miércoles, 14 de agosto de 2013

Templo de Debod. Madrid


Debod, un Templo Ptolemaico

  El templo de Debod estaba situado al sur de Egipto, en la baja Nubia, muy cerca de la primera catarata y del gran centro religioso dedicado a la diosa Isis, en la isla Filé.
 
  Esta región, fronteriza con el poderoso reino de Meroe, fue objeto de disputa entre los gobernantes egipcios y meroitas hasta el siglo I antes de Cristo, cuando el emperador romano Augusto estableció definitivamente la frontera.
 
  A partir del siglo III después de Cristo, la región quedó en manos de los nómadas del desierto, fuera del control romano.
 
Maqueta del Templo de Debod

Interior del Templo de Debot

 La construcción del templo la inició, a comienzos del siglo II antes de Cristo, el rey de Meroe Adijalamani, quién levantó una capilla dedicada a los dioses Amón e Isis.

 La capilla decorada con relieves, es uno de los pocos lugares donde se documenta a este monarca. Posteriormente distintos reyes de la dinastía ptolemaica construyeron nuevas estancias alrededor del núcleo original hasta darle un aspecto cercano al actual.



    Luego de ser anexionado Egipto al Imperio Romano fueron los emperadores Augusto, Tiberio y tal vez Adriano, quienes culminaron la construcción y decoración del edificio.Con el cierre de los santuarios de Isis en Filé, en el siglo VI, el templo quedó abandonado.



Debod en Madrid
 
 La construcción de la Gran Presa de Asuán y la consiguiente amenaza para los monumentos y lugares arqueológicos de la Baja Nubia, llevó a la UNESCO a hacer un llamamiento internacional, en 1960, para salvar los monumentos en peligro.


  España obtuvo en 1968 el templo de Debod, en agradecimiento por la ayuda prestada en el salvamento de Abu Simbel.

 Reconstruido y abierto al público desde 1972, el templo de Debod constituye uno de los pocos testimonios arquitectónicos egipcios que pueden verse completos fuera de Egipto y el único de sus características existente en España. 
 
 





    
 
 
 Seis años después de descifrar la antigua escritura egipcia Jean François Champollion hizo realidad el sueño de su vida: viajar al país de los faraones y comprobar allí el éxito de sus teorías.

 Entre otros lugares, visitó el templo de Debod. Después de siglos de silencio, los nombres de los dioses y reyes antiguos volvían a pronunciarse en su templo.
Hoy sabemos que el nombre de Atarramón corresponde al rey meroita Adijalamani que reinó hace dos mil doscientos años.

 Adijalamani mando construir una capilla dedicada a Amón, dios principal de los panteones egipcio y meroita y a Isis, diosa de la magia, esposa y hermana de Osiris, cuyo santuario principal estaba en la isla Filé, a pocos kilómetros al norte de Debod.

 Los posteriores monarcas egipcios de la dinastía ptolemaica y los emperadores romanos Augusto y Tiberio, construyeron nuevas estancias alrededor de la pequeña capilla original, añadiendo pilonos, patios, una vía procesional y un embarcadero junto al río.
Para los Egipcios el templo era "la casa de Dios", lugar donde la divinidad vivía físicamente.


 Un espacio puro, concebido para acomodar y proteger al dios. Una representación a escala del Universo, tal y como fue creado el primer día del mundo.

 El faraón era el único capacitado para dirigirse a las divinidades y realizar los ritos prescritos, aunque en la práctica, esta tarea recaía en los sacerdotes, los "servidores del dios", los únicos que junto al rey podían acceder al interior del templo.



 El maravilloso templo de Debod esta situado el el Parque de la Montaña, Parque del Oeste, que tiene unas vistas preciosas.

 En Debod, como en los demás templos egipcios, los ritos más importantes tenían lugar todos los días al amanecer.
El sumo sacerdote penetraba en el Santuario y en el momento en que el sol se elevaba en el horizonte, abría los naos, en los cuales habían permanecido encerradas las estatuas de Amón e Isis desde el día anterior.

