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sábado, 30 de noviembre de 2024

Biblioteca del Senado


 
El inicio de la Biblioteca del Senado data de 1834, año en que el sistema parlamentario español se incorpora al bicameralismo, mediante el Estatuto Real , en época de la Regente María Cristina dándose la denominación de Estamento de Próceres a esta Cámara parlamentaria. 
La sede de esta institución se ubicó en el antiguo convento de doña María de Aragón, construido en el siglo XVI, hoy Palacio del Senado. La Sala de lectura de la biblioteca se instaló en uno de los patios del claustro de este antiguo convento, y fue reconstruida en 1882, en hierro forjado, estilo neogótico inglés, según los planos que trazó el arquitecto Emilio Rodríguez Ayuso, inspirándose su decoración en la fachada construida cuarenta años antes para el Parlamento británico en Londres por los arquitectos Augus Welby Pugin y Charles Barry.
 


La historia de la Biblioteca se desarrolla en dos etapas:

En su primera etapa -que se extiende desde 1834 hasta la desaparición del Senado en 1923, con la Dictadura de Primo de Rivera- es cuando se reunieron los fondos más valiosos. incunables, libros del siglo XVI, láminas, grabados, mapas, obras musicales, así como colecciones de revistas, publicaciones periódicas y obras que recogen preciadas muestras del patrimonio cultural de la época. Una Comisión de Fomento y Conservación de la Biblioteca se encargó de la adquisición de estas colecciones.
 



En su segunda etapa, que abarca desde 1977 hasta la actualidad, se inicia una nueva andadura en el Senado: con las Cortes Constituyentes en 1977 se da origen a nuestra actual Constitución. La Biblioteca comienza a adquirir libros, revistas, colecciones legislativas y todo el material bibliográfico necesario para documentar las actividades parlamentarias.
 
 
 
La Biblioteca del Senado está especializada en el ámbito temático de una biblioteca parlamentaria. Los temas de interés preferente al realizar la selección para ingresos bibliográficos son de naturaleza jurídica y política: predominan los relativos al Derecho parlamentario y electoral, constitucional, autonómico y de la Unión Europea; se realiza, no obstante, un seguimiento sobre las restantes ramas del derecho y sobre los asuntos de actualidad nacional e internacional, acogiéndose también como parte de los catálogos, más selectivamente, otras áreas del conocimiento.
 


Una parte importante de estos fondos procede de la confiscación de la biblioteca del Infante Carlos María Isidro de Borbón. También hay otros ingresos que enriquecen la colección histórica del Senado, como los procedentes de la casa Osuna, y de las bibliotecas de Gómez de Arteche y de Fernández de los Ríos, entre otros, que han situado este conjunto bibliográfico entre los más prestigiosos de nuestro país. La colección Gómez de Arteche contiene un amplio fondo documental sobre la Guerra de la Independencia.
 

La obra más antigua que posee la Biblioteca es la "Compendiosa Historia Hispánica" de Rodrigo Sánchez de Arévalo editada en Roma en 1470, siendo muy escasos los ejemplares que se conservan.

Destacan también, por tratarse de primeras ediciones "Epístolas" de Séneca (Toledo, 1502); "Décadas" de Tito Livio (Burgos, 1505); "De los remedios contra próspera y adversa fortuna", de Petrarca (Valladolid, 1510); "Brevissima relación de la destruycion de las Indias" del padre Bartolomé de las Casas (Sevilla, 1552); "De las cosas memorables de España" del humanista italiano Lucio Marineo Siculo (Alcalá de Henares, 1533); "Los cinco libros primeros de la Crónica General de España" del historiador Florián de Ocampo (Medina del Campo, 1533).

La colección de láminas que posee la Biblioteca es estimable y muy selecta, destacando las colecciones de Francesco y Giambattista Piranesi.

Mención especial erece, dentro de la colección cartográfica, el "Atlas de la Península Ibérica y de las posesiones españolas de Ultramar", de Tomás López (Madrid, 1761-1770).
 
 
En el apartado de piezas musicales, junto a los tratados teóricos y métodos de violonchelo, pianoforte y otros instrumentos, figuran obras sobre géneros muy diversos: obras de Hayden y Mozart, óperas de Rossini y Verdi y partituras sobre temas españoles como "Boleras para dos flautas", forman parte de un fondo de 181 volúmenes de obras musicales en total.
 

Usuarios
Senadores y Diputados.
Ex-parlamentarios.
Personal de las Cortes Generales.
Personal de Grupos Parlamentarios.
Medios de comunicación acreditados en el Senado.
Investigadores con tarjeta de acceso a la Biblioteca.

Localización
Sala de Lectura. Planta baja del Palacio del Senado.
Dirección: Plaza de la Marina Española, 8. Acceso por calle Bailén, 3.
 


Monumento al cabo Noval, obra de Mariano Benlliure, 1912





martes, 26 de noviembre de 2024

Lo nunca visto. Tesoros escondidos en los protocolos notariales.



El Águila es un complejo cultural único cuya finalidad es el acceso y disfrute del patrimonio madrileño.
En las salas y auditorios del El Águila tienen lugar diferentes tipos de actividades como exposiciones, congresos, talleres o jornadas. Al aire libre, en el patio, se organizan ciclos de cine y de música. Todo ello conforma una oferta cultural variada y gratuita.
 

Además en el complejo se encuentran servicios esenciales de la Comunidad de Madrid como el Archivo Regional, el Archivo Histórico de protocolos de Madrid, la Biblioteca Regional Joaquín Leguina y las Subdirecciones Generales de Archivos y Gestión Documental, y del Libro. 
 
El Águila está ubicado en la antigua fábrica de cerveza diseñada por el arquitecto Eugenio Jiménez Corera en 1912, de estilo neomudéjar. Es uno de los edificios más emblemáticos de la arquitectura industrial del siglo XX de la Comunidad de Madrid, motivo por el que tiene la protección de Bien de Interés Cultural (BIC), con la categoría de Monumento. En 1994, la Comunidad de Madrid adjudicó el concurso para la rehabilitación del complejo al estudio de arquitectura Tuñón & Mansilla. Premio de Arquitectura Contemporánea Mies van Rohe (2007) y Premio Nacional de Arquitectura (Emilio Tuñón, 2022), que realizó y ejecutó los trabajos entre los años 1997 y 2003.
 
El Águila dispone de dos grandes salas en las cuales se realizan exposiciones temporales durante todo el año. También cuenta con dos zonas de exposición más pequeñas: ZonaZero y ZonaArchivos, esta última de carácter permanente dedicada a explicar los fondos que custodia el Archivo Regional de la Comunidad de Madrid y el Archivo Histórico de protocolos de Madrid.
 


Lo inesperado
 Frente a lo previsible, pero singular, a veces entre los folios de los protocolos se esconden inesperados hallazgos que pueden desconcertarnos y despertar nuestra más profunda curiosidad, pues su presencia no guarda ninguna relación con las escrituras que los albergan.
 
Parece inverosímil que los naipes de una curiosa baraja satírica aparezcan cobijados entre los folios de un testamento o que 58 figurillas recortadas emerjan de entre las páginas de unos tomos fechados en 1661. Otras veces la sorpresa nos acerca a la propia figura del escribano. Así, descubrimos diversos grabados de imágenes religiosas que, quizás, algunos devotos guardaron entre el producto de su trabajo o preciosos y originales dibujos con los que invalidaban los espacios en blanco que quedaban al final de las escrituras.  
 

 Previsible pero singular
Esta exposición propone al visitante una mirada curiosa y le invita a detenerse para contemplar aquellos documentos que, en ocasiones, aparecen acompañando a las escrituras notariales. Su presencia es previsible, pero no deja de ser singular encontrarnos con planos, mapas o dibujos que han llegado hasta nosotros porque, bien el escribano o el otorgante, decidieron que su presencia añadía algún tipo de valor o información.
 

A pie de calle
Paseando por Madrid a través del tiempo, con escenarios urbanos de tres siglos diferentes, los protocolos notariales nos ofrecen los primorosos dibujos de distintos inmuebles de viviendas que se observan desde una perspectiva que podría denominarse a pie de calle.
 
 
En testimonio de verdad 
Investidos de la Fe pública, los notarios son los adalídes de la veracidad en el sentido más amplio, por lo que los documentos autorizados, signados y firmados por ellos han de ser considerados auténticos y, su contenido, cierto.

En la vida y en la muerte
De las vidas de millones de personas que habitaron o pasaron por Madrid a lo largo de los últimos cinco siglos, solo nos queda el testimonio escrito de sus testamentos o de sus inventarios de bienes, que constituyen un fiel reflejo de la sociedad del momento.
 
 
Mujer y matrimonio
Cartas de dote y arras. La dote era la aportación de la novia al contrato matrimonial, que debía ser administrada por el marido. A este le correspondía el usufructo de los bienes, pero el Estado prohibió venderla.
Si el matrimonio finalizaba por cualquier motivo, los bienes volvían a la mujer y, en caso de que falleciera, a sus herederos.
Con independencia de su condición social, todas las mujeres poseían una dote, por lo que estos documentos resultan de gran valor para el estudio de la vida cotidiana, pues nos muestran desde los diferentes enseres domésticos que utilizaban hasta los vestidos y alhajas que poseían.
Torrelaguna. carta del arzobispo de Toledo dando instrucciones sobre la venta de vino propio y foráneo en la villa, 1330.
 
Siglo XIX
Varios documentos del Archivo Histórico de Protocolos son el único testimonio que queda de la existencia de "Quinta del Sordo", propiedad que adquirió Francisco de Goya en 1823, en cuyas paredes se encontraron las famosas "pinturas negras" 
Fallecido el pintor en 1854 se produce la venta de la propiedad. Las escrituras realizadas hacen mención a esta obra del artista, a las que no se concede ningún valor, y donde quedan definidas como "obras de su profesión y desigual mérito".  
 
Siglo XVI
Como cualquier madrileño de la época, Miguel de Cervantes tuvo la necesidad de acudir al escribano para resolver asuntos de toda índole que precisaban hacerse constar por escrito.
Así, en el AHPM podemos encontrar importantes documentos tanto de su vida privada como de su actividad literaria.
Ejemplo de ello es la escritura que realiza Blas de Robles, uno de los más destacados libreros del momento en la Villa y Corte, para la venta de los derechos de impresión en exclusiva de "La Galatea", que se pondrá a la venta en Madrid en 1565.
 


 
Lo nunca visto. Tesoros escondidos en los protocolos notariales
 ISBN:978-84-451-4121-2
 

 

 25 de noviembre
Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer











domingo, 24 de noviembre de 2024

El vampiro. John Polidori


John William Polidori (Londres 1795-1821)
 
Fue uno de los años más raros del siglo XIX, porque no tuvo verano. Europa pasó todo 1816 sin los tan esperados meses de sol, apenas con algún día cálido. Llovía y llovía, y la gente trataba de entretenerse dentro de sus casas como podía.
 Claro que no todos los europeos tenían la suerte de Lord Byron y sus amigos que pasaron el verano gris de 1816 en una mansión suiza llamada Villa Diodati, a orillas del lago Leman; agua y bosques , uno de los paisajes más hermosos del mundo...ese verano en el exilio decidió invitar a tres de sus mejores amigos para que compartieran con él la magnífica mansión: así llegaron a Villa Diodati la futura escritora Mary Godwin, su novio el poeta Percy Bysshe Shelley, y Claire Clairmont, hermanastra de Mary. El grupo se completaba con John William Polidori, el médico personal de Byron, de apenas veinte años.
 Ante el encierro y el aburrimiento, el 18 de junio de 1816 los amigos se entregaron a un juego que, con el tiempo, convertiría esa noche de historias de miedo en una de las más famosas de la historia de la literatura. 
 Después de lecturas en voz alta que los sobresaltaron un buen rato, Byron tuvo una idea: ¿por qué no escribir cada uno un cuento de fantasmas o un cuento de terror?
 

Con el tiempo la noche dio sus frutos, aunque los que se tomaron la tarea más en serio fueron los más inspirados. Mary Shelley escribió nada menos que Frankenstein basada en una pesadilla que tuvo en Diodati y en una idea que nació la noche de los cuentos de miedo: publicó la novela dos años después de la propuesta de Byron, en 1818.
 John Polidori, por su parte, escribió un cuento corto y sencillo, pero que resultaría igual de importante, no solamente para la literatura, sino para la historia del género de terror. Se llamó sencillamente "El vampiro" y fue el primer cuento de no muertos publicado en lengua inglesa. Mariana Enríquez
 

Autor. John William Polidori
Título original: The Vampire
Colección Austral Esenciales
Editorial Planeta
Nº de páginas: 92
ISBN: 978-84-08-22347-4

Su afán y la sensación de que ella creía verazmente en lo que narraba excitaron el interés de Aubrey. A menudo, cuando ella contaba el cuento del vampiro vivo, que había pasado muchos años entre amigos y sus más queridos parientes alimentándose con la sangre de las doncellas más hermosas para prolongar su existencia unos meses, a Aubrey se le helaba la sangre... (pág.47)
 

 



Título original: Les  recettes des films du Studio Ghibli
Ynnis Éditions, Francia
ISBN: 978-84-120334-5-8
 

 "Cada vez que creamos algo con amor, esperanza o pasión, dotamos de alma lo creado"
Baron von Gikkingen, Haru en el reino de los gatos.
 
Este libro reúne más de 20 recetas aparecidas en las películas del Studio Ghibli de los anman (bollos rellenos de alubias rojas) de El viaje de Chihiro hasta el ramen de Ponyo en el acantilado. Las escenas de cocina siempre han sido fundamentales en las películas de Ghibli, bien como protagonistas de reuniones familiares, como consuelo para situaciones complicadas o como origen de peligrosas tentaciones. ¡Ahora estos deliciosos platos llegan a nuestra mesa. Desde el magnífico bentó de Mi vecino Totoro hasta el pastel de arenque y calabaza de Nicky, la aprendiz de bruja.