRP rojo que reviste el auditorio.
 
Fotografía: Arquitectura Viva
 
Los huecos poligonales que la atraviesan se revisten de acero mate, de manera que la visión del cielo no rivalice ni se funda con las imágenes reflejadas en el envés. Con el mismo objetivo de llevar la ciudad al interior, la biblioteca hunde su espacio bajo rasante, manteniendo una altura menor que el edificio de exposiciones, que disfruta así de vistas desde las terrazas superiores. lamas de acero motorizadas, perforadas o sólidas, protegen las fachadas más expuestas. La plaza, pavimentada con granito y extensión "a la sombra2 del trasiego urbano, alberga una pieza de Lichtenstein, artista con el que se inauguraron las nuevas salas. Arquitectura Viva
 
Fernand Léger / Paul Gauguin

La propuesta ganadora recrea lo que era esa suerte de micro-ciudad del barrio de Lavapiés levantando tres volúmenes en torno a una plaza abierta al transito peatonal y uniéndolos con una enorme cubierta que alinea su canto con la segunda cornisa del hospital.
 
Arquitectura Viva. Ampliación del Museo Reina Sofía
 

Pablo Picasso

 


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