 Daba inicio así a un complejo ritual en el que las imágenes eran lavadas, perfumadas, purificadas, vestidas y adornadas.
Las ofrendas de comida y bebida formaban parte del importante culto. pan, vino, cerveza, carnes y pescados eran puestos en pequeños altares ante las estatuas de los dioses.

 Con posterioridad eran retirados y distribuidos entre los sacerdotes y el personal del templo. finalmente, se ofrecía a Amón una estatuilla de Maat , hija de Ra, el dios solar. Maat representaba el Orden y la Justicia y constituía  el verdadero alimento de los dioses.

 Acabada la ceremonia, las estatuas eran devueltas a sus naos. El sacerdote abandonaba la estancia, cuidando de limpiar todos los restos de la ceremonia, incluso sus propias huellas.
Al mediodía y al atardecer se realizaban otras dos ceremonias más sencillas en las capillas laterales, donde se guardaban las imágenes de los otros dioses residentes en el templo.

 A lo largo del año , tenían lugar fiestas importantes, que incluían procesiones y visitas de las estatuas de otros dioses de santuarios cercanos.
Durante los días del año nuevo, las estatuas de los dioses eran conducidas a la terraza del templo para recibir los rayos del sol.

 En otras ocasiones se celebraban en el mammissi los ritos del nacimiento del dios niño. En Debod, Filé, y otros santuarios nubios dedicados a la diosa Isis, estos antiguos cultos pervivieron hasta que, en el siglo VI, la religión cristiana los desplazó definitivamente.












jueves, 8 de agosto de 2013

Moby Dick. Herman Melville


"Y Dios creó las ballenas"
                              Génesis
                                                


"Los mares indios crían los mayores peces que hay: entre los cuales las ballenas, esos torbellinos llamados balaenae, ocupan de largo tanto como cuatro arapendes de tierra".Plinio
                                                                                
                                
                                                          
 
"Para alcanzarlo, no le ha de servir
ni filtro ni elixir, sino volver
al que, con traidor dardo, abrió la llaga
que en su echo le da dolor sin tregua;
como ballena herida, que el mar cruza hacia tierra".
                                                                              La reina de las Hadas
                                                                              William Shakespeare



 
"A primeras horas de la tarde vimos lo que se creía que era una roca, pero resultó ser una ballena muerta, que habían matado unos asiáticos y remolcaban a la orilla. Parecían tratar de esconderse ellos también detrás de la ballena, para evitar que les viéramos". Cook, Viajes
                                           
                                              
"En una ocasión vi dos de esos monstruos  (ballenas), probablemente macho y hembra, nadando lentamente uno tras otro, a menos de un tiro de piedra de la orilla (Tierra de Fuego), sobre la cual el haya extendía sus ramas".
                                                                                                            Darwin
                                                                                              Viaje de un naturalista
 



"Rara y vieja ballena, entre galernas,
siempre estará en su casa en el océano,
gigantesca en poder, reinando fuerte
como rey de los mares sin fronteras".
                                                                             Canto de balleneros 
 
 
Una historia como Moby Dick, de Herman Melville, trata no tanto sobre la cacería de una gran ballena blanca, cuanto sobre la búsqueda del sentido de la vida.




Autor: Heman Melville
Título: Moby Dick and The Whale
Traducción del inglés y notas: José María valverde
Editorial: Planeta S.A.
Nº Páginas: 638




  En el siglo XVIII abundan las publicaciones de textos de carácter religioso y político escritos por peregrinos y colonos en forma de poemas, ensayos, discursos y artículos periodísticos. También se publican diarios y relatos autobiográficos de entre los que destacaban, por su popularidad, los de "cautiverio", que narraban las peripecias de colonos presos por indios nativos. Puede sorprender, para un lector contemporáneo, la poca presencia de la novela, siempre cercana al género gótico y, de alguna forma, epigonal de la británica. La explicación posiblemente guarde relación con el dogma protestante: la lectura de ficción era un divertimento que un colono no podía permitirse habida cuenta de que su misión consistía en mantener a la familia y luchar por la supervivencia en un mundo aún sin civilizar. Se consideraba, por tanto, perniciosa e inmoral.
 
 No fue sino hasta el siglo XIX que la ficción empieza a extenderse gracias a los cuentos y poemas románticos de Washington Irving y E.A.Poe; así como al trascendentalismo, una nueva corriente filosófica influida por el ideario ilustrado que Emerson y Thoreau introducían en sus discursos y, sobre todo, en sus ensayos, los emblemáticos Nature y Walden. Es el siglo de Hojas en la hierba de Whitman, publicada por primera vez en 1865 y la poesía de Emily Dickinson. Serían Hawthorne y Melville los primeros en emplear los recursos de la novela para hablar de la vida y de las preocupaciones de sus conciudadanos y, de este modo, adquirir motivos y temas que hoy consideramos genuinamente estadounidenses.Carlos Bueno Vera


 

  Cuando en 1851 se publica Moby Dick, Herman Melville (1819 - 1991) tiene 32 años, ha navegado por medio mundo, ha convivido con caníbales, se ha casado con Elizabeth Shaw, tiene dos hijos y ha escrito cinco novelas.

 Durante el último tramo de su vida, se hace patente que Melville no puede vivir de sus ingresos como escritor, por lo que pasará dos décadas trabajando para el Servicio de Aduanas de los Estados Unidos. Bebe de más y es probable que Elizabeth se planteara el divorcio. Con mayor frecuencia padece infecciones de pulmón y de piel que se agravan con la edad. Su hijo Malcolm, se quitará la vida en 1867. No se conocen las razones que llevaron a Malcolm, con 18 años recién cumplidos, a pegarse un tiro en la cabeza. Por otro lado, Stanwix, su segundo hijo, se quedará sordo y acabará muriendo de tuberculosis con apenas 35 años, cuando aún vivía su padre. Su hija Bessie, tampoco tuvo mejor fortuna. padecía artritis reumática y su madre tuvo que cuidar de ella durante toda su vida. Sólo Frances, la menor, llevaría una vida más plácida.

 (...) En una semana más o menos me voy a Nueva York a encerrarme en un habitación de un tercer piso y matarme a trabajar en mi "ballena" mientras poco a poco se abre paso hacia la imprenta. No se me ocurre otra manera de terminarla. Ando siempre de acá para allá por culpa de distintas circunstancias. esa atmósfera silenciosa de paz y tranquilidad en la que crece la hierba, bajo la cual todo escritor debería crear...rara vez, me temo, la consigo... (Cartas a Hawthorne. Pág. 47).

 Pero hablaba de la "Ballena". Como dijo el pescador, "estaba aturullada" cuando la dejé hace tres semanas. En cualquier caso, la voy a agarrar de la mandíbula dentro de no mucho y acabaré con ella de algún modo u otro... (Cartas a Hawthorne. Pág.48/49).

  La primera edición inglesa -anterior a la norteamericana de Moby Dick se tituló The whale ("La ballena"). No fue sino hasta la primera edición norteamericana -publicada un mes después- que Melville prefirió titular la novela Moby Dick.  
 



Capítulo I

Espejismos

Llamadme Ismael. Hace unos años -no importa cuánto hace exactamente-, teniendo poco o ningún dinero en el bolsillo, y nada en particular que me interesara en tierra, pensé que me iría a nvegar un poco por ahí, para ver la parte acuática del mundo...(Pág. 25)

 
Sostenido por ese ataúd, durante casi todo un día y una noche, floté por un océano blando y funéreo. Los inocuos tiburones pasaban a mi lado como si llevaran candados en la boca; los salvajes halcones marinos navegaban con picos envainados. Al segundo día, un barco se acercó, y por fin me recogió. Era el Raquel, de rumbo errante, que retrocediendo en busca de sus hijos perdidos, encontró sólo otro huérfano. (Pág. 603)









jueves, 1 de agosto de 2013

Poemas. Carmen Martín Gaite


Lagunas de Ruidera


Canción rota

Siempre que iba a cantar
algo se interponía
y a mí no me importaba,
¡había tanto tiempo!

Mi canción se quedaba en el alero,
confiada,
meciéndose en la espera
cuajada de horizontes.

Si alguna vez con mudo gesto
antiguo
acaricio las cuerdas,
el aire se retira
y el corazón me late nuevamente
con aquellos latidos turbulentos,
heraldos de mi canto.

¡Ay, mi canción truncada!
Yo nunca tenía prisa
y la dejaba siempre,
amor,
para después.

                                                             C. Martín Gaite

 
Lagunas de Ruidera


Tiempo de flor


Cuando el tiempo de flor
venga a fundir
la nieve en la montaña,
ya no te esperará mi corazón,
alondra.

¡Ay!, ¿cómo eran sus labios?
-cantará el surtidor.

De nuevo el mismo sol
se vendrá a los tejados, perezoso,
herido por el grito de los niños
que juegan en la plaza.
Y, como hoy,
la mañana despertará encendida
por fuera de mis ojos.

Pero mi corazón, alondra,
ya no te esperará.

                                               Carmen Martín Gaite


Lagunas de Ruidera


Por el mundo


Me atrapa como un pulpo
el color ya sabido de las cosas,
me asfixian mis sonrisas,
no respiro en las de ellos.
Dormí noches y noches
con el balcón cerrado
y al recordar después
la imagen mentirosa,
multicolor del sueño,
siempre había a mi lado unos
oídos
y unos ojos abiertos;
me gustaba amasar
mi falaz pesadumbre
ante el espejo aquel.

Abrid ya las ventanas.
Adentro las ventiscas
y el aire se renueve.
Quiero huir de los ámbitos
calientes y tapiados,
salir sin compañía
por el mundo adelante.

                                             Carmen Martín Gaite

 
Lagunas de Ruidera


Desembocadura


Y siempre queda más agua en
mi pozo,
y si me asomo al borde
es más hondo y me asusta en su
negrura.

Siempre queda más agua
y no quiero beber
los cubos que he sacado.
Sólo quiero seguir en mi tarea
de verlos cómo suben
derramando agua viva una vez más.

Enredaré canciones y canciones,
desparramando trigo
en era de verano.

Y no habrá oído nadie nada nuevo
 ni habrá bebido nada nuevo.

Y cuando muera,
mi pozo seguirá todavía lleno,
no mudado, profundo,
y desembocaré.

                                              Carmen Martín Gaite
 

Lagunas de Ruidera


Flores amarillas


Mi prado estaba lleno
de flores amarillas
y yo las arranqué.
Ya nada tengo.
Por el tallo cortado
sube una áspera savia
hasta mi corazón.
Se hace inmensa la tarde
y todo sabe a lo que pudo ser.

                                                                        C.M.Gaite

Lagunas de Ruidera

   
Carmen Martín Gaite, nació en Salamanca en 1925, se licenció en filosofía y letras por la universidad de su ciudad natal y se doctoró en la de Madrid con una tesis que vería la luz con el titulo de Usos amorosos del siglo XVIII en España.

Sin embargo, desde muchos años antes era ya conocida por sus novelas En el balneario (Premio Café Gijón), Entre visillos (Premio Nadal) y Ritmo lento (finalista del Premio Biblioteca Breve), a las que seguirían, entre otras, Rethaílas, Fragmentos de interior, El cuarto de atrás (Premio Nacional de Literatura) etc